LA TRASTIENDA

Por una circunstancia inesperada, el próximo 4 de agosto habrá elecciones en General Deheza, una de las localidades más importantes del Departamento Juárez Celman. Tras el fallecimiento del intendente Oscar Flores Ferrando, la comunidad local tendrá que definir su reemplazante para completar el período. Como buen animal político, el gobernador Martín Llaryora vio una oportunidad y actuó en consecuencia. En su cruzada por darle forma y fondo al ya definido Partido Cordobés, selló un acuerdo con el sello provincial Alternativa Vecinal, que gobierna la localidad desde hace 16 años, y no sólo significará un apoyo y alineamiento a la propuesta local, sino, además, constituirá la incorporación del partido vecinal a la flamante concertación cordobesa que, como aseguran en El Panal, nada tiene que ver con el “viejo cordobesismo” que supieron edificar José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti. Como sea, el gobernador levanta un ladrillo más en esta región centro-sur, en su objetivo político de construcción provincial, después del paso exitoso que significó la elección del mes pasado en la ciudad de Río Cuarto.

Epicentro General Deheza

General Deheza, es una localidad con casi 10 mil almas, ubicada en la extensa geografía pampeana en el sureste provincial. Sería un conglomerado más de los tantos en la zona, si no fuera por dos aspectos que la distinguen: la poderosa Aceitera General Deheza, y su gran mentor y CEO actual, Roberto Urquía.

En este polo de producción manisera y maicera y sus derivados industriales, ubicado 200 kilómetros al sur de Córdoba y a sólo 70 de Río Cuarto, únicamente se elegirá intendente, el próximo domingo 4 de agosto.

Los comicios fueron convocados tras el fallecimiento del jefe comunal Oscar Flores Ferrando, en mayo, y luego de padecer una penosa enfermedad. Por eso, en diciembre Ăşltimo, el concejal Eduardo Pizzi pasĂł a ocupar interinamente el principal cargo municipal.

Pizzi, es microbiólogo y docente, y será el representante del oficialismo tras superar un par de tironeos internos. Al contar con el apoyo del hombre fuerte de AGD, todo indica que no tendrá inconvenientes en convertirse en nuevo intendente para completar lo que resta del mandato.

Enfrente, tendrá dos candidatos que no se enrolan en los grandes partidos: el periodista Marcelo Araos, que reintentará desde el espacio Proyecto Joven; y la contadora Noelia Díaz, empleada en la Aceitera General Deheza, que pugnará por ese lugar en representación del recién creado Partido Libertario.

En el centro de todo, la familia Urquía, una aliada de no pocos sectores políticos en Córdoba y el país. Una vez más -como tantas otras veces- habilitará una llave para potenciar nuevos proyectos políticos. Esta vez, en la fila del gobernador.

Sobre los despachos principales de AGD, se edificaron todo tipo de definiciones. Sobre todo, están más frescas las de Roberto, quien fue concejal y tres veces intendente antes de lanzarse a la aventura parlamentaria, siempre por alguna vertiente del peronismo. Legislador provincial en 2001, senador nacional dos años después, por Unión por Córdoba, el sello de José Manuel de la Sota, contando en sus vitrinas sus notables acercamientos a CFK y Mauricio Macri.

El Partido Cordobés se amplía

El escenario que describimos sonĂł como opera prima en los oĂ­dos de Llaryora. Por eso, instruyĂł a su delfĂ­n, el ministro Manuel Calvo, a entablar un dialogo directo con el oficialismo de General Deheza.

Así fue como el miércoles último, quedó confirmada la incorporación al Partido Cordobés de la Alternativa Vecinal de la localidad.

En los conciliábulos de pueblo chico, hizo ruido la deserción de Lelio Dedominici, dirigente del PJ local, quien había resultado segundo en las elecciones del año pasado, bajo la escudería de Hacemos Unidos por Córdoba.

Después de los interrogantes, alumbró cierta claridad la publicación de una foto de Pizzi en la sede de la Casa de Gobierno de la provincia, flanqueado por el propio gobernador y el ministro de Gobierno, el viernes último.

Quedaba plasmado un acuerdo polĂ­tico que trasciende la compulsa local de agosto, y va en lĂ­nea con el trabajoso armado de Llaryora a mediano y largo plazo.

El adiĂłs al Cordobesismo

Llaryora pone todas las fichas a su nueva marca: el Partido Cordobés. El nuevo espacio como herramienta de construcción política renovada. Y por supuesto, bastante alejada de los plafones políticos y partidarios históricos.

Así y todo, en lo conceptual, metodológico y hasta identitario, el gobernador tiene muy en claro deberá atender con especial consideración al mentado postulado del Cordobesismo, que tejieron De la Sota y Schiaretti, y qué decir de la clásica estructura del Partido Justicialista.

El neo Partido Cordobés, deberá moverse con cautela y sigilo en las movedizas arenas de la política mediterránea, aún cuando represente al espacio del gobierno.

También, deberá agendar el volátil comportamiento del electorado, que hoy -más allá de una crisis económica y social galopante- arrima aplausos al libertario Javier Milei.

Y en el horizonte del 2025 está la mirada centrada en las legislativas nacionales, donde -calcula Llaryora- intentará una proyección nacional si las condiciones se lo permiten, con la figura de Schhiaretti como estandarte, y exhibiendo figuras del vario pinto político cordobés, entre radicales, conservadores, liberales y hasta no pocos progresistas.

Todo aparece bastante ordenado en el tablero de mando. Pero en unos pocos meses, la etapa de las interpelaciones y verificaciones de lo previsto comenzará a dar las primeras respuestas.