Por Gustavo Román. Director Periódico La Ribera.Â
El paÃs se pinto de amarillo una vez y Córdoba no fue la excepción. La elección se nacionalizó en todos los distritos, municipios y comunas. Y el mensaje de la sociedad fue contundente. Se expresó mayoritariamente en oposición al gobierno nacional y su rumbo de gestión. Una cuestión indudable e incontrastable.
Ese panorama incita a muchos a leer de forma muy caprichosa esos resultados. Pero la realidad según nuestra humilde opinión, florecerá cuando baje la espuma de este escenario tan particular. Una vez más, los comicios de medio término, dan también un mensaje a nuestros gobernantes municipales y provinciales.
En esta ocasión solo se eligieron diputados nacionales y en algunas provincias, senadores nacionales. Hubo territorios donde se renovaron bancas de concejales o representaciones provinciales y una provincia eligió su mandatario. Fueron diversos los escenarios, y deben ser diversas las lecturas.
Nuestra intención es la de concentrarnos en el territorio cordobés, donde el resultado fue tan contundente como previsible. El frente electoral de Juntos por el Cambio, encuentra en este distrito, una base polÃtica de mucho peso especÃfico y reitera escenarios electorales recientes. Nuevamente arrasaron en las urnas.
Esta contundencia electoral, alienta un escenario de expectativas para el futuro de esa fuerza cuando enfrente los comicios provinciales, cuando se dispute la sucesión de este proceso de cinco perÃodos consecutivos de gobierno del justicialismo y sus aliados. Hacemos por Córdoba lo sabe, y rápido de reflejos propone seguir marcando la agenda polÃtica de estos dos años próximos.
Paradójicamente, nos encontramos con un efecto espejo a lo sucedido en las elecciones del 2019, cuando el gobernador Juan Schiaretti arrasó en todos los distritos de la provincia, logrando una contundencia abrumadora en el electorado provincial. Esa elección era especÃficamente provincial, debatiendo y proponiendo temas que únicamente atraviesan a los intereses de los cordobeses. La de estos dÃas, no debatÃa esos mismos ejes.
La sensación es que cada vez más, el electorado se expresa con contundencia y de manera muy concreta cuando se lo convoca. Es inimaginable que el resultado electoral de estos comicios se reitere en una elección local o provincial, donde las discusiones y planteos sean muy diferentes a este escenario reciente.
De todas formas, el triunfo de Juntos por el Cambio en la provincia, abre ciertos interrogantes y alienta a sus dirigentes a imaginar una construcción polÃtica con expectativas ciertas de acceder al poder después de dos décadas de derrotas consecutivas.
Su principal desafÃo es encontrar un equilibrio de fuerzas, una alianza que base su construcción en una propuesta territorial y se sustente en los desafÃos que enfrenta la provincia. Esa construcción además, no deberÃa permitirse fisuras ni desencuentros internos.
Y aquà surge el interrogante central, ¿el radicalismo estará a la altura de este proceso histórico que le permite soñar con una derrota de Hacemos por Córdoba?. ¿Su dirigencia estará a la altura de las circunstancias en el proceso que se inicia en este tiempo?. Son interrogantes que existen en su estructura por estas horas.
Por el lado del gobierno de la provincia, lo que queda claro es que su base de sustento la encuentra en el territorio, en la dirigencia consolidada que le da garantÃa de gobernabilidad a través de sus intendentes y referentes regionales. Los funcionarios provinciales históricos, sumaron una vez más una derrota vergonzosa en sus territorios, Oscar González, jefe de campaña un ejemplo que sirve de referencia.
Hacemos por Córdoba no se permite debate interno, no trabaja con polÃticas de consensos y no construye con representaciones genuinas. Esta claro que el resultado de estos comicios es el fiel reflejo de lo que manifestamos. La conformación de una lista de dirigentes digitada desde Casa de Gobierno, fracaso rotundamente.
Hacemos por Córdoba es un frente electoral, cuyo mayor socio es el justicialismo, que tiene cerradas las puertas del PJ hace mucho tiempo, demasiado quizá. No se permite el debate y no tiene participación interna. Todo lo contrario a lo que sucede en el radicalismo, socio mayoritario de Juntos por el Cambio en Córdoba.
Las lecturas que dejan estas ultimas elecciones, abren muchas puertas y alientan un profundo análisis en todos los partidos y alianzas. Párrafo aparte merece el análisis de lo sucedido en el Frente de Todos, que cada dÃa muestra más fisuras y grietas internas. Una construcción polÃtica que no se consolida, no crece, no construye consensos y donde habitan mayor cantidad de dirigentes que de votantes. Una construcción que solo genera dudas y escasas certezas.
Se viene un tiempo de reflexiones y de armados polÃticos, donde ya no se puede disimular mas y es imprescindible encontrar ejes de consensos en todos los frentes que componen la polÃtica provincial. Por ahora, Juntos por el Cambio tiene resultados para mostrar. Y muy contundentes.