Abucheos al ministro Finocchiaro y ratificación de la Reforma del ’18. Prosigue en Córdoba la III Conferencia regional de educación superior (CRES) para América Latina y el Caribe, a 100 años de la Reforma Universitaria.
Con una nutrida asistencia se realizó el acto inaugural de la III Conferencia Regional de Educación Superior en la ciudad argentina de Córdoba, cuna de la Reforma Universitaria de 1918. Los discursos de apertura, más allá del obligado decoro formal y del necesario acento académico, estuvieron marcados por un fuerte tono político y doctrinario.
Las voces se pronunciaron en favor del acceso libre y gratuito a la universidad como también de saldar la deuda con las poblaciones originarias.
Han cambiado los contextos desde los albores universitarios en la región, sin embargo sigue habiendo obstáculos a sortear. Lo que ayer representaba “una oligarquía clerical muy reaccionaria que estaba anquilosada” hoy lo constituye “el neoliberalismo, la exclusión, la megaminería”. Boaventura de Sousa Santos, doctor en Sociología del Derecho, recordó asimismo que en 1918 había en la Argentina “un impulso muy grande de la clase media a tener su palabra” y que hoy se han sumado “las clases de abajo”.
Para este portugués, profesor distinguido del Institute for Legal Studies de la Universidad de Wisconsin-Madison, “hay una tarea enorme que queda por hacer”. Consideró menester “articular ontológicamente en nuestro continente con las nuevas tecnologías”, tender puentes “entre ciencia y saberes populares” y proveer “acceso a educación gratuita y libre, de orientación anticapitalista, anticolonialista y antipatriarcal”.
El actual presidente del Consejo Interuniversitario Nacional, Hugo Juri, evitó confrontar con los dichos de Eugenia Vidal, gobernadora de Buenos Aires, pese a lo cual dejó claro el rol primordial de la educación superior para mejorar las chances de desarrollo: “Creemos nosotros que hoy la educación superior es lo que era la media hace años”. Sostuvo que “tiene que llegar a toda la sociedad en todos los rincones de nuestro país” y que “a los primeros que tiene que llegar es a los pobres”.
El anfitrión rector de la Universidad Nacional de Córdoba dijo también que es necesario cambiar algunos modos de ejercer la docencia: “Debemos generar una mente abierta y evitar carreras y cátedras cristalizadas que no se reconocen una a la otra”. Además, planteó que las casas de estudio deben entrelazarse con otros sectores sociales y así “llegar a trabajadores de fábricas, sindicatos”, lejos de quienes asumen que la educación es un bien individual.
En medio de silbidos y letras que reclamaban cambios en el rumbo económico, el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, destacó que los jóvenes reformistas propugnaban que la universidad devolviera a la sociedad lo que la sociedad le había dado y asumían “la dimensión regional que requería la transformación”. Ponderó que “las universidades latinoamericanas han sido protagonistas de las luchas democráticas en cada uno de sus países” y compartió su augurio de que la CRES 2018 constituya “un espacio serio de reflexión y análisis”.
Los docentes, estudiantes, nodocentes y graduados de la UNRC que habían partido antes de las 7 de nuestra ciudad presenciaban un hito centenario. Caminaban junto a vecinos americanos tales como Vitalino Similox, rector de la Universidad Maya Kaqchikel de Guatemala. Consciente de que pasado no debe ser pisado, manifestó que “hay muchos pueblos originarios en América Latina” y que “nuestra ciencia, filosofía, no es necesariamente parte de estudio de nuestras universidades”.
Otro que viajó hacia la ciudad de Córdoba fue Mario Fuentes Terán, rector de la Universidad Indígena Quechua “Casimiro Huanca”, de Bolivia. Aseveró que la conferencia regional era ámbito propicio para “socializar los avances de Bolivia en educación sociocomunitaria productiva” y que estaba deseoso de “participar de una discusión en la cual podemos recibir la sabiduría de otras universidades”. En cuanto a qué entraña el apego a las raíces en pleno siglo 21, Fuentes Terán indicó que “no estamos al margen de la modernidad, sino que propiciamos un ámbito de diálogo de distintos saberes”.
El director del Instituto Internacional de la Unesco para la educación superior en América Latina y el Caribe, Pedro Henríquez Guajardo, pidió que se pase de las declaraciones a hechos en beneficio de las comunidades. También llamó a pensar que, “cuando los grupos ideológicos y partidos políticos tienen problemas para legitimarse, el único recurso es la academia”. Y dejó caer una semilla que es de esperar que germine por nuestras tierras: “Tenemos una idea clara, pero esto no obsta para que haya entendimiento” de las ajenas.
Francisco Tamarit, coordinador general de la CRES, fue el primer orador y ratificó la noción de que “la educación superior” es un “derecho universal” e invitó a la juventud “a trabajar para acabar con la pobreza, nunca con las universidades. Ese debe ser el propósito de la educación superior en nuestra región”.
Stefania Giannini, subdirectora general de Educación de la Unesco, “se dirigió al público en español, inglés e italiano. Destacó el relieve de la conferencia para situar la educación superior en el centro de la agenda política. “Córdoba es el lugar perfecto para este encuentro. El grito de Córdoba dio inicio a transformaciones que todavía son necesarias en la actualidad”, agregó.
Según el sitio oficial de la CRES 2018, “desde la una de la tarde comenzaron a llegar al Orfeo Superdomo de Córdoba los invitados”, con el fin de participar en el acto inaugural del “evento de mayor relevancia para el futuro de la educación superior de América Latina en el Caribe, que coincide con el centenario del Manifiesto Liminar de 1918, documento que redimensionó la visión de la educación superior a inicios del siglo XX”.
El acto oficial que abrió la conferencia “contó con 3200 actores de la educación superior, entre ellos académicos, trabajadores, estudiantes, asociaciones profesionales, centros de estudiantes, de investigación, sindicatos, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales de la región”.
Fuente: Prensa y Difusión UNRC