Por Sandra Choroszczucha – Politóloga y Profesora de la Universidad de Buenos Aires
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En Argentina se celebrarán las elecciones primarias PASO el día 13 de agosto y las elecciones generales el 22 de octubre. En estas dos elecciones las estrategias, los posicionamientos, ejes de campañas y discursos de cada candidato pueden llegar a ser bien diferentes entre lo que manifiestan de cara a la elección PASO y lo que manifestarán para la elección general. Y esto ocurre porque perfilarse nítidamente puede ser una táctica inteligente para captar con mayor certeza voto duro -cautivo- en una primera instancia, para luego, en una segunda instancia desperfilarse lo necesario para alistarse a captar mayor apoyo y tener chances de ganar la elección general. Para el caso del candidato oficialista, esta tarea se presentará más extrema, ya que en una primera instancia deberá perfilarse como el súper nacional y popular “de izquierda” para en una segunda instancia desperfilarse y asumirse como un neoliberal pro ajuste y devaluador “de derecha”.
Sergio Massa del oficialista Unión por la Patria, debe competir en las PASO con el líder social Juan Grabois que proclama el colectivismo como modelo a seguir con un discurso altamente populista de izquierda. Juan Grabois no tiene el nivel de visibilidad que tiene Sergio Massa entre el electorado a nivel país, y mucho menos los vínculos estrechos con el establishment nacional e internacional – ese “capitalismo de amigos” que con su asistencia constante lo ayuda a Massa a disimular lo mal que gestiona la economía hace ya un año-.
Sergio Massa se sabe ganador en esta interna y la mayoría lo suponemos ganador, no solamente porque las diversas encuestas así lo anuncian sino porque es difícil imaginar que un líder social poco conocido en cantidad de provincias y localidades, pueda reunir la cantidad de votos para erigirse en el candidato oficialista. Sin embargo, las mismas encuestadoras que dan ganador a Massa nos anuncian que la intención de voto hacia Grabois viene creciendo, así aparentemente el líder social ya no contaría con un magro 2 o 3% de apoyo electoral, sino que presumen diversos encuestadores que captaría un 8% o tal vez más.
Vale decir, Sergio Massa según los distintos sondeos de opinión ganará la interna en Unión por la Patria pero debe esforzarse por captar un electorado que no simpatiza con él desde antaño, un electorado como “los ex ñoquis de La Cámpora”, un electorado que representa al núcleo duro de Cristina Fernández de Kirchner (CFK), que se auto percibe como “la izquierda”, que abona ese discurso anti neoliberal y despotrica a diario contra “la derecha”.
Massa debe asegurarse que el núcleo duro cristinista que despotrica a diario contra “la derecha” (que se presume ronda en un +- 30%) lo apoye en las elecciones PASO, no solamente para ganarle a Grabois, sino para demostrar ante la opinión pública y ante el electorado de su propia fuerza que no lo quiere tanto, que tiene un apoyo importante y que puede llegar a ser el presidente por el frente oficialista. Y para que esto ocurra, Massa está obligado a hacer lo que está haciendo, mostrarse muy amigo de “los ex ñoquis”, a hacernos creer que es muy guapo con el FMI (su esposa nos contó a través de medios de comunicación que Sergio se pone picante en los streamings con el FMI, que levanta la voz y que le pone los puntos). Massa aquí y ahora tiene prohibido mencionar la palabra “ajuste” y “devaluación” aunque no hace más que ajustar y devaluar desde que asumió la cartera económica, Massa hoy debe ser un nacional y popular más, para captar ese techo bajo pero piso alto que le aporta el voto de CFK y que lo hace competitivo en esta elección que se supone de tres tercios.
Sin embargo, una vez que las PASO culminen, Massa deberá captar voto de aquellos ciudadanos que no quieren continuar con un modelo populista que nos sucumbió en un régimen de alta inflación, y en unos niveles de pobreza e indigencia terriblemente preocupantes. Por tal motivo, Massa deberá rápidamente volverse un candidato pro ajuste, pro reformas anti inflacionarias posta, y su esposa probablemente nos contará a través de medios de comunicación que Sergio ya dejó de ponerse picante con el FMI y que cumplirá calladito con todo lo que el organismo multilateral de crédito le imponga. Solamente así podrá captar más voto que el que le pueda aportar el kirchnerismo populista; con +- 30% podés llegar bien posicionado a una elección y llegar al ballotage, o no.
Por eso, luego de las PASO, si quiere Massa llegar al ballotage con miras a ganar la elección general, pretenderá captar unos cuantos puntos porcentuales más de “la derecha”. Y para esto, debe trasmutar como supo hacerlo desde que dio sus primeros pasos políticos militando en la fuerza de ultra derecha UCD, para luego desembarcar en el peronismo neoliberal, y en el peronismo anti neoliberal kirchnerista, y en su propio Frente Renovador absolutamente anti kirchnerista, y en las filas del macrismo junto al gobierno de Cambiemos, para luego volver a ser amigo de Cristina y el universo nacional y popular. Conciliar la manera de obrar con la índole de las circunstancias no debería ser tan difícil para Massa, solamente debe ser un estatista populista hasta el 13 de agosto y volverse un neoliberal ortodoxo desde el 14 agosto. Y lograr que el electorado le crea.