Este viernes 15 de noviembre se realizó la 305ª colación de la Universidad Nacional de Río Cuarto. La ceremonia tuvo lugar en el Aula Mayor y en su transcurso recibieron diplomas 79 profesionales de las cinco facultades: 29 de Agronomía y Veterinaria, 10 de Ciencias Económicas, 5 de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales, 34 de Ciencias Humanas y 1 de Ingeniería.

Por las autoridades hizo uso de la palabra el decano de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, Rosendo Liboa, mientras que por los graduados hizo lo propio Luciana Vélez, licenciada en Administración. Compartieron la dicha por objetivos logrados y destacaron la importancia del apoyo de la sociedad y en particular el de la familia para recibirse.
La toma de juramento profesional estuvo a cargo de la rectora de la UNRC, Marisa Rovera. Una vez más, hubo entre los profesionales quienes se recibieron gracias al proyecto Potenciar la Graduación, que con dos convocatorias por año se orienta a quienes tienen pendiente 30 por ciento o menos del plan para completar sus estudios.

Gratitud
La licenciada Vélez demostró que en un acto como el de este viernes constituye “la culminación de una etapa” y surge la posibilidad de “mirar hacia atrás” y agradecer “a la universidad pública, puntualmente a esta casa de altos estudios por abrir las puertas y el corazón”. Valoró lo que recibió “en la Facultad de Ciencias Económicas”, cuyas “autoridades y profesores fueron partícipes directos en nuestra formación”. También apreció lo hecho por “nodocentes, pilares más que fundamentales en esta institución”.

Vélez tributó “un agradecimiento enorme y eterno a mi familia, en especial a mis padres”. Puso de aliviar todo lo que hicieron “para que esté aquí hoy”, máximo dado que “para quienes venimos de las sierras todo cuesta un poco más”. Varias sonrisas de ternura se vieron cuando la licenciada en Administración demostró que su título es una suerte de “bien ganancial” por cuanto lo consiguió gracias al apoyo de su esposo, “mi sostén para cada cosa que emprendo”.

Feliz por llevarse “un título, experiencias enriquecedoras, crecimiento y muchos amigos”, deseó a los demás graduados “un futuro lleno de éxitos y aprendizajes, que esta meta sea la primera de muchas”.

Relevancia
“¿Qué acto puede ser más sublime para la universidad que entregará decenas de títulos a nuestros jóvenes?”, preguntó el decano Liboa en el inicio de su alocución, que se orientó a las novelas profesionales, destacó el valor de los alumnos y de los sueños más allá del temor que suele aparecer el futuro.

“Ustedes son la esencia, la razón de ser de la universidad. Los estudiantes son el eje alrededor del cual gira todo el aparato institucional. Sin estudiantes, sin graduados, no hay universidad. Hace algunos años, ustedes llegaron a esta casa en busca de herramientas para construir su futuro, hoy regresarán a sus lugares, acompañados de sus padres, sus abuelos, sus familias, con la sensación de haber alcanzado aquello que vinieron a buscar”, expresó de cara a los graduados.

“Este debe ser un momento inolvidable para sus vidas. Porque lo desearon, porque lo buscaron y porque lo lograron”, añadió.

Afirmó que “muy a pesar de lo que se diga y de lo que se piense, en Argentina los jóvenes quieren estudiar”. “La amplia mayoría de nuestros chicos y chicas quieren ir a la universidad. Sueñan con seguir estudiando más del 85% de los alumnos del último año de la escuela secundaria, según algunos organismos”, acotó.

Liboa planteó que “desgraciadamente, desde hace varios años nos acostumbramos a que haya muchos jóvenes que no pueden terminar la escuela media. Los motivos son diversos, pero es una realidad que duele. De cada 10 chicos que terminarán la secundaria, solo 4 ingresarán a la universidad y de estos solo 1 terminará su carrera y alcanzará su título”.

Por ello, exhortó a los hoy profesionales a sentirse afortunados: “Sean agradecidos. Ustedes pudieron, ustedes lo lograron. Y esta Universidad, la universidad pública, los acompañó en el trayecto y lo hizo posible. Porque esa es nuestra misión fundamental. Porque ese debe ser nuestro compromiso.

Para eso trabajamos cada día. Para acompañar el esfuerzo de tantas familias y las ilusiones de tantos jóvenes. Para llenar el país de nuevos profesionales, de chicos y de chicas capacitados para trabajar duro por el futuro del país”.

Recordó Liboa que “la universidad pública, libre y gratuita tiene un costo y alguien lo paga. Son los argentinos que trabajan, los que producen, los jubilados. A ellos, a ustedes, nos debemos”.

Superación
Más adelante, el decano indicó: “Estos momentos, en que las ofertas de carreras universitarias de organismos privados se multiplican, nos exigen ser cada vez mejores y más competitivas. Tenemos que afirmarnos en nuestras fortalezas, en nuestra historia, en la calidad de nuestra formación, solidificando el vínculo construido a través de años con los organismos públicos y las empresas privadas y en esa interacción ser cada vez mejores. Son muchos los jóvenes que no tendrán posibilidades de acceder a la educación superior, si no es a través de la universidad pública y gratuita.

A ellos nos debemos, a sus sueños y ahí estaremos para acompañarlos, para cuidarlos y para exigirles como se debe exigir en un proceso de formación profesional. Porque la universidad debe representar eso, esfuerzo para alcanzar un sueño”.

Les pidió Liboa a quienes minutos antes habían subido al estrado a recibir sus diplomas ser custodios de la universidad pública “para que muchos otros que vendrán como vinieron ustedes puedan seguir sus caminos”. También les adelantó que el camino vital no es como el paño de un billar y que los tropiezos son parte del recorrido: “Si lo que encuentran no es lo que buscan sigan buscando. No duden en emprender. Crean en ustedes mismos, siéntanse convencidos de sus capacidades, no se resignen. Como dice el poeta Walt Whitman: ‘Disfruten el pánico que provoca tener la vida por delante’.

Por último, evocó a Steve Jobs. Al hablarles a graduados de la estadounidense Universidad de Stanford, el motor de creaciones informáticas como Macintosh y Apple les dijo: “Manténganse hambrientos, manténganse alocados”.

La ceremonia fue presidida por la rectora de la UNRC, Marisa Rovera. La acompañaron en el estrado la vicerrectora, Nora Bianconi; el secretario académico, Pablo Pizzi; el de Coordinación Técnica y Servicios, Ezequiel Tardivo; los decanos de Agronomía y Veterinaria, Rosendo Liboa; de Ciencias Exactas, Germán Barros; de Ciencias Humanas, Cristian Santos, de Ingeniería, Pablo de la Barrera, y el vicedecano de Ciencias Económicas, Iván Capaldi. Transmisión en directo UniRío TV mediante su canal de Youtube. En el comienzo actuó el Coro Gaudeamus, de la Sociedad Italiana.