Ya he hablado bastante en esta columna sobre la alicaída imagen del gobierno nacional y el consiguiente riesgo que ello representa de cara a las próximas elecciones legislativas de noviembre.

Según nuestro último monitor nacional, la intención de voto a favor del gobierno se ubica en el 31%, mientras que la intención de voto en contra del gobierno en el 49%, quedando un 19% de electores en la columna de indecisos.

Con estos números la estrategia del gobierno parecería centrarse en mantener contenido su núcleo duro -ese piso del 31%- a base de retórica anticapitalista y antimperialista, y tratando de recuperar al votante centrista y desregulado del 2019 -que alimentan el 19% de indecisos- acelerando el proceso vacunatorio anti covid y congelando los precios de los productos básicos de la canasta familiar y de las tarifas de servicio públicos, a sabiendas que la inflación y la pandemia son las mayores preocupaciones de la gente.

“Vacuna y panza llena”, podría ser el grito de campaña oficialista en esta elección. El tema en cuestión es saber si con eso alcanza para recuperar el apoyo de esos votantes desregulados.

Del otro lado, en ese 49% de votantes ya decididos a emitir un voto castigo al gobierno nacional, la realidad no se presenta homogénea. Conviven allí electores de Juntos por el Cambio con libertarios y marxistas, más los provincialistas que empiezan a ver en sus encuestas que al menos la mitad del electorado está asqueada de la grieta nacional.

Votantes del interior del país que se sienten mejor representados por los líderes de los partidos provinciales como Hacemos por Córdoba, el Movimiento Popular Neuquino, Juntos Somos Río Negro, Chubut Somos Todos o el Frente Renovador de la Concordia misionero que acaba de ganar las elecciones en esa provincia el pasado fin de semana.

Semejante fragmentación opositora termina siendo útil a la imagen del gobierno nacional ya que, de mantenerse en las próximas elecciones favorecería a generar la sensación de triunfo del gobierno, como sucedió en la reciente elección mexicana donde la alianza oficial MORENA se impuso en el total general sobre todos sus rivales. Aunque en número de bancas en el congreso signifique un retroceso.