Representantes de los 32 países que participaron del encuentro de coordinadores coincidieron «sin fisuras» en la «conveniencia y necesidad de avanzar en el camino dotar al bloque de mayor músculo político y potencia institucional» a la hora de relacionarse con otros bloques del mundo.
La iniciativa impulsada por el presidente Alberto Fernández de institucionalizar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) para dotarla de un mayor «músculo político» obtuvo esta semana el aval «sin fisuras» de la mayoría de los estados miembro del bloque durante un encuentro en Buenos Aires, aunque algunos países ponen reparos en cuanto al ritmo que debería tener ese proceso y otros plantean la posibilidad de ampliar el espacio de integración con la inclusión de Estados Unidos y Canadá.
El debate sobre el objetivo propuesto por la Argentina, a cargo de la presidencia pro témpore de la Celac, se abordó con buenos resultados el jueves pasado en la XXXV Reunión de Coordinadores Nacionales del mecanismo regional en el Palacio San Martín, pero tuvo mayor resonancia pública en la reunión de líderes de la región desarrollada el mismo día en el Centro Cultural Kirchner (CCK), que estuvo encabezada por Fernández.
Fuentes diplomáticas argentinas consultadas aseguraron que los representantes de los 32 países que participaron del encuentro de coordinadores -cuya apertura estuvo a cargo del canciller Santiago Cafiero- coincidieron «sin fisuras» en la «conveniencia y necesidad de avanzar en el camino dotar a la Celac de mayor músculo político y potencia institucional» a la hora de relacionarse con otros bloques del mundo.
Según pudo saber esta agencia, en la reunión de trabajo que comandó el subsecretario de América Latina y Caribe de la Cancillería, el embajador Gustavo Martínez Pandiani, se comenzaron a estudiar alternativas y modelos de gobernabilidad en torno a un sistema de rotación que asegure a todas las naciones un acceso equitativo a la presidencia pro témpore.
Entre otras cuestiones, los delegados discutieron modelos de toma de decisiones basados en la regla del consenso y de mayorías simples y calificadas.
La reunión de trabajo duró tres horas y los avances logrados generaron «mucha satisfacción» en la coordinación nacional argentina, según indicaron las fuentes.
De todos modos, ese fue solo el puntapié inicial de un recorrido que deberá superar algunas diferencias en cuanto al ritmo y los alcances que debería tener esa institucionalización, y en definitiva el propio proceso de integración.
El debate -que, todo indica, tendrá su próximo capitulo en la reunión de cancilleres de la Celac prevista para octubre- implica la posibilidad de dotar al bloque de un secretario general, presupuesto y un mecanismo «de consenso» en la toma de decisiones, que hasta ahora se definen solo por unanimidad.
Con todo, más allá del avance de ese objetivo en los ámbitos formales de la Comunidad, ese tema y los matices en cuanto a la velocidad y el volumen que debería adquirir el proceso de integración regional quedó expuesto en las disertaciones que se escucharon el jueves pasado en el CCK, donde hubo un fuerte reclamo para poner fin a los «bloqueos» a Cuba y Venezuela, impuestos por Estados Unidos.
«Sería bueno que Argentina inicie la institucionalización de la Celac», dijo Fernández, al cerrar el Seminario Internacional «América Latina y el Caribe, el futuro de la integración: Unidad en la Diversidad», al que acudieron lideres regionales, como Andrés López Obrador (México), José «Pepe» Mujica (Uruguay) y Ernesto Samper (Colombia), además del exmandatario español José Luis Rodríguez Zapatero.
Fernández, que compartió panel con López Obrador, abogó por la «institucionalización» de la Celac, para que los países miembros tengan que «cumplir una decisión comunitaria» alcanzada en ese organismo y que no quede al «arbitrio de cada país».
«Hasta aquí somos un grupo de países que conversa y analiza, pero no toma decisiones de conjunto y es hora de que lo hagamos», dijo, y propuso para concretar esa iniciativa apelar a la «memoria de la Unasur», el casi extinto espacio regional que en la década pasada cumplió un fuerte desempeño de unidad política en América latina por el impulso de gobiernos con líderes progresistas, como Néstor y Cristina Kirchner (Argentina), Luis Inácio Lula da Silva (Brasil) y Hugo Chávez (Venezuela).
Mujica si bien respaldó institucionalizar la Celac, propuso que ésta debe crear mecanismos flexibles para «salir y volver», porque hay que recordar «que los gobiernos son de corto plazo» y que por más sueños de integración que tengan, terminan absorbidos en las necesidades locales, mientras que «lo estratégico, de largo plazo, va quedando de lado».
El pedido del exmandatario uruguayo sonó en línea con la actitud adoptada por su país en el Mercosur, donde (a contramano de la normativa del bloque) puja por concretar acuerdos de libre comercio en forma unilateral y hasta amenazó abandonar el espacio sudamericano.
Con cautela, Mujica advirtió que la iniciativa propuesta por la Argentina «es una batalla muy larga» porque «no hay ninguna integración a la vuelta de la esquina, supone un cambio cultural, entre otras cosas, de los latinoamericanos».
A su turno, Samper remarcó la «incapacidad de los mecanismos multilaterales de parar las amenazas» actuales y enfatizó en la necesidad de «cambiar» hacia un sistema más dinámico conformado por bloques».
«Vamos a un sistema multilateral por bloques, el europeo, el asiático, el africano, pero el latinoamericano no está, porque hoy no estamos unificados como bloque», analizó, para luego pedir centrarse en el fortalecimiento de la Celac, que hoy es el único organismo en el que participan más de 30 países de la región.
El exsecretario general de Unasur descartó además los acuerdos de libre comercio como un mecanismo de integración y llamó a evitar la multiplicidad de organismos regionales que aletarguen el proceso de integración.
Las declaraciones de López Obrador -quien envió un mensaje grabado emitido durante el encuentro- causaron sorpresa entre la concurrencia que colmó el salón Argentina del CCK con su propuesta de concretar una integración «excepcional» de alcance continental que incluya a Estados Unidos y Canadá, dos países con los que, recordó, México mantiene acuerdos económicos con «buenos resultados».
El mexicano -amigo de Fernández, y responsable junto al mandatario argentino del reimpulso que tomó la Celac en los últimos años- pidió «no descartar la posibilidad de una integración de todo el continente», aunque reconoció que se trata de un objetivo «más complejo».
Sin embargo, juzgó necesario para avanzar en ese sentido «convencer a los gobernantes de Canadá y Estados Unidos» que las intervenciones y los golpes de Estado son «una política obsoleta», un reclamo sobre el que volvió el presidente argentino en su intervención en el CCK
Como lo hizo en la última Cumbre de la Américas de Los Ángeles ante su par estadounidense, Joe Biden, y otros mandatarios, Fernández insistió en condenar los bloqueos a Cuba y Venezuela, país, este último, que viene reclamando fuertemente la devolución del avión de la empresa venezolana Emtrasur retenido desde el 8 de junio pasado en el aeropuerto de Ezeiza por orden de la justicia argentina.
«Debemos trabajar unidos, para que los bloqueos se terminen en este continente», convocó el jefe de Estado, frase aplaudida por la audiencia, y añadió: «Tenemos dos países bloqueados y eso es imperdonable», en referencia a Cuba y Venezuela.