Por Pablo Gustavo Díaz. Consultor político
Mientras el equipo gane, poco importa a la hinchada lo que pase en el vestuario, suele decirse en el fútbol. Máxima que pudo comprobarse en el Boca de Bianchi, que ganaba todos partidos con Riquelme y Palermo peleados y el vestuario dividido. Pero cuando el equipo deja de ganar y empieza a mostrar fallas en su juego, florece “el cabaret” que se vive en el vestuario. Máxima que también pudo comprobarse en el Boca del Bambino Veira cuando Diego ‘gambetita’ La Torre desnudó todas las peleas internas.
Sirva este ejemplo futbolero para graficar lo que pasó este mes en argentina con la imagen de Javier Milei y la aprobación popular de su gobierno. Desde su asunción en diciembre pasado la imagen presidencial siempre se mantuvo bien por encima del 50% de positiva, a la par de una alta aprobación de gestión.
Por esos días el vestuario libertario (bloques del Congreso de la Nación y despachos del Poder Ejecutivo) era una bolsa de gatos. Oscar Zago despedido como presidente del bloque de Diputados. Marcela Pagano internada tras ser rechazada su presidencia de la comisión de Juicio Político. 51 altos funcionario del gobierno, entre los que se contabilizan al Jefe de Gabinete de Ministros, echados de sus cargos y la Vicepresidenta Victoria Villarruel acusada de traidora. En palabras de Latorre, un quilombo.
Pero como la inflación iba en fuerte descenso y la esperanza social de un futuro mejor seguía intacta, nada de lo que pasaba puertas adentro de La Libertad Avanza repercutía en la opinión pública.
En agosto eso cambió. La inflación dejó de ser el principal problema de los argentinos y emergieron nuevos problemas como el aumento de la tarifa de los servicios y la desocupación, que, al no tener aún un horizonte de solución a corto plazo, alteró el humor social optimista de los meses previos.
En ese contexto de “malestar social” las internas de La Libertad Avanza, que jamás se apaciguaron, cobran un valor negativo tan alto que el propio presidente Javier Milei tuvo que salir a frenarlas públicamente, en su discurso 3er. Encuentro Regional del Foro de Madrid-Río de la Plata 2024 en el Centro Cultural Kirchner.
Milei vio en las encuestas como su imagen rompía el piso del 50% y la desaprobación de su gestión crecía y encendió la alerta amarilla ¡el horno no está para bollos! rugió el león.