Por Laura Olocco. Comunicadora Social

En Argentina, las micro, pequeñas y medianas empresas (PyMEs) lideradas por mujeres presentaron un porcentaje más alto de participación entre los empresarios y empresarias de menos de 30 años, según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo.

El dato surge de una encuesta privada realizada entre 1.500 mujeres de entre 25 y 55 años de 11 países de la región. El estudio muestra la existencia de barreras para el desarrollo profesional en el plano económico y simbólico entre los que aparecen los prejuicios y los estereotipos de género.

El estudio «MiPyMEs lideradas por mujeres» concluyó que las micro, pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres presentaron un porcentaje más elevado de participación entre los empresarios y empresarias de menos de 30 años (37,1%), que en franjas etarias de mayor edad.

El informe reflejó, además, que los emprendimientos y pymes lideradas por mujeres se concentran en los sectores tradicionalmente feminizados, como educación, con el 73% de participación; salud (42%), actividades inmobiliarias (40%), servicios personales (39%), hoteles y restaurantes (38%), comercio y servicios de entretenimiento (37%).

Este cuadro de situación determina que las MiPymes con liderazgo femenino en general exportan menos y proveen en menor medida a las grandes empresas. En nuestro país, el 41% dice tener un negocio propio o emprendimiento, el 20% un trabajo en relación de dependencia más un emprendimiento propio, 14% trabajan por su cuenta (freelance); 8% sólo en relación de dependencia y 7% son trabajadoras formales en relación de dependencia y suman ingresos por actividades freelance.

En cuanto a las barreras para el desarrollo profesional, en Argentina, el prejuicio de tener un cargo por sexo sube al 40% de respuestas positivas, la emocionalidad como defecto (38%) y la presunción de que las mujeres son débiles tuvo 27% de adhesión. Asimismo, el 27% de las mujeres dijeron que no hay estereotipos que afecte su desarrollo profesional, mientras que el 23% señaló como una barrera el prejuicio de que están en esa posición «porque son mujeres», y 22% dijo lidiar con la etiqueta de «trepadora».

Aun así, el interés por emprender es altísimo en toda la región y el 50% de las encuestadas comenzó su negocio propio durante la pandemia. Somos emocionales, pero eso no significa que seamos débiles, sino más bien, que le ponemos pasión a cada proyecto que emprendemos, tenemos un norte, que es seguir empoderandonos, todas juntas, de la mano, en red, ayudándonos, haciéndonos “piecito” unas a otras para subir, como cuando eramos chicas.