Por Sandra Choroszczucha – Politóloga y profesora de la UBA.

La Corte Suprema de Justicia de la nación es el máximo tribunal en materia judicial, y su función es asegurar la supremacía de la Constitución y ser la interprete final de la Carta Magna.

¿Cuántos miembros debe tener la Corte Suprema en Argentina? Cinco, pero hasta hace apenas días estuvo conformada por tres jueces, el presidente de la Corte, Horacio Rosatti, el vicepresidente de la Corte, Carlos Fernando Rosenkrantz, y Ricardo Lorenzetti, ya que la jueza Elena Highton renunció en noviembre de 2021 y Juan Carlos Maqueda en diciembre de 2024.

¿Quién se sumó a esta terna del máximo tribunal durante los últimos días? El Doctor Manuel García-Mancilla.

El camino que nos llevó hasta acá

El presidente Milei elevó en marzo de 2024, conforme a la ley, los pliegos de los jueces Manuel García- Mancilla y Ariel Lijo, pero en las sesiones extraordinarias del Congreso, que culminaron el 20 de febrero último, no se aprobaron en el Senado con el apoyo de los dos tercios de los miembros presentes, los nombramientos del presidente. Y el presidente con una premura que a muchos sorprendió o incomodó, decidió entonces designarlos por decreto.

¿Cuándo se nombra por decreto a un ministro de la Corte se terminó el trámite? No, aunque la designación la realice el presidente discrecionalmente, el Senado igualmente debe ratificarla con una mayoría absoluta de los miembros presentes. Mientras tanto, los magistrados designados por el presidente pueden ocupar sus cargos en el máximo tribunal.

Pero el juez Lijo no lo ocupó, ¿por qué? Porque para ocupar el cargo de cortesano hasta que se expida el Senado, Lijo debe renunciar a su cargo como juez de un tribunal ordinario en Comodoro Py.

Lijo no quiere arriesgarse a perder su cargo asegurado (el que ocupa desde el 7 de octubre de 2004 en la justicia ordinaria cuando lo designó el ex presidente Néstor Kirchner), pero sí pidió licencia extraordinaria, y esta licencia se la otorgó velozmente la Cámara Federal, pero el 6 de marzo último, la Corte Suprema le negó la licencia.

Para negarle la licencia a Lijo, la Corte emitió tres votos negativos contra 1 positivo. El único voto positivo fue el del juez Ricardo Lorenzetti. Esto quiere decir que Horacio Rosatti, Carlos Rosenkratz y Manuel García-Mancilla dieron el “no” a ese atajo que buscaba Lijo para ya ocupar el cargo de cortesano sin perder la oportunidad de volver a su antiguo cargo si el Senado posteriormente no aprueba su designación.

¿García-Mancilla dio un pasito más para erigirse en cortesano?

Si uno observa la desobediencia debida del nuevo cortesano, se puede inferir, que tal vez la independencia de poderes está funcionando, y así un nuevo miembro de la Corte designado recientemente por el presidente, elige ajustándose a derecho y de acuerdo a la doctrina, no habilitar la llegada del otro juez elegido también por el presidente.

O se puede inferir que García-Mancilla está priorizando dar una buena imagen ante el Senado, un Senado que hasta el 26 de octubre de este año solo contará con 7 legisladores oficialistas y con mayoría opositora, centralmente kirchnerista. El kirchnerismo con su postura “woke” no estaría en línea con el ideario explícitamente conservador de García-Mancilla, pero puede sentirse a gusto frente a un ring que en el primer round demostró que puede existir una mayoría que no se alinee automáticamente con un presidente que manifiesta con elocuencia “me encantaría meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo”.

Por último, podemos inferir que la imagen de García-Mancilla puede resultar más bondadosa ante la opinión pública, ya que, aunque muchos no entiendan con detalle el por qué, en el imaginario colectivo se impone hace tiempo que el juez Lijo es controvertido y que su labor no es transparente ni proba. Por lo tanto, no otorgarle una facilidad extra para que pueda incorporarse como miembro de la Corte Suprema a un juez que se le adjudica haber “dormido” numerosas causas penales, puede otorgarle al nuevo cortesano una imagen más positiva ante una ciudadana ávida de mayor ética.

García Mancilla, con 54 años de edad, si logra que el Senado apruebe su designación, podrá gozar hasta los 75 años de su cargo como cortesano.

Cuando en el mundo Milei no se hace o se dice lo que le presidente quiere, ¡afuera!. Sin embargo, el mundo Milei no puede entrometerse legitima y legalmente en los oficios de la Corte Suprema. Manuel García-Mancilla, por el momento, es el único “mileista” que no obedeció al presidente, y puede quedar ¡adentro! de la Corte Suprema de Justicia por un lapso donde transcurrirán cinco gobiernos más.