Por Sandra Choroszczucha – Politóloga y Profesora de la Universidad de Buenos Aires.
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Juntos por el Cambio (JxC) sigue delineando sus candidaturas y se va definiendo la configuración de la coalición que se alista para competir en las próximas elecciones en octubre de 2023. Hasta hace apenas días, la madre de todas las batallas al interior de la coalición se presentaba entre Mauricio Macri, fundador del PRO y ex presidente desde 2015 a 2019 y Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno porteño desde 2015. Sin querer o queriendo, cada dirigente del PRO o de la UCR o de la Coalición Cívica u otros dirigentes políticos que se fueron sumando a la coalición, elegían acercarse a Macri cuando elegían alejarse de Rodríguez Larreta, y viceversa.
Hace apenas días tuvimos conocimiento de que Mauricio Macri no va a presentarse como precandidato a presidente, a partir de una comunicación que él mismo dio en medios y redes sociales. Detenernos a descifrar si su renuncia a presentarse como candidato se debió a querer ceder generosamente la posibilidad de tamaño cargo a las nuevas generaciones de políticos o si se trató de una decisión netamente racional conociendo que “su piso es alto pero su techo es bajo” como para lograr triunfar en una elección, no suma ni resta al debate, no cambia en nada la definitiva configuración con la que deberá presentarse JxC en una elección donde el oficialista Frente de Todos (FdT) tiene mucho que perder frente a su mala gestión, pero puede no perder porque Argentina que parece estar polarizada no lo está tanto.
Así, existe aproximadamente un tercio del electorado que manifiesta en las diferentes encuestas de opinión que votará a JxC, que hasta hace días mostraba el liderazgo central en Mauricio Macri, existe aproximadamente otro tercio que manifiesta en las diferentes encuestas de opinión que votará al FdT o al kirchnerismo, que denota el liderazgo central en Cristina Fernández de Kirchner, y existe aproximadamente un tercio que manifiesta en las diferentes encuestas que no votará a ninguna de esta dos fuerzas, y a partir de este esquema es que Javier Milei con su Libertad Avanza, el Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT), el actual gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, con su nueva fuerza peronista no kirchnerista , entre otros, se alistan a competir, lo cual cambia la sinergia de una elección que difícilmente dará un ganador en la primera vuelta electoral.
Vale recordar que, para ganar en la primera vuelta, un candidato en Argentina debe obtener 45% de los votos o el 40% y mantener una diferencia porcentual de 10 puntos con el segundo de la contienda electoral. La primera opción, guiándonos por los sondeos de opinión, estaría descartada, la segunda opción estaría casi descartada.
Bajo este escenario, Juntos por el Cambio sigue mostrando a un radicalismo que encendió motores (y así pudimos presenciar el mapa electoral en las últimas elecciones legislativas pintado mayormente de morado) pero que sigue “enemistándose” con propios para hacer migas con ajenos dentro de la coalición; así vemos como ya presentó su pre candidatura para presidente, el actual presidente del radicalismo y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, con grandilocuentes vínculos con Rodríguez Larreta y con cero vínculo con Facundo Manes (que captó un porcentaje muy significativo de votos radicales en las elecciones legislativas en la PBA), un Manes que eligió hace pocos días afianzar su vínculo con Mauricio Macri, a quien lo acusaba hace escasos meses de haber sido artífice de un “populismo institucional” y de haber gobernado muy mal en 2015, y así, el radicalismo, una vez más, elige dividirse para unirse a un líder u otro del PRO.
En relación a la competencia PRO, para muchos “está cantado” que el candidato/a se dirimirá entre Horacio Rodríguez Larreta en representación de “las palomas” más negociadoras del partido y Patricia Bullrich en representación de “los halcones” más duros del partido. María Eugenia Vidal manifestó que si Mauricio Macri competía ella se bajaba de la candidatura, pero como Mauricio Macri se bajó de la candidatura, ella se sube de donde nunca se bajó. Y como María Eugenia Vidal era paloma hace diez minutos y es halcona hace cinco minutos, quedamos en que no es ni una cosa ni la otra, y así se presenta la moderada del PRO (apadrinada por el súper jefe de “los halcones”). Y cuando en 2015 muchos se reían porque a “Heidi” (María Eugenia Vidal) se la iba a comer cruda “Hannibal Lecter” (Aníbal Fernández) para el cargo de gobernador de la PBA, “Heidi” obtuvo 39,42% de los votos en la provincia que concentra al 40% del electorado argentino y fue consagrada como la gobernadora bonaerense después de 28 años consecutivos de ésta fuera gobernada por el peronismo.
Y a no olvidarse que “Heidi” fue la única fiel a Mauricio Macri, al reafirmar que ella se bajaba del ring si Mauricio se subía, mientras que el jefe de “las palomas” y la jefa de “los halcones” manifestaban dar pelea con o sin Mauricio Macri.
Por tal motivo, si Macri capta verdaderamente “ese techo bajo, pero piso alto” dentro de la coalición JxC y no se olvida que “Heidi” fue la única que dijo “si sos vos no soy yo”, la campaña de “Heidi” tendrá más potencia de la que Horacio y Patricia suponen y desean, mientras el radicalismo se sigue dividiendo para ver quién es más amigo de Macri o de Rodríguez Larreta, y Elisa Carrió competirá según ella misma manifestó, para otorgar equilibrio a la coalición y no más.