Por Gonzalo Parodi. Abogado y Licenciado en Ciencia Política. 

La falta de una política pública que tenga como eje principal la gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos, ha quedado expuesta en los últimos días ante la mirada de todos los riocuartenses. No solamente por la inexistencia de un plan que tenga como objetivo la separación, reducción, reciclado y reutilización de la basura que diariamente producimos, sino que llegamos al extremo de que la vida útil del enterramiento sanitario sea menor a un año y no tengamos certezas de cómo resolver tal problemática.

REPITO, el relleno sanitario ubicado en el predio del sector del “Paraje Los Espinillos”, se encuentra al borde del colapso. Fue el propio Secretario de Servicios Públicos en el informe anual, quien reconoció que los tiempos de capacidad del predio se acortaron a menos de 12 meses.

En la actualidad, nuestra ciudad genera cerca de 200 toneladas de basura diarias. Pero, se suma una situación que complejiza aún más el escenario: la familia propietaria de las tierras que rodean el predio, presentó un recurso de amparo contra el municipio para impedir que se expropien nuevas hectáreas para ampliar el enterramiento, justificando que el mismo está mal ubicado, a metros del Río Cuarto (declarado reserva natural) y que, genera contaminación que impacta sobre las familias que allí habitan.

Conociendo que el conflicto viene desde hace dos décadas con la familia propietaria de las tierras, ¿por qué desde el municipio esperaron hasta último momento para avanzar en una solución? La respuesta es sencilla: improvisación en estado puro. Confiados en la herramienta de la expropiación, subestimaron la posibilidad que los propietarios de los terrenos avanzaran en judicializar el conflicto. Eso demuestra también, que el medio ambiente y la basura no son una prioridad de la gestión Llamosas. Queda menos de un año, 200 toneladas diarias de basura y una resolución que dejó de ser una definición política, para pasar a ser una decisión judicial.

El enterramiento sanitario actualmente cuenta con 6 celdas. Las mismas son una especie de largas zanjas, estilo piletas, las cuales son cubiertas con una membrana para que no haya filtraciones de los líquidos lixiviados que genera la basura en las napas. Esos líquidos, salen de las celdas a través de canales de escape que se realizan para que se dirijan a una especie también de pileta sellada donde se terminan evaporando.

Los enterramientos sanitarios a cielo abierto, producen gases como el metano o dióxido de carbono y son generadores de efecto invernadero, por ende, conducen al calentamiento global y al cambio climático. En el contexto de un mundo que se está calentando más rápido que en cualquier otro momento de la historia.

En la actualidad, creemos desde la oposición, que existe la posibilidad que se esté utilizando el espacio que debería ocupar la planta de tratamientos, como una séptima celda improvisada, teniendo en cuenta la saturación del predio.

Aquí aparece otro elemento que demuestra la falta de prioridad de un tema central como el medioambiental; la planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos.

La planta empezó a pagarse en agosto del 2017. Sin actualizar los valores por inflación, hasta el mes de marzo de 2020 el municipio ya había pagado a COTRECO mas de 15 millones de pesos para la construcción de la misma. ¡El resultado es que la empresa aún no ha colocado ni un solo ladrillo! En el contrato está establecido que, para mazo del 2020, se debería haber llegado a un 70% de avance de obra. Podríamos afirmar que los riocuartenses hemos sufrido un fraude ambiental.

Por todo mencionado, es urgente tener un plan a largo plazo que no solamente no improvise sobre el destino final de la basura, sino también que genere los mecanismos para que se produzca una fuerte reducción de aquello que se entierra.

Debemos trabajar fuertemente en el plano educativo para que cada familia en sus casas separe los residuos en origen, implementar un sistema de recolección diferenciada e incluir un proceso de tratamiento de los residuos con inclusión social y económica, haciendo parte del proceso a los recuperadores urbanos.

En América latina, el 81% de la población vive en ciudades, donde se consume el 70% de la energía total y se produce el 75% de las emisiones de carbono. Nuestro país y nuestra ciudad poseen parámetros similares.

Tenemos que ir hacia un cambio de paradigma. Dejar la economía lineal en materia de residuos: extracción, producción, consumo, desecho; hacia una economía circular, para incorporar el reciclado, la reutilización. También pensar en valorizar aquellos desechos que no se pueden separar y no son reciclables, para la generación de energía.

El desarrollo sostenible, es un llamamiento a la acción de todos nosotros para promover la prosperidad al mismo tiempo que se protege el medioambiente. La erradicación de flagelos como el de la pobreza, debe ir acompañada de estrategias que fomenten el crecimiento económico y aborden una serie de necesidades sociales, como la educación, la sanidad, la protección social y las oportunidades de empleo, al tiempo que se ocupen del cambio climático y la protección del medio ambiente.