Cuando la fecha nos convoca, es inevitable hacer un ejercicio de reflexión y repaso de la tarea profesional desarrollada. La dinámica de los días hace que muchas veces el análisis quede postergado, y en el grupo estemos pendientes de lo que viene, por encima de los balances.

Está bueno detenerse unos minutos y hacer un ejercicio de memoria. Pensarnos para comprendernos, retrotraernos en el tiempo y entender que el presente es una consecuencia de una planificación estratégica, pero también de un cúmulo de imponderables que proponen las circunstancias del recorrido.

Cuando llegamos a Río Cuarto a comienzos de siglo y de milenio, en esta ciudad no había medios gráficos alternativos en circulación. Eso nos sorprendió y llamo mucho la atención. En una usina de comunicadores como es la universidad pública, no había medios alternativos. Después entendimos los por qué y a las malas.

Pero ese impedimento quizá fue el motor que nos impulsó a transitar este recorrido lleno de desafíos. Y llegaron los generosos apoyos solidarios, económicos e intelectuales. La Ribera le debe mucho a Susana Dillon, Osvaldo Wehbe, Nelson Altamirano, Lionel Gioda, Guido Ferreira, Leonidas Cholaky, entre otras personas.

Ellos fueron muy importantes en nuestro crecimiento y desarrollo como medio. Cada aporte, cada consejo, cada apertura que nos generaron, fueron consolidando las bases de una construcción comunicacional que fue haciéndose fuerte, sólida y consecuente.

También fueron imprescindibles en este recorrido personas como Edgardo Pérez (imprentero), que nos permitió la llegada definitiva a la ciudad. Hasta el 2004, La Ribera se imprimía en Rio Negro. Y Edgardo nos abrió su empresa para que La Ribera hiciera una base real en Río Cuarto. El también creyó, colaboró y contribuyó con nuestra etapa inicial en la ciudad. Reconocerlo es un deber y una verdadera satisfacción.

En este largo recorrido, nuestra propuesta gráfica fue mutando, creciendo y modernizándose. Parece mucho tiempo, pero hace una década y media, imprimir a color era un desafío muy fuerte para un medio como el nuestro. Y pudimos hacerlo. Con apoyo, mucho esfuerzo y una tenacidad que nos demandaba un tremendo esfuerzo.

Esto fue posible, porque además hubo un apoyo comercial de una cantidad importante de auspiciantes. Fueron cientos los emprendedores y empresarios que nos abrieron sus puertas, creyeron en nuestra propuesta y además aportaron generosamente para que el medio creciera.

Es verdad que parte de esa construcción tuvo éxito, porque nos permitimos una mirada regional, integradora y plural. Trascendimos la frontera de la A005, y llegamos al territorio. Incluimos localidades, vinculamos territorios y reflejamos con responsabilidad lo que acontecía en el gran Rio Cuarto. En la actualidad, esa labor es desarrollada casi de manera exclusiva por nuestros medios.

En La Ribera, pensarnos como medio local es imposible. Somos hace muchos años una propuesta regional, pero que desde comienzos de este año ya se ubica en el plano provincial. La cobertura de nuestras plataformas audiovisuales así lo permite.

Toda nuestra producción se emite en medios de las ciudades más importantes de la provincia. Y eso nos halaga y nos compromete aún más. Entendemos que el ejercicio de la profesión se debe honrar, y por ello, nos ocupamos de informar con responsabilidad.

Sabemos que hacer periodismo implica tener una mirada comprometida, con un principio ético y una conducta noble. Estamos felices de recibir ese reconocimiento y el respeto de todos los actores sociales con los que tenemos vínculo.

Trabajamos con el tejido institucional de la ciudad de Río Cuarto, capital alterna de la provincia y el país. Recorremos más de 70 localidades de Córdoba, comunicamos gestión y reflejamos la realidad de cada lugar, con la misma intención siempre: hacer periodismo responsable.

Cumplimos 21 años de existencia en el mercado gráfico y lo celebramos con la misma mirada de siempre. Y nos gusta mucho lo que hacemos. A todos GRACIAS.