Tras un año del cambio de gestión política, el contexto para la producción y los negocios parece ser muy distinto, pero la actividad ganadera aún tiene ítems en la columna de haberes que esperan se puedan solucionar en el transcurso del próximo año.

En un reciente reporte, el Rosgan analizó lo que ha significado este 2024 para el sector, marcado por cambios profundos del nuevo gobierno en las políticas económicas del país.


Si bien entiende que las principales variables de la economía han logrado estabilizarse, señala que el sector productivo en su conjunto aún sufre una muy fuerte presión de costos que erosiona cada vez más los márgenes del negocio, al tiempo que reduce competitividad.

En este sentido, subrayan desde el Rosgan, una de las grandes materias pendientes que se le demanda a la actual gestión es la dilación de las anunciadas reformas laborales y tributarias, tendientes a descomprimir la actual presión que pesa sobre las empresas, en especial sobre las Pymes, componente vital del sector agropecuario argentino.

Pero, más allá de las reformas de fondo requeridas, otro de los grandes componentes de la suba relativa de costos es el atraso cambiario. Sucede que, en estos doce meses de gestión, el dólar exportador se apreció poco más de un 20%, mientras que la inflación en pesos, aunque estabilizándose, fue del 166% interanual. Esto conduce a una revaloración creciente del peso y a la consecuente pérdida de competitividad de las agroexportaciones.

“Particularmente, en lo que respecta al sector ganadero, la situación que atraviesan actualmente los frigoríficos, tanto exportadores como consumeros, enciende un alerta no menor, en cuanto al impacto que esto puede generar hacia atrás sobre toda la cadena comercial. La demanda local sigue muy cauta. En efecto, la reciente suba del 10% a 15% en el precio de la hacienda gorda no se está pudiendo trasladar a los mostradores, lo que conduce a una reducción de márgenes tanto para matarifes como para abastecedores y carniceros”, explica.

En el Rosgan destacan también que desde el plano externo, el frigorífico exportador tampoco logra encontrar una válvula de escape para descomprimir la actual situación. “Costos operativos crecientes por suba de tarifas y salarios frente a un dólar retrasado, sumado a las retenciones que aun pesan sobre la exportación, configuran un combo sumamente ajustado que tampoco deja margen para absorber esta incipiente recomposición de la hacienda, la cual, en base a las perspectivas de restricción de oferta esperadas para el próximo año, debería consolidarse”.

 

El efecto Brasil, no contribuye
Al actual contexto descripto, el reporte subraya lo que ha sucedido con el efecto de Brasil, cuya devaluación del real mejora notablemente su competitividad regional. “Además, los valores de la hacienda, tras una reciente escalada de precios, comienzan a retroceder. En lo que va de diciembre, los valores de la hacienda en pie retrocedieron cerca de un 10% -contrariamente a lo que sucede en Argentina- a causa de la sobre oferta de ganado para faena”, detalla.

En definitiva, Brasil, transitando un camino literalmente inverso en términos cambiarios y de costos de hacienda, pone aún más en jaque la competitividad de la exportación.

 Buscando la eficiencia operativa

“Por otra parte, saliendo de la coyuntura actual, queda claro que la competitividad de la industria exportadora, concebida como motor fundamental del resto de la cadena, demanda ineludiblemente reformas estructurales orientadas a una mayor desregulación y reducción de costos que permitan mejorar la competitividad, no tanto por política cambiaria, sino por eficiencia operativa”, señalaron desde el Rosgan, al tiempo que destacan: “El sector ganadero, necesita salir definitivamente de este virtual estancamiento en el que ha estado transitando las últimas décadas, en términos de producción”.

En este sentido, la exportación ha demostrado ser, en la mayoría de los países ganaderos, la vía más genuina para impulsar un crecimiento sostenido del sector.

Basta con observar el crecimiento que experimentó la ganadería de Brasil en los últimos 25 años. Partiendo de niveles de exportaciones similares a los entonces registrados por Argentina, hoy es el primer proveedor mundial de carne vacuna, habiendo multiplicado por 7 su volumen de exportaciones. Esto se logró sobre la base de un crecimiento y mejoramiento sostenido de su stock ganadero, que le permitió atender su mercado interno mientras apostaba fuertemente al desarrollo de la exportación.

En este sentido, desde el Rosgan marcan la necesidad de “no dejar de observar cautelosamente los riesgos asociados a la demora de estas otras tantas reformas pendientes, que permitirían consolidar definitivamente el crecimiento del sector”.

 

Fuente: TodoAgro.com.ar