Por Florencia Guttlein. Comunicadora Social.

En mi columna del mes de abril compartí con ustedes bosquejos sobre las nuevas tecnologías de Inteligencia Artificial (IA). En esta oportunidad, me ocuparé de desandar los riesgos y alcances negativos que podría representar la IA en nuestra realidad. Los cambios serán a largo plazo, pero cuánto es ese tiempo. Según un reporte del Foro Económico Mundial publicado esta semana realizado en base a encuestas a empresas, para 2027 un 42% de las tareas empresariales será automatizada (frente al 34% de hoy), incluyendo un 35% de las tareas de razonamiento y de toma de decisión, y un 65% en el caso del procesamiento de data e información. 

El riesgo principal de las IA radica en la pérdida de puestos de trabajo, donde los recursos humanos serán sustituidos por este tipo de tecnologías. Si bien, hay características propias del ser humano que serán imposibles de emular y/o alcanzar por las IA, también existe la posibilidad que el razonamiento, la coordinación y la comunicación sean automatizables en un futuro próximo. Según un estudio de Goldman Sachs, unos 300 millones de empleos podrían ser automatizados. Algunos de los roles reemplazables serán los vinculados con algunas funciones de recursos humanos y de tareas administrativas.

Otro de los riesgos es la Seguridad de la Inteligencia Artificial. Tecnología y/o software de IA podría crear realidades falsas, fake news, información que parece real, pero no lo es. Las IA pueden ser usadas por malos actores si caen en las manos equivocadas. Por eso, es importante la regulación de las mismas. Actualmente siete países prohibieron el uso de dicho chatbot GPT, entre ellos Italia, mientras que otras nacionales como Reino Unido ya anunciaron planes para regular la materia.

Es necesario ocuparnos de este tema, creando debates, ámbitos de formación que nos permitan analizar las implicancias de la IA en la vida de las personas. Todavía hay mucha tela por cortar, áreas donde los límites están difusos, más aún si no hay un marco regulatorio. A pesar de los riesgos, sería un error ver a la IA con temor porque puede generar beneficios y ser realmente favorables si se usa con consciencia y responsabilidad.Â