Por Florencia Guttlein. Comunicadora Social

A días de su asunción, Javier Milei anunció un DNU que busca la desregulación de la economía argentina, una de las medidas apunta a los servicios de internet y permitirá la competencia de empresas extranjeras. Guiño para Elon Musk y su empresa Starlink que, se prevé, llegue al país en el segundo semestre del 2024. Esta decisión impacta directamente en Arsat, la empresa argentina de telecomunicaciones, la cual podría ser privatizada. 

Starlink es una compañía de internet satelital que nace como proyecto de SpaceX, fundada por Elon Musk. En el anunció que realizó el presidente del mega DNU, una de las medidas busca la desregulación de los servicios de Internet «para permitir la competencia de empresas extranjeras» y garantizar que la “provisión de facilidades de los sistemas satelitales de comunicación sea libre”. En el mismo discurso, Milei nombró específicamente a «Starlink«, la compañía de Musk, quien a su vez, apoyó la campaña del libertario.  

La decisión de Javier Milei repercute negativamente en la empresa argentina de telecomunicaciones Arsat, la cual desde hace 17 años brinda el servicio a partir de satélites geoestacionarios. Empresa que también podría ser privatizada. 

La industria de las telecomunicaciones es un área clave y la puesta en marcha del servicio de Starlink impacta no solo en la provisión de internet sino fundamentalmente en las pequeñas empresas que brindan servicios de conectividad en zonas rurales. ¿A qué me refiero con esto?. Starlink ofrece conectividad global, a través de una constelación de miles de satélites de órbita baja (a unos 550 kilómetros, a diferencia de otros del rubro que se encuentran a más de 30 mil km) a partir de eso, la información que viaja a través de ondas electromagnéticas lo hace mucho más rápido. Además, la empresa se presenta como una buena opción para ofrecer conexión a internet en áreas rurales o más despobladas  a las que no suele llegar el servicio. 

En una nota realizada por Página 12, Agustín Espada, investigador del Conicet en el Centro de Industrias Culturales y Espacio Público (Universidad Nacional de Quilmes), explica:  “El desembarco de Starlink coloca a la empresa en un rubro en el que hay muy pocos jugadores. Me refiero a la provisión de servicios de internet satelital de alta calidad en zonas rurales. No va a competir con las grandes compañías de telecomunicaciones, sino en un sector bastante acotado”. Luego continúa: “Sus satélites de órbita baja representan un avance tecnológico en materia de provisión. Ofrecerá un servicio más orientado a los actores que se encargan de la producción agropecuaria, que a la población en general. Es un negocio, por lo tanto, que se monta en el rubro del agro principalmente”. Y advierte: “Esta decisión, puede ser bastante ruinosa para las empresas pequeñas que ya brindan el servicio en áreas alejadas”.

De esta manera, Argentina se sumaría a la grilla de países donde ya se encuentra operando Starlink, y específicamente en el continente Sudamericano, a excepción de Venezuela. Estas medidas implican un cambio en el mercado de las telecomunicaciones y el servicio caería en manos del sector privado, el cual tendrá libre acceso para operar y explotar los recursos.