Por Nicolás Forlani. Lic. Ciencia PolĂtica; Dr. En Estudios Sociales de AmĂ©rica Latina; Integrante del Centro de FormaciĂłn y Pensamiento GĂ©nera.
La Argentina enfrenta un partido complejo, más aun, adverso. Superar un rival que articula actores externos e internos de enorme poderĂo ofensivo demanda una gran inteligencia colectiva, especialmente, la de ser capaces como sociedad de dar lugar a la más intensa creatividad para apuntalar formas de juego en el que lxs protagonistas del pleito sean cada vez más lxs de abajo.
De reminiscencias claramente futbolĂsticas “salir jugando desde el fondo”, la expresiĂłn aplica en al menos tres sentidos a la realidad polĂtica nacional. En su versiĂłn más taxativa, esto es, “salir del Fondo” se evidencia un imperativo insoslayable: liberarse del FMI es condiciĂłn necesaria para propiciar el desarrollo soberano del paĂs. El reciente (y relativo) estado pĂşblico de las negociaciones con el organismo financiero internacional confirmaron lo previsto ya desde aquel anuncio breve y contundente del por entonces presidente Mauricio Macri, cuando acordĂł en tiempo rĂ©cord el mega-endeudamiento: en adelante, planificar y ejecutar una polĂtica econĂłmica autĂłnoma, es decir, libre de condicionamientos externos serĂa una proeza de enorme audacia polĂtica.
Trascender el orden de lo posible
El escenario es dramático, en todas y cada una de sus “homogĂ©neas” posibilidades. Es que aceptar los tĂ©rminos que propone el FMI (consolidar el superávit comercial contrayendo el crecimiento interno al son de un ajuste fiscal que convierta a los pobres en indigentes y a los sectores medios en nuevos pobres), no acordar y entrar en default o, lo que por estas horas parece una quimera, alcanzar un acuerdo que le permita a la argentina crecer pero indefectiblemente devolver los casi 50 mil millones de dĂłlares en el plazo fijado por el Fondo (10 años); constituyen modalidades que no resuelven una delicada situaciĂłn social cuya mejorĂa demanda una cifra equivalente a la de la deuda externa en inversiĂłn social y productiva. So pretexto de que entre todas las opciones la menos mala, claro está, es la tercera, en tanto brindarĂa algo de oxĂgeno para consolidar la recuperaciĂłn econĂłmica manifiesta en los Ăşltimos 12 meses.
AsĂ, con la cancha inclinada y un árbitro hostil para con la argentina, es necesario “parar la pelota” y recobrar la iniciativa de juego. Para la fuerza social y polĂtica que detenta el poder ejecutivo nacional, el heterogĂ©neo Frente de Todxs (FTD), optar por esperar que las condiciones cambien, esto es, que los poderes reales cedan en su voracidad constitutiva no es una opciĂłn válida, certificarĂa el ocaso de los intereses populares. En su anverso, propiciar un enfrentamiento directo con todos y cada uno de los factores de poder (el clan financiero-mediático-judicial-exportador) aunque serĂa más coherente con la tradiciĂłn contrahegemĂłnica nacional (y regional), a la claras con las vigentes correlaciones de fuerza concluirĂa con una digna derrota popular.
ÂżEllo indica que estamos ante una irremediable capitulaciĂłn?, algo asĂ como nueva crĂłnica de un proyecto popular-democrático frustrado (?). El carácter en Ăşltima instancia abierto de toda estructura social habilita la posibilidad de revertir tendencias e, incluso, transformar configuraciones de poder de apariencias infranqueables. AquĂ es precisamente donde conviene incluir los dos restantes sentidos del tĂtulo de este escrito: jugar con los actores y actrices del fondo.
Hacer margen para tener iniciativa polĂtica propia, en las medidas de las posibilidades con las que cuenta el FTD, es la tarea polĂtica que puede garantizar una proyecciĂłn más acá y más allá de la contienda electoral del 2023. Jugar con lxs nuestrxs, con lxs del fondo, con lxs del subsuelo de la patria en articulaciĂłn con los resortes del Estado que detenta el actual gobierno, permitirĂa proyectar escenarios auspiciosos. Para ello es necesario conectar las polĂticas pĂşblicas con las demandas populares. Resulta evidente que la inflaciĂłn, el desempleo, la inseguridad, la violencia patriarcal, la contaminaciĂłn ambiental, la falta de conectividad, la precariedad en la infraestructura de servicios, etc. golpea especialmente a los sectores populares y, de modo tambiĂ©n creciente, a los ya deteriorados “sectores medios”. Sin embargo parece menos obvio que las soluciones pueden venir tambiĂ©n desde abajo, impresiĂłn que se constata en la reiteraciĂłn de medidas de gobierno cuya efectividad son entre parciales e ineficaces. Analicemos algunas de ellas en vista de otras iniciativas posibles:
InflaciĂłn: Está claro que es un asunto complejo cuyas causas son mĂşltiples y de no fácil tratamiento (entre otros factores intervienen: aspectos de la economĂa global –aumento de precios internacionales de bienes y servicios-; precio del dĂłlar y de los combustibles; puja distributiva; nivel de emisiĂłn monetaria) pero insistir en acuerdos de precios con empresarios no propensos a reducir márgenes de ganancias es, en el lĂmite, una polĂtica gubernamental que auto prescribe su fracaso.
El aumento de precios en al rubro de alimentos es, comparativamente con otros productos y servicios, el de mayor gravitaciĂłn en la erosiĂłn de la capacidad adquisitiva de lxs asalariadxs. AquĂ es donde precisamente es necesario dar espacio a la creatividad con los actores y actrices del subsuelo de la patria. El Estado debe poner en marcha un programa integral-federal que garantice alimentos sanos a consumidorxs e ingresos dignos a productorxs. La demanda por una Ley de acceso a la tierra por parte de Lxs Trabajadorxs de la Tierra no es apenas una peticiĂłn sectorial, es en sĂ misma una polĂtica pĂşblica en pos de garantizar la producciĂłn de alimentos de calidad y cercanĂa con los centros urbanos. Complementariamente, acompañar y estimular cooperativas de comercializaciĂłn y consumo en cada distrito del paĂs es una prioridad que debe ponerse en marcha.
La tierra, la vivienda y la construcciĂłn: aunque voluntariosa, la ley de alquileres evidencia un fracaso mayĂşsculo. El mercado inmobiliario, mejor expresado, la lĂłgica empresarial depurĂł las expectativas de millones de inquilinos e inquilinas al yuxtaponer aumentos exorbitantes en los nuevos contratos y al retirar centenares de viviendas de la oferta de alquiler. Avanzar en una reforma impositiva que grave con mayor elocuencia los inmuebles especulativos, aunque necesaria, pareciera una tarea polĂtica difĂcil de consagrar bajo la actual configuraciĂłn del congreso. ÂżEsperar soluciones de mercado? No, el derecho a la vivienda es primordial pero, y ante todo, el acceso a la tierra un condiciĂłn fundamental. La experticia de los sectores populares en el rubro de la construcciĂłn garantizan las expectativas: ha de ponerse en marcha la entrega de terrenos fiscales con la infraestructura necesaria para habilitar la autoconstrucciĂłn. Garantizar la compra de materiales a precios accesibles requerirá de una fuerte y decidida intervenciĂłn estatal.
ComunicaciĂłn y conectividad: el mayor y mejor intento por democratizar las comunicaciones en el paĂs, esto es la Ley de Medios aprobada en el congreso en el 2009 tras un amplio consenso popular, se frustrĂł con la avanzada de la alianza mediática-judicial-polĂtica que la dejo sin efecto. Desde entonces las fuerzas progresistas cabalgan en la melancolĂa, no sin sus justas razones, por aquella ley frustrada. Ésta es, por la envergadura a nivel de las subjetividades polĂticas-culturales que se ponen en juego, quizás una de las batallas que convenga priorizar-recuperar-reinsistir. Sin embargo, resulta paradĂłjico que ante el carácter estratĂ©gico de la comunicaciĂłn para la consolidaciĂłn-continuidad de un proyecto de transformaciĂłn de la argentina, como el que encarna el FTD, la acciĂłn en este rubro se encuentra auto-limitada. La pregnancia territorial de los movimientos sociales, sindicales y partidarios con los que cuenta la coaliciĂłn gobernante carece de un aprovechamiento en todas sus potencialidades. Frente a la capacidad de penetraciĂłn del discurso neoliberal bajo los mĂşltiples dispositivos tecnolĂłgicos, es necesario anteponer-construir una red de comunicaciĂłn que conecte, vĂa las organizaciones territoriales y las agencias estatales (entre otras, estados municipales, PAMI y ANSES), lo que la ciudadanĂa demanda-observa-propone y lo que el gobierno imagina-proyecta-impulsa. Es decir, hay que abandonar la retĂłrica de la derrota comunicacional con la acciĂłn territorial vis a vis el despliegue tecnolĂłgico. Someramente sintetizada la primera, respecto de lo segundo es preciso asentar que la cruzada tecnolĂłgica democratizadora requiere garantizar el acceso a la conectividad como un derecho fundamental. La tarea deberá comprometer a universidades y agencias de investigaciĂłn a adquirir un rol más activo en la transferencia tecnolĂłgica.
    Retomando: la complejidad del pleito que enfrente la argentina no da márgenes a las fuerzas populares ni para la pasividad ni a un enfrentamiento con la integralidad del bloque de poder. Sin embargo hay espacio para la acción. Con el esfuerzo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad es posible devolver la pelota a los de abajo y salir jugando desde el fondo.
FotografĂa: Gentileza Nodal Noticias de AmĂ©rica Latina y el CaribeÂ