Carbap planteĂł que “están desactualizadas” y “no es el momento de eliminarlas”, sino que el sector aportará en el combate a la pobreza porque “no es egoĂsta”. Cartez contestĂł que se deben condenar siempre y que no han colaborado a la mejora econĂłmica en el paĂs.
Luego del aval a las retenciones que dio el presidente de Carbap, MatĂas de Velazco, desde una entidad “hermana”, como es Cartez, salieron al cruce para pedir “coherencia entre discursos y convicciones”.
El fin de semana, el titular de las Confederaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa declarĂł a la prensa que el sector debĂa “tener los pies sobre la tierra”, por lo que “no es momento para sacar las retenciones”. Aunque planteĂł la necesidad de “desarticularlas” a futuro, incluso sugiriĂł que quedaron “actualizarlas” tras las Ăşltimas devaluaciones. En ese sentido dijo que “el campo no es egoĂsta” y rematĂł: “entendemos la pobreza, la cantidad de pobres que hay, y pondremos el hombro”.
Sin hacer referencia directa a de Velazo o a la entidad que preside, el parte de la ConfederaciĂłn de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (CĂłrdoba y San Luis) insistiĂł con el rechazo a las polĂticas que propician la continuidad de este “impuesto distorsivo que asfixia a las producciones generadoras de las divisas que nuestro paĂs necesita de manera imperiosa”.
Con mayor precisiĂłn, el texto que firma el presidente Gabriel de Reademaker alude directamente a la supuesta utilidad de los derechos de exportaciĂłn como polĂtica de desarrollo social. “En la práctica, y contrariamente a lo que se pregona, las retenciones a las exportaciones han demostrado ser completamente ineficientes como herramienta de remediaciĂłn de la pobreza estructural que agobia ya a un 40% de los argentinos”.
Texto completo: «Desde la ConfederaciĂłn de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona, CARTEZ, manifestamos, una vez más, nuestro rechazo categĂłrico a las polĂticas que propician la continuidad de los Derechos de ExportaciĂłn que pesan sobre productos que el paĂs vende al mundo y que tienen su máxima incidencia en aquellos que provienen del rubro agropecuario. Conocidos comĂşnmente como retenciones a las exportaciones, constituyen el peor impuesto distorsivo que asfixia a las producciones generadoras de las divisas que nuestro paĂs necesita de manera imperiosa. En la práctica, y contrariamente a lo que se pregona, las retenciones a las exportaciones han demostrado ser completamente ineficientes como herramienta de remediaciĂłn de la pobreza estructural que agobia ya a un 40% de los argentinos.
Se debe migrar a un sistema impositivo progresivo y equitativo, que contemple el resultado econĂłmico de las diferentes actividades, al tiempo que posibilite una reducciĂłn gradual de la presiĂłn fiscal que actualmente condiciona la actividad de las economĂas regionales, limita la máxima expresiĂłn de la capacidad productiva argentina y pone un freno a la generaciĂłn de fuentes y puestos de trabajo imprescindibles para superar la situaciĂłn de pobreza de quienes estĂ©n dispuestos a salir de la realidad indigna del subsidio sin contraprestaciones, ayuda coyuntural que termina convirtiĂ©ndose en un certificado condenatorio a la dependencia de un favor polĂtico.
Al mismo tiempo, los productores agropecuarios adheridos a CARTEZ advertimos nuestra oposiciĂłn al eventual regreso de viejas y fracasadas prácticas de intervenciones y regulaciones caprichosas de los mercados, ya que dañaron severamente a todo el interior productivo de nuestro paĂs.
Desde CARTEZ, siempre propiciamos el diálogo como camino de construcciĂłn de consensos que posibiliten acuerdos sĂłlidos y perdurables, pero no estamos dispuestos a ceder a presiones que busquen hacernos renunciar a nuestros más elementales principios y convicciones».Â