LA TRASTIENDA

Cuando todo el justicialismo nacional sentía el impacto del Alberto-gate por la denuncia de su ex pareja, Fabiola Yañez, por hechos de violencia contra su integridad, la política doméstica encontraba el viernes último una cuota de aire fresco, más que necesaria en este tiempo plagado de conductas esquivas. En la Universidad Nacional de Río Cuarto, se consagró la distinción para Alberto Cantero con el título de Doctor Honoris Causa, máximo galardón académico e institucional que otorga la casa de altos estudios. El ingeniero Cantero ha sido y es un hombre de la docencia universitaria, la ciencia y la investigación, reconocido intelectualmente en el país y el exterior. Pero también, ha sido y es un referente de la política. Enrolado en las filas del Peronismo, fue intendente de Río Cuarto, diputado de la Nación y funcionario del Ejecutivo. Siendo partícipe del otrora poderoso Frente Para la Victoria, hilvanó una relación compleja y controversial con Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Sobre todo, por su férrea y muy fundada posición en el proyecto que terminó con el voto no positivo en el Senado del sistema de retenciones agropecuarias. A este gestor interminable de políticas públicas se lo podrá cuestionar por su dureza y coherencia de ideas, o por su alineamiento a un kirchnerismo que aún tenía proyectos para la sociedad, una década atrás. Por el contrario, de lo que no se podrá poner en tela de juicio, es de su absoluta honestidad en todas las dimensiones posibles. Por eso, y mucho más, la UNRC resolvió distinguir al ex rector. Autoridades actuales, ex rectores, el intendente local, Guillermo De Rivas, y unos 200 asistentes se dieron cita. Por suerte, o en todo caso, por las acciones coherentes de unos pocos, la política en su laberinto también sabe de reconocimientos para aplaudir.

Contra la mediocridad, aire fresco

Cuando toda la política nacional -pero en especial, el justicialismo-, sentía el impacto del Alberto-gate por la denuncia de su ex pareja, Fabiola Yañez, por hechos de violencia contra su integridad, la política doméstica encontraba el viernes último una cuota de aire fresco, más que necesaria en este tiempo plagado de conductas esquivas y acciones reprochables.

En la Universidad Nacional de Río Cuarto, se consagró la distinción para Alberto Cantero Gutiérrez con el título de Doctor Honoris Causa, que es el máximo galardón académico e institucional que otorga la casa de altos estudios.

El ingeniero Cantero ha sido y es un hombre de la docencia universitaria, la ciencia y la investigación, con gran reconocimiento por su labor intelectual en ciencia y técnica, en el país y el exterior.

Pero también, ha sido y es un referente de la política. Enrolado en las filas del Peronismo, fue intendente de Río Cuarto entre 1999 y 2004, luego diputado de la Nación y más tarde funcionario del Ejecutivo Nacional.

Siendo partícipe del otrora poderoso Frente Para la Victoria, hilvanó una relación compleja y controversial con Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Sobre todo, por su férrea y muy fundada posición en el proyecto que terminó con el voto no positivo en el Senado del sistema de retenciones agropecuarias.

Gestor interminable de políticas públicas

A este gestor interminable de proyectos y programas de políticas públicas se lo podrá cuestionar por su dureza y coherencia de ideas, o por su alineamiento a un kirchnerismo que aún tenía proyectos para la sociedad a principios de la década anterior. Por el contrario, de lo que no se podrá poner en tela de juicio, es de su absoluta honestidad en todas las dimensiones posibles.

Por eso, y mucho más, la UNRC -luego de análisis y debates pormenorizados en el Consejo Superior- resolvió distinguir a quien fue rector durante cuatro períodos consecutivos entre 1990 y 1999, que consagró el voto directo de todos los universitarios sin distinción por primera vez, que incorporó a los trabajadores No docentes a los cuerpos de decisión, construyó las primeras residencias para estudiantes y dotó a toda la casa de estudios de una infraestructura impensada por entonces.

Qué vivan las emociones

En un acto académico desbordante en emociones, sus autoridades, ex rectores, el intendente local, Guillermo De Rivas -que fue su secretario de Gobierno en aquella gestión municipal, y unos 200 asistentes, construyeron la contracara de una política nacional en ruinas, por el bochorno de Alberto Fernández, pero también por un gobierno nacional ensimismado en su lógica de ajuste extremo y déficit cero, que todos los días va dejando cientos de argentinos al costado del camino. Por suerte, o en todo caso, por las acciones coherentes de unos pocos, la política en su laberinto también sabe de reconocimientos para aplaudir.

El PJ cordobés, resetea el GPS

¿El peronismo cordobés seguirá manteniéndose al margen del derrape de Alberto Fernández? ¿Resulta la estrategia más conveniente para el tándem Martín Llaryora-Juan Schiaretti? Todo indica que sí. El recalculo diario del cambiante escenario nacional, es una constante en la mesa de operaciones del poder político cordobés.

Así las cosas, Ni Schiaretti, ni Llaryora, como así tampoco Daniel Passerini, se referirán a la denuncia de Fabiola Yañez contra Fernández. Por ende, ni por asomo despacharán mensaje alguno acerca del peronismo nacional.

En el PJ cordobés, predomina con claridad la lectura de que el escándalo en torno al ex presidente Alberto Fernández, y en particular, la difusión telenovelesca del caso, llegan al rescate de la gestión Milei en el momento exacto en que la dura realidad de millones de argentinos comienza a imponerse al exitista discurso libertario, que no encuentra ni un solo dato positivo de gestión para exhibir.

Schiaretti, trabaja en un armado nacional de centro y moderado. Lejos del peronismo kirchnerista, pero también a una prudente distancia del universo libertario. Afirma que allí hay una oportunidad.

Las encuestas le arrojan una porción interesante para arrancar, por lo que su sello Hacemos Argentina echará a rodar el año próximo.

Llaryora en tanto, tiene la firme presunción que la reestructuración del peronismo nacional llevará un largo recorrido, no antes de las presidenciales 2027.

Por eso, caminarán a paso sostenido una posición que vaya ganando en matices la confrontación con Milei. Todo será calculado, pues el apoyo cordobés al libertario aun presenta fortaleza en la provincia.