Por Pablo Gustavo Díaz. Consultor en marketing político
“Es de inteligentes aprender de los errores propios, pero es de sabios aprender de los errores ajenos”. Por estas horas el gobernador bonaerense Axel Kicillof se encuentra inmerso en la matemática electoral, simulando diferentes escenarios posibles de encontrarse en los próximos meses.
En la disyuntiva plebiscitaria entre “continuidad” o “cambio”, domina la intención de voto el cambio de gobierno con casi el 60%. Favorece las chances del actual gobierno provincial que ese 60% de motivación de cambio se encuentra fragmentado en varias ofertas alternativas: la de Juntos por el Cambio; la de los Libertarios y la derecha; y la de las izquierdas.
Sabiendo que en la provincia de Buenos Aires no hay balotaje y que gana el que obtenga un voto más que el resto, con el escaso 32% de intención de voto que muestran las encuestas hoy para Axel Kicillof, alcanzaría para retener el gobierno. Por el contrario, desfavorece las chances reeleccionistas del actual gobernador ir “pegado” a la oferta del gobierno nacional, que le baja el techo de expectativas de crecimiento.
Es por estos dos aspectos que el escenario electoral 2023 en la provincia de Buenos Aires se presenta casi igual al 2019.
Al igual que pasa hoy con Kicillof, a esta misma altura del año en 2019, la mayoría de las encuestas daban ganadora a María Eugenia Vidal (ver planilla) y en algún despacho bonaerense se elucubraban planes de desdoblamiento que finalmente fueron abortados por dos motivos: a) los números de las encuestas nacionales que manejaban en Casa Rosada, si bien adversos, mostraban una diferencia factible de ser revertida con el empuje que desde abajo le aportaban en votos sus dos grandes locomotoras, CABA con Larreta y PBA con Vidal, y b) porque el jefe del espacio, Mauricio Macri, iba por su reelección presidencial y a nadie se le ocurriría cuestionarlo ni ponerla en riesgo.
El diario del lunes 28 de octubre mostró el error de esa estrategia que llevó Juntos por el Cambio a perder ambas elecciones, la nacional con Mauricio Macri y la provincial con María Eugenia Vidal.
De ese error ajeno aprenden hoy los sabios que aconsejan al gobernador Kicillof despegarse del inevitable fracaso electoral nacional y afrontar solos la contienda en suelo bonaerense, ya que si bien los escenarios numéricos son iguales hoy el Frente de Todos no tiene a su líder incuestionable yendo a una reelección presidencial.
Así, no habiendo a quien empujar ¿pará que hacerlo? Se preguntan algunos compañeros. De no adelantar la elección y continuar pegados a la suerte del gobierno nacional, el Frente de Todos bonaerense no tiene más opciones competitivas que llevar a Cristina Fernández de Kirchner a la cabeza de la lista de candidatos al Senado de la Nación. Solo ella le puede aportar ese plus que el gobernador necesita para ser reelecto.