PorĀ Pablo Gustavo DĆaz.Ā Consultor polĆtico
SegĆŗn el diccionario, desregular es un verbo transitivo que significa āEliminar total o parcialmente las reglas o normas a las que debe ajustarse algoā. La irrupciĆ³n del outsider Javier Milei en la polĆtica vino montada sobre esa idea desreguladora: eliminar total o parcialmente las reglas que regĆan la lĆ³gica polĆtico-econĆ³micas existente y asĆ liberar las fuerzas maniatadas por āla castaā.
Parafraseando al autor de El PrĆncipe, NicolĆ”s Maquiavelo, Milei no estuvo ni estĆ” interesado en preservar el statu quo; quiere derrocarlo. Por eso su ministro favorito es Federico Sturzenegger, el dueƱo de la motosierra burocrĆ”tica que destroza las leyes que regulan centenares de actividades econĆ³micas.
Pero ademĆ”s de la econĆ³mica tambiĆ©n hay una aplicaciĆ³n polĆtica del tĆ©rmino desregulaciĆ³n. La definida por el maestro de la consultorĆa polĆtica Carlos Fara en 1999 del āelector desreguladoā.
Fara construye su teorĆa analizando el comportamiento electoral en Argentina, describiendo un votante que ya no se siente atado a lealtades partidarias tradicionales ni a ideologĆas fijas, lo que les permite moverse entre opciones polĆticas muy diferentes segĆŗn el contexto y la oferta electoral del momento.
SeƱala el consultor que estos electores tienden a rechazar el statu quo y buscar alternativas fuera de los partidos convencionales, motivados mĆ”s por sus preocupaciones inmediatas que por su fidelidad ideolĆ³gica (el primer metro cuadrado que referenciaba otro famoso consultor, Jaime DurĆ”n Barba).
La teorĆa de Fara no tardĆ³ en demostrarse ya que, tras la implosiĆ³n polĆtica del paĆs a inicios de 2002, las demandas de esos electores dieron surgimiento a nuevos lĆderes y partidos polĆticos.
Hoy muchos analistas con columnas en los mƔs importantes medios tradicionales se sorprenden al descubrir el emergente populista que estƔ tomando la liturgia libertaria nacional.
Son los desprevenidos de la teorĆa de Fara e ignorantes de la composiciĆ³n primigenia del voto a Javier Milei: mucho exvotantes peronista que, ante la falta de respuesta de ese movimiento a sus necesidades mĆ”s inmediatas y compromisos histĆ³ricos, saltan hoy a La Libertad Avanza como otros antes lo hicieron votando, por ejemplo, a Francisco de NarvĆ”ez y su UNIĆN Celeste y Blanca en 2009, a Sergio Massa y su Frente Renovador en 2012, a Mauricio Macri y su PROpuesta Republicana en 2015, o a la mismĆsima Cristina FernĆ”ndez de Kirchner y su Unidad Ciudadana en 2017 cuando decidiĆ³ presentarse a elecciones por fuera del sello del PJ bonaerense.
La entrevista que el movilero de C5N Daniel Malnatti hizo a un grupo de jĆ³venes asistentes al reciente acto de La Libertad Avanza en Parque Lezama es un ejemplo cabal de la desregulaciĆ³n polĆtica. Los pibes entrevistados llegaron allĆ en ābondisā contratados en el conurbano especialmente por la organizaciĆ³n del evento, se declararon āconversosā y ante la chicana del periodista recitaron a pie juntillas la definiciĆ³n de liberalismo del prĆ³cer Benegas Linch (hijo): āel respeto irrestricto del proyecto de vida del prĆ³jimo ā¦ etc ā.
Si bien esta desregulaciĆ³n se debe a la pĆ©rdida de representaciĆ³n polĆtica de una gran parte del electorado, tambiĆ©n obedece a otro fenĆ³meno menos interpretado por la polĆtica tradicional: la fragmentaciĆ³n social.
La FragmentaciĆ³n se instala a medida que las sociedades se vuelven mĆ”s desiguales, y diferentes grupos sienten que sus intereses no estĆ”n siendo atendidos por las Ć©lites polĆticas tradicionales.
La globalizaciĆ³n, la automatizaciĆ³n, la concentraciĆ³n de la riqueza, los escĆ”ndalos de corrupciĆ³n, la ineficiencia en la gestiĆ³n del estado, el cambio climĆ”tico o el incumplimiento de promesas electorales,ā por ejemplo, profundizan esas divisiones generando un aumento del descontento que arrastra la sociedad a buscar refugios en movimientos identitarios, favoreciendo la trivializaciĆ³n.
Emos, Punks, Skinheads, progres, kirchos, fachos, liberales, conservadores, ambientalistas, antisistema, anarcocapitalistas, nacionalistas, etc. Son algunas de las tribus en las que buscan refugio identitario muchos de esos electores, que, cuando comienzan los procesos electorales tienden a posicionarse, aliƔndose con sus similares y polarizando con sus oponentes.
Un estudio efectuado en aƱo pasado por la empresa demoscĆ³pica Cluster17 y el diario La Vanguardia de EspaƱa, descubriĆ³ que en ese paĆs europeo existen al menos 16 tribus sociales con las que se identifican los electores del PP, PSOE, VOX, Unidas Podemos, Sumar, etc. (clic acĆ” para acceder a la nota https://www.lavanguardia.com/politica/20230625/9063485/16-tribus-politicas-espanolas.html)
Los grandes partidos que durante el siglo XX representaron coaliciones amplias de intereses (como el PP y el PSOE en EspaƱa o el radicalismo o el peronismo en Argentina) han perdido terreno frente a partidos mĆ”s pequeƱos o movimientos personalistas que apelan a estos nichos especĆficos de electores.