El Concejo Deliberante de Villa María aprobó el proyecto de “Vamos Villa María” por el cual se faculta a los jueces de Faltas a sancionar con trabajo comunitario a quienes, incumpliendo con las disposiciones vigentes, organicen, encubran y participen en reuniones y/o fiestas clandestinas. 

El infractor deberá realizar el trabajo comunitario en lugares relacionados con la lucha contra el COVID, que serán establecidos por la autoridad. La sanción con trabajo comunitario será desde un mínimo de 21 horas hasta un máximo de 100 horas, dependiendo de  la gravedad de la falta, situación que será merituada por el juez. En caso de reincidencia, la sanción se duplicará.

La aplicación de la sanción de trabajo comunitario es independiente de las sanciones que el hecho pueda originar en el ámbito administrativo municipal y provincial, como también por la intervención de los Tribunales ordinarios.

La presidenta del bloque, Karina Bruno, contó que la idea surgió porque en las últimas semanas tuvo que participar en reuniones intersectoriales en las que pudo interiorizarse de la realidad que transita la ciudad relatada por el personal de salud, con datos alarmantes.

“En la reunión del viernes 9 de abril se dijo que Villa María tuvo en 2020 unos 4.956 positivos, y en 2021, hasta ese día, llevaba 2.994, es decir, más del 50% del año anterior. Además, agregaron que el 70% de esos casos -1.638- se dieron en marzo, y de esos, 768 fueron en el rango etario de 20 a 40 años. Nos explicaron que esta situación tenía que ver con dos hechos determinantes: uno es que la gente no denuncia los contactos estrechos y entonces no se puede hacer el seguimiento de la cadena para cortar el contagio; y el otro es el de las fiestas clandestinas, que algunas se dan en espacios privados, pero muchas en espacios públicos, a lo largo de toda la costanera. Son fiestas con mucha gente, donde no hay cuidados, ni se respetan los protocolos, ni se usan barbijos”, afirmó la edil.

Tras recordar que desde el año pasado está aprobada la sanción con multa para los incumplimientos de protocolos, Bruno señaló: “Pero estas son conductas sociales que están relacionadas con la indiferencia, con la falta de empatía, con la inconsciencia y con no pensar en los demás, entonces la respuesta ya no debe ser con sanciones pecuniarias, sino con aquellas que lleven a replantearse esas conductas para que no se repitan”.

“Si bien algunas fiestas clandestinas son espontáneas, también hay quienes lucran con su organización y les conviene más pagar la multa que dejar de hacerlas. Por eso surgió esto de darles una herramienta más a los jueces de Faltas, para que cuando se hagan los controles municipales, puedan sancionarse con trabajo comunitario, y que esa labor se dé en ámbitos donde se lucha contra el COVID, para los que siempre se piden voluntarios. Es bueno que compartan una jornada en el hospital o en un sanatorio para que vean lo que hay atrás, que logren interpretar lo que subestiman o niegan”, consideró la edil, quien aclaró que “esto intenta contribuir a que quienes tienen estas conductas, se las replanteen y sean más solidarios”.