Por Laura Olocco. Comunicadora Social 

Es viernes 3 de Junio, hace frío en la ciudad, pero esto no es un impedimento. Nos abrigamos, entre todas le hicimos frente y un año más salimos a patear la calle pidiendo justicia. Por Nora Dalmasso, por Camila Carletti, por Mónica Ordoñez, por Beatriz Meckler, y por todas las que nos faltan, víctimas de femicidios y de la justicia patriarcal que carece de perspectiva de género.

Después de dos años de pandemia, en las ciudades de todo el país, miles de mujeres y diversidades salimos a las calles para volver a decir «Ni Una Menos, vivas, libres y desendeudadas nos queremos».

¿Por qué? Nos siguen matando. Según el informe basado en el Registro Nacional de Femicidios llevado adelante por el Observatorio de las Violencias de Género que abarca del 3 de junio de 2015 al corte realizado el 25 de mayo de 2022, en esos años hubo 1995 femicidios. Marchamos a 7 años del primer «Ni Una Menos» para terminar con la Justicia patriarcal y avanzar en una reforma judicial transfeminista con una perspectiva en derechos humanos, popular y que garantice el acceso al sistema de justicia para mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y no binaries.

Autora: Laura Olocco.

Por primera vez, también marchamos bajo la consigna «abolición del chineo ya», en relación a la «práctica sistémica, en formas crueles y aberrantes»; que se da cuando hombres abusan sexualmente de niñas y mujeres indígenas.

Es viernes y hace frío, pero el calor de una causa común nos abraza, y es la lucha contra la violencia de género que implica la puesta en marcha de políticas públicas transversales que involucren el acceso a la vivienda, a la educación, el trabajo, una alimentación digna y que todo esto se institucionalice con un presupuesto real.

Estamos en las calles, estamos resistiendo y no nos vencieron. A la crueldad femicida le oponemos feminismo y organización, la revuelta que dice ¡Basta!: Ni una víctima más. Ni una menos. Libertad, autonomía, deseo y revolución.

Las enormes movilizaciones que gestamos, que atravesaron nuestro país y el continente desde el 3 de junio de 2015, con el grito Ni una menos, fueron la voz de nuestro hartazgo: Basta, basta de violencia machista, basta de complicidad estatal para esas violencias.

Reclamamos prevención y cuidado, igualdad y justicia social. Por Micaela García, por Lucía Perez, Diana Sacayan, Chiara Paez, Melina Romero y por todas las que nos faltan.