LA TRASTIENDA
Se cumplen estos días, aniversarios muy caros a la rica historia nacional, y como no podía ser de otra manera, ataviados por cronogramas electorales al caer, como en nuestra Córdoba, y vencimiento de plazos para presentar listas en las elecciones nacionales primarias y abiertas.
El sábado último se cumplió un aniversario más del pase a la inmortalidad –como inexplicablemente, acostumbra decirse- del General Gaucho, Don Martín Miguel de Güemes.
Aquel 17 de junio de 1821, tras una larga agonía, moría el caudillo militar y patriota salteño, que junto a sus milicias “infernales”, supo campear al denodado intento de las fuerzas Realistas provenientes del Alto Perú, y dejar su notable aporte histórico para la consolidación de la Independencia nacional.
Pero la gesta del también gobernador de Salta por entonces, no fue fácil. Plagado de conspiraciones constantes, luchó tanto en el frente militar como en los desaguisados internos que les preparaban algunos de sus cercanos, por interposición de opositores de aires oligárquicos en la propia ciudad norteña.
De otra manera, no hubiese ocurrido su temprana muerte, de no ser –claro fue- por una conspiración en su contra que lo termina dejando a merced del enemigo.
¿Acaso, les suena actual este triste episodio histórico? Circunstancias similares se tendieron sobre el capítulo de nuestro pabellón nacional, y el célebre paso que dio en tal sentido el General Manuel Belgrano, junto a los suyos, en febrero de 1812, en el litoral, a orillas del Paraná, cuando se cumple este martes otro aniversario de su fallecimiento, en 1820.
¿Qué creen que pasó, con la medida de enarbolar por primera vez la bandera? De conspiraciones y traiciones varias, se trató. Güemes, Belgrano, y tantos otros. Todos destratados por los poderes facticos constituidos entonces.
Mucho debió empujarse para que, más de un siglo después, aquellos luchadores patrióticos pudieran ser recuperados en el proceso histórico de reconstrucción nacional, e ir ganando, de a poco, los lugares de relevancia que hoy, como corresponde, se les asigna.
Elecciones con sabor a nada
Entre la definición de precandidatos en las listas para las primarias abiertas nacionales, a presentar el próximo miércoles, y las elecciones para elegir el próximo gobernador de Córdoba, el domingo venidero, apenas unos pocos episodios para destacar en el curso de los acontecimientos en los últimos 30 días.
Eso sí, recordando a Güemes y a Belgrano, un denominador común cruza el torrente político de las definiciones en ciernes: el picoteo reiterado de conspiraciones y traiciones como modus operandi, que, de momento, sólo evidenció las flaquezas de la dirigencia política.
Los pases de dirigentes del PRO Córdoba, a las filas de la coalición que lidera el Justicialismo, la incorporación de Miriam Prunotto, intendenta, y referente de la UCR provincial, nada menos que como candidata a vicegobernadora del oficialismo; el desaire del vecinalista provincial, Pedro Dellarossa a la lista de Juntos por el Cambio, de Luis Juez; el despegue de Rodrigo De Loredo, de la candidatura del otrora “socio del triunfo”, el mismo Juez.
Y seguimos. La operación del gobernador Juan Schiaretti para incorporarse a Juntos por el Cambio, a nivel nacional, para acordar y sumar en la vereda de Horacio Rodríguez Larreta; el tembladeral que ello ocasionó, hasta el punto de romper todo tipo de vínculos entre el propio jefe de CABA con Mauricio Macri; el consecuente desconocimiento de la boleta de Juntos, aquí en nuestra provincia.
Las peleas intestinas en el desaparecido Frente de Todos, entre CFK y Alberto Fernández; acto seguido, los cruces entre el ministro Aníbal Fernández y PJ Bonaerense, con amenazas de judicializar la disputa por las listas, y el olvidable comunicado como respuesta.
Podríamos seguir. Qué decir de los papelones de Javier Milei ante sus bendecidos en las provincias donde ya hubo elecciones, y los abandonos forzados, luego de paupérrimas performances electorales en cada distrito, con denuncias cruzadas.
Y Jujuy. El heroico e histórico pueblo jujeño resistiendo masivamente en las calles y en las rutas el avance antidemocrático del gobernador Morales con su alocada reforma constitucional, a todas luces, anti-constitucional, pues lesiona derechos de manera gravosa.
Pinceladas de trazo grueso, y fotografías sin filtros de una Argentina muy maltratada por los que asumen, y generalmente juran por la Dios, la Patria y la Constitución. Pero también, por aquellos otros, con real poder de fuego en sectores decisivos de la sociedad, y que, hacen de las suyas para sacarle el jugo a sus mezquinos intereses, en este panorama de desconcierto y fragmentación.
El domingo próximo, será un mojón para un punto de partida y una vuelta de página en Córdoba. Lamentablemente, poco ha interesado a la ciudadanía conocer en ciertos detalles que piensan y que pretenden hacer los principales candidatos. Cierto hartazgo hace mella en las capas sociales. Y así, sacan redito quienes ostentan campañas livianas y sin estridencias.
Recuerdo: “lo urgente, no deja lugar a lo profundo”, decía una tira de Mafalda, mientras miraba a operarios hacer un hueco en plena vereda, y consultarles –con su reconocida genialidad- si buscaban “las raíces del ser nacional”, y sólo obtenía, “no nena, un escape de gas”.
Siempre queda la expectativa de adentrarse en lo verdaderamente profundo, que ubique a la política en el camino de las grandes transformaciones para el país.
Veremos las respuestas que dejen las y los votantes cordobeses el fin de semana próximo.