Este viernes recibieron sus diplomas 127 graduados de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Fue la 304ª colación de la institución y tuvo lugar en el aula mayor José Alfredo Duarte. Los profesionales son 27 de Agronomía y Veterinaria, 13 de Ciencias Económicas, 51 de Ciencias Humanas, 30 de Ciencias Exactas y 6 de Ingeniería.

Como desde su implementación en 2016, entre los profesionales hubo quienes se recibieron gracias al proyecto Potenciar la Graduación, destinado a quienes habían dejado sus carreras a falta de 30 por ciento o menos del plan de estudio.

El acto de colación se concretó en dos ceremonias, una por la mañana y otra por la tarde, ambas presididas por la vicerrectora de la UNRC, Nora Bianconi, quien además habló en nombre de las autoridades de la Universidad, en tanto por los flamantes egresados hablaron la enfermera Abril Bruno en la ceremonia matinal y el licenciado en Ciencias de la Comunicación Luis Bruno Suárez en la vespertina. Resaltaron el valor de perseverar y soñar, la trascendencia de la educación pública como motor de progreso comunitario y el rango que tiene en la Constitución Nacional de cuya última reforma se cumplen 30 años.

Constitución educativa

“Hoy el sistema universitario nacional atraviesa una situación sin precedentes, y digo sin precedentes porque desde su creación las universidades públicas fueron logrando el reconocimiento de una serie de derechos que en la actualidad se pretenden desconocer”, expresó la Vicerrectora al comienzo de una alocución que hizo referencia a la reforma de la carta magna en 1994, a los pueblos originarios y al rol educativo para la construcción social.

Minutos después del juramento profesional que tomaron los graduados, que habla de respetar la Constitución Nacional, la profesora Bianconi recordó: “A 30 años de su reforma, nuestra ley suprema contó con el sello de legitimidad por la diversidad y pluralidad en la representación de la sociedad”.

Explicó la Vicerrectora que el principio de autonomía “implica que la Universidad es autónoma y autogobernada, que debe elegir sus propias autoridades sin injerencia del poder político, decidiendo sus propios estatutos y programas de estudio.

En las universidades se cobija el germen de autonomía, y este es inseparable de la noción de universidad. Agregamos a ello: universidad pública, gratuita, cogobernada y comprometida con la educación de calidad como bien público y derecho humano universal. Estas nociones no son expresiones sin sentido, porque se tornan tangibles en el cotidiano a través del trabajo áulico, en el laboratorio, en el trabajo de campo, en cada practica socio-comunitaria, en cada investigación, en las decisiones de los órganos de gobierno y en definitiva en la trayectoria académica de cada egresada y egresado. Jurar por la Constitución es jurar por todo ello”, destacó.

Bianconi dejó en claro que “hacer ciencia en la universidad es ejercicio de autonomía. Hoy en la UNRC hay 8 institutos de doble dependencia con el Conicet y se realizan en estos espacios y en otros, investigaciones reconocidas a nivel internacional. Sin embargo, el desfinanciamiento pone en serio riesgo esa producción científica”.

“La universidad pública, agregó, es parte de nuestra historia y de nuestra identidad como Nación. Es cuna del pensamiento crítico, es formación ciudadana para participar activamente en el sostenimiento de la vida democrática. Uno de los fines de nuestra Universidad es promover el ejercicio de una ciudadanía crítica con conciencia social y responsabilidad ética fundada en valores de solidaridad, pluralismo, autonomía intelectual y firme defensa de los derechos humanos y de las formas democráticas”.

Bianconi les pidió a los nuevos profesionales observar fielmente principios, entre ellos “el de la defensa de la democracia. La reforma del 1994 sumó a la defensa de la Constitución, la defensa de la democracia. Y sobre todo, incorporó un mandato de no repetición de la ruptura del orden constitucional y de las violaciones masivas a los Derechos Humanos toda vez que incorpora los tratados de Derechos Humanos con jerarquía constitucional (a partir del nuevo artículo 36 y en el 75 inciso 22). Jurar defender la Constitución es entonces también jurar defender nuestra democracia”.

Otro es “la justicia social. Nuestra Constitución reformada no es ciega a la desigualdad material. Incorpora una concepción de igualdad reforzada y robustece las funciones del Estado para garantizar derechos sociales; frente a la desigualdad estructural a la que son sometidos ciertos grupos, el Estado tiene la obligación de brindar igualdad de oportunidades. Ustedes no están jurando por cualquier Constitución, lo hacen por una que defiende la dignidad humana, la igualdad y la justicia social”.

“Egresar de esta Universidad no implica solo honrar y respetar esa Constitución sino que conlleva también poner en valor que la Universidad pública da oportunidades, posee potencial transformador y solidario”.

IA y Derechos Humanos

En relación al futuro, Bianconi consideró “imperioso revisar riesgos y centrar el eje en el componente ético, para advertir deficiencias propias de la Inteligencia Artificial, como alucinaciones, sesgos y clasificaciones que pueden atentar contra el plexo de derechos establecidos, principalmente los Derechos Humanos. El principio de igualdad, la privacidad, el debido proceso y juez natural, la libertad de expresión, el derecho a la no discriminación, los derechos laborales, el derecho ambiental, la perspectiva de género, entre otros”.

Afirmó que “cuando el Estado no asume su rol, cuando las normas no regulan, en tales casos el vacío legal lo ocupa el mercado. Muchos de los desarrollos vertiginosos y acelerados en este campo de la ciencia están basados en ilusiones: de infalibilidad sin margen de error, de empatía, de creatividad, de anonimato, de la legalidad sobre la libre extracción de datos sin consentimiento, entre otras”.

Reconoció Bianconi que “la inteligencia artificial también puede aportar importantes mejoras en el bienestar de los ciudadanos, contribuir a encontrar soluciones a algunos de los problemas sociales acuciantes, como la lucha contra el cambio climático y la degradación medioambiental, los retos relacionados con la sostenibilidad y los cambios demográficos, o la protección de nuestras democracias.

Aun así, hoy en la etapa embrionaria las computadoras pueden tomar decisiones por nosotros: seleccionar trabajadores para ingresar a un empleo, conceder una hipoteca, o decidir sobre una amenaza inminente para un país. Esta tendencia aumentará y seguirá acelerando”. Por eso, llamó a “propiciar la existencia de una IA antropocéntrica, ética y sostenible que respete derechos y valores”.

Con vista a un futuro cargado de desafíos, la vicerrectora valoró que la consigna ‘sé tu propia startup’ puede “aplicar a un escenario emergente en términos tecnológicos, sociales, culturales para superar obstáculos con habilidades claves, como el discernimiento, la resiliencia, la empatía y la flexibilidad.

 

 

Entender los procesos, darles el tiempo va a ser crítico en una era en que las máquinas empiezan a automatizar cognitivamente las tareas. Iterar y tolerar el fracaso es quizás aquello que nos puede ayudar a comprender los procesos y lograr finalmente las metas aspiradas”.

Finalmente, convocó a los noveles profesionales a que “regresen a esta Universidad como estudiantes de posgrado como investigadores, incluso como docentes. En el derrotero nunca abandonen sus sueños, vayan por ellos desde una perspectiva integra y solidaria. Ejerzan la profesión con valentía, con vocación y lealtad”.

Soñar

Por la mañana, la enfermera Abril Bruno se dirigió al auditorio en nombre de los graduados. Compartió su “profunda emoción y nervios” que vivió al saber que debía dar un discurso. Conocía la sensación por haberla vivido “ante el primer y el último parcial, el primer bochazo, la primera materia regularizada y la primera promoción”.

La retrospectiva la llevó a “las mariposas en el estómago” del “primer día del cursillo” y al cambio, reflejado no solo en el diploma sino en los amigos de hoy, que son los desconocidos de ayer. La memoria también trasladó a Bruno a las “noches de estudio y mate”, a la sonrisa “cuando una profe salió de un aula y me dijo que había aprobado el último final”. Incluyó asimismo “los dos años de pandemia y el consecuente cursado virtual, con profes que hacían lo imposible por ponerse al día con la tecnología”.

Atrás quedaron los pacientes que, en las prácticas, “ponían su cuerpo en nuestras manos”. Hoy, el servicio al prójimo continúa, claro que con un título en la mano y un bagaje de experiencias en la vida.

 

La enfermera citó a una de sus colegas del siglo 19, Flores Nightingale, quien solía decir que el progreso brota del hacer de los descontentos. Planteó Bruno que los graduados de hoy son “descontentos que encontraron en la formación académica una vía de superación” que los condujo a ser “profesionales en carreras que amamos” y agradeció a universidad, familiares, docentes y compañeros por ser pilares para recibirse.

“Ser egresada de esta hermosa universidad es uno de mis más grandes orgullos”, valoró instantes previos a agradecer “a la educación pública” y no rendirse si otro dice “no podés; sugirió “soñar en grande, que los sueños están para cumplirse”.

Es urgente defender la educación

Luis Bruno Suárez, licenciado en Ciencias de la Comunicación, habló por los graduados en el acto de la tarde, Suárez es oriundo de Villa Dolores, en el valle de traslasierra en el oeste de Córdoba, y relato la historias de sus abuelos y de sus padres quienes no pudieron terminar los estudios primarios.

Tras lo cual se preguntó: ¿A caso no contamos todos con las mismas posibilidades? Y se respondió: “Claramente no, en un país con una profunda desigualdad la educación es el único vehículo de ascenso y movilidad social que tenemos algunos porque nuestro capital es simbólico no material, trabajamos con las palabras porque creemos en ellas”.

Siguió diciendo: “En un país donde solo algunos pueden soñar, donde muchos pasan hambre y cada vez menos llegamos a la Universidad solo nos queda una tarea y es urgente, defender la educación hoy más que nunca de las mezquindades, de los ajustes, de los intentos de desfinanciamiento y de todo traidor que quiera bastardearla”

Expresó que “como integrante de la primera generación de universitarios de mi familia no puedo dejar de expresar mi agradecimiento público a dos personas que hoy reciben el título conmigo: a mi padre que se levanta todos los días a las 5 de la mañana para atender la despensa y por ser sostén incondicional. Y a vos ma’ por enseñarme a creer en las palabras y en la educación pública”.

“Y como dijo una profe, lo que hagamos debe ser útil para otros en vía de reconocer las injusticias de este mundo. Decir Universidad es referenciar a la vida en comunidad de aprendizaje que alcancé cuando, no sin dolor, dejé mi Villa Dolores, a la vez que conocí militancias, posturas político-ideológicas, amigos y colegas con los cuales tramamos nuevos caminos de formación pero no dudamos en insistir que la Universidad no se toca y se defiende”.

Luis Suárez reflexionó: “Lo que soy hoy es gracias a las clases y conversaciones de docentes apasionados, que creen en sus alumnos y en la educación que tuerce destinos. Y no puedo dejar de manifestarme en contra de sus condiciones salariales totalmente injustas, por eso y por todos que viva la universidad pública, laica y gratuita para que cualquier otro pibe de traslasierras pueda sentirse parte de las ciencias sociales y se anime a soñar”.

Los actos

Por la mañana, el acto fue presidido por la vicerrectora de la UNRC, Nora Bianconi a quien acompañaron en el estrado los decanos Rosendo Liboa, de Agronomía y Veterinaria; Guillermo Mana, de Ciencias Económicas; Cristian Santos, de Ciencias Humanas; el secretario general de la UNRC, Jorge Miguel, y Celina Martini, subsecretaria académica.

Por la tarde, junto a la Vicerrectora estuvieron el secretario General Jorge Miguel; la subsecretaria Académica Celina Martini; el decano de la Facultad de Ciencias Exactas Físico-Químicas y Naturales Germán Barros; la vicedecana de la Facultad de Ciencias Humanas Silvina Barroso y el vicedecano de la Facultad de Ingeniería Sebastián Robledo.

La nota artística en la ceremonia matinal la aportó el Coro de la Universidad, dependiente del Departamento de Arte y Cultura. En el acto vespertino igualmente el Coro de la UNRC interpretó motivos del cancionero popular folclórico y de la música ciudadana.