Por Florencia Guttlein. Comunicadora Social

Las dos protagonistas de este nuevo siglo se configuran para crear una nueva realidad: tecnología y trabajo abren otro escenario. No hay dudas de que estamos ante la caída de viejas estructuras, en todos los niveles y sentidos posibles. La crisis es transversal y toca todas las áreas: política, educación, cultura, sociedad, trabajo, etc. Cómo nos posicionamos ante un mundo que nos pide constantemente que nos actualicemos y donde las nuevas tecnologías guían el timón del barco. En ese escenario, el trabajo va adaptándose a las nuevas transformaciones, donde el trabajo remoto tomó mayor relevancia a partir de la pandemia. 

En este sentido, las tendencias de trabajo remoto continuarán evolucionando ya no se trata de una moda sino de una transformación propia de este nuevo siglo que brinda mayor flexibilidad laboral y que cada vez más empresas lo incorporan a su modalidad de contratación. Esto posiciona a los trabajadores en otro contexto y otra dinámica. Ya no se trata solo de trabajar en el lugar donde se reside sino de una apertura a otras ofertas de trabajo que involucren otros países, otras fronteras, otros grupos. 

Según una encuesta de la consultora Randstad, que reflejó las expectativas, estados de ánimo y comportamiento de los trabajadores en 34 países, incluido la Argentina, la tercera parte de los trabajadores registrados de la Argentina consideró que el trabajo remoto es algo innegociable, ya que eso permite «un mayor equilibro entre vida laboral y personal». Según el relevamiento, el 35% de los encuestados aseguró que no aceptaría un trabajo que no le brinda flexibilidad respecto al lugar desde donde trabajar.

Los empleos digitales seguirán creciendo, para el 2030 la oferta de trabajos remotos será de 92 millones de puestos laborales a nivel global, un crecimiento 26% con respecto al universo actual. De acuerdo con una investigación del Foro Económico Mundial (WEF) en colaboración con Capgemini, el desarrollo tecnológico en los próximos años ayudará a que más actividades se realicen de forma remota.

En ese marco, será importante observar cĂłmo se regularán las actividades laborales remotas, el rol que jugará el estado en esos ámbitos . Además, la seguridad cibernĂ©tica será uno de los problemas que deberán abordar.  Al trasladarse la fuerza laboral al hogar, ya sea de forma parcial o total, el riesgo de ataques cibernĂ©ticos y la consiguiente fuga de datos se multiplica.Â