Lo aplicarán en el embalse del Río Tercero, pero su uso podría adaptarse a otros espejos de agua. Anticipa brotes de saprolegniasis, enfermedad que mata a especies de mojarras.
Con imágenes satelitales y el empleo de algoritmos, científicos de la Universidad Nacional de Río Cuarto diseñaron un modelo matemático que permitirá predecir la mortandad de peces en la cuenca del embalse del Río Tercero.
Particularmente, permitirá estimar la probabilidad de brotes de una enfermedad fúngica o micosis causada por un microorganismo (con mayor precisión un oomiceto) llamado Saprolegnia parasítica, que es bastante grave para especies de mojarra conocida más comúnmente como cola colorada.
El causante de la mortandad fue identificado en la Facultad de Ciencias Exactas y las lesiones celulares de los tejidos se estudiaron en el Departamento de Patología Animal de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UNRC.
Esta enfermedad tiende a ocurrir de manera estacional durante los meses invernales y ante la presencia de distintos factores que provocan las muertes de gran cantidad de peces. La baja temperatura del agua es una de las variables desencadenantes más importantes de la mortandad de mojarras cola colorada, ya que crea las condiciones favorables para la rápida proliferación del hongo que les provoca la muerte.
Lo que hicieron los científicos universitarios fue recurrir a imágenes satelitales para determinar la temperatura superficial del agua del embalse del Río Tercero, una forma de medición periódica que tiene bajos costos económicos y requerimientos logísticos.
Los investigadores complementaron esa información con campañas de muestreo en el lago para evaluar el conjunto de especies de peces afectados por la enfermedad y relevar, además, parámetros ambientales y de calidad del agua.
Con la información de campo y las imágenes satelitales, las cuales se obtienen de manera gratuita, elaboraron un modelo matemático basado en algoritmos que permitirá estimar la probabilidad de brotes de esa enfermedad, llamada Saprolegniasis, en este embalse.
Los algoritmos son operaciones organizadas de manera lógica y ordenada que permiten solucionar un determinado problema. Se trata de una serie de instrucciones o reglas establecidas que, por medio de una sucesión de pasos, favorecen la obtención de un resultado o una solución determinados.
El modelo diseñado en la Universidad funciona como una herramienta práctica, de bajo costo y de fácil aplicación para predecir la probabilidad de la mortandad de mojarras de cola colorada en embalses de la cuenca del Río Tercero, pero podría ser extrapolable a otros ambientes acuáticos de la provincia y del país donde se hayan registrado brotes similares.
El proyecto fue dirigido por el doctor en Ciencias Biológicas Matías Bonansea, investigador del Conicet y docente de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad.
Participaron también los profesores Lucio Pinotti, director del Instituto de Ciencias de la Tierra, Biodiversidad y Sustentabilidad Ambiental (ICBIA-Conicet) y los doctores Miguel Mancini, Micaela Ledesma, Joel Carreño, Edgar Garetto, Claudia Rodríguez y Susana Ferrero, docentes de la mencionada unidad académica.
En los años 2007, 2010 y 2017 se registraron mortandades de peces en varios embalses del centro de Córdoba por una enfermedad que produce un hongo. El brote de mayor gravedad tuvo lugar en el embalse Río Tercero, el más grande de la provincia, que terminó con miles de peces muertos.
La Saprolegniasis, tal como se llama la enfermedad, afecta una extensa zona de la piel de los peces y les genera dificultades para nadar y alimentarse. Finalmente, les provoca la muerte por fallas de su metabolismo y de los mecanismos de regulación. Las especies más vulnerables son dos tipos de mojarras cola colorada, científicamente denominadas Astyanax eigenmanniorum y Astyanax fasciatus.
Un desarrollo de interés público
El doctor Bonansea, quien es investigador de CONICET y docente Departamento de Estudios Básicos y Agropecuarios de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UNRC, consideró que el desarrollo de este modelo matemático de predicción “puede ser de gran interés tanto para las autoridades locales, organismos decisores y relacionados con el manejo y gestión de recursos hídricos y organizaciones sin fines de lucro relacionadas con el cuidado del medio ambiente y público en general”.
Sin embargo, “lo que más aporta este trabajo es tranquilidad a la gente. Para que sepa que, cuando hay temperaturas bajas, es probable que ocurra una mortandad de mojarras, y que no se debe a problemas ligados a la presencia de contaminación con químicos o a la falta de oxígeno del agua, que es lo que más comúnmente se apresura a conjeturar la población”, dijo por su parte el doctor Miguel Mancini.
Remarcó: “Por lo general, la gente es muy sensible a la mortandad de peces porque muchas veces se asocia a la contaminación del agua. Por ello, predecir una mortandad de peces y conocer con antelación cuáles son las potenciales causas, estimamos que ayudará a llevar tranquilidad a la población”.
El trabajo científico para desarrollar este modelo matemático predictivo se inició tras el último episodio de mortandad masiva de mojarras registrado en el invierno de 2017.
“Ese fue un episodio que afectó principalmente a las mojarras. Para tener una idea, de mil peces que se morían, el 95 por ciento fueron mojarras. El fenómeno afectó al embalse Río Tercero y a otros ubicados aguas abajo, incluido Piedras Moras. Se observaba en cada embalse cientos de metros de costa con presencia de peces muertos”, narró Mancini.
“El de 2017 fue el tercer episodio masivo de mortandad de mojarras que hemos registrado por las mismas causas. Los otros dos fueron en 2007 (el de mayor gravedad) y 2010. También hubo mortandad de peces otros años, pero de menor impacto porque las temperaturas no fueron tan bajas”, reseñó Bonansea por su parte.
Tranquilidad a la población
A pesar de los últimas mortandades de peces que tuvieron lugar en los embalses Río Tercero y Los Molinos en los últimos meses, Mancini llevó tranquilidad a la comunidad regional tras señalar que los estudios realizados durante el mes de febrero demostraron que el estado de salud de especies emblemáticas como el pejerrey, que es la que más se destina al consumo humano y la que moviliza mayor movimiento económico, se encuentran en buen estado de salud.
En tanto, Bonansea también ratificó que las mediciones realizadas arrojaron parámetros normales para la calidad del agua de los embalses de esta zona del país.
Fuente: Dirección de Prensa y Difusión UNRC