LA TRASTIENDA / ELECCIONES NACIONALES

Contra todos los pronósticos, Sergio Massa ganó con contundencia las elecciones presidenciales de la víspera, al lograr el 36,7% de los votos. Ahora, deberá competir en un balotaje el próximo 19 de noviembre, con Javier Milei, que se ubicó en segundo lugar, que logró el 29,99%. Muy atrás, se ubicó Patricia Bullrich, con el 23,83. En cuarto lugar, quedó Juan Schiaretti, con 6,78% y pudo alcanzar el objetivo de alzarse con tres diputados por Córdoba. El ministro de Economía y candidato, realmente dio el golpe en la elección de la víspera.

En las elecciones PASO de agosto, había obtenido, el 27,7%, lo que indica un crecimiento de 9 puntos efectivos en 60 días. En términos cuantitativos, incrementó en más de 3 millones de votos, entre una elección y otra. Algo muy distinto ocurrió con el libertario, que se estancó entre una y otra elección, y no supo ni pudo capitalizar la diáspora producida en aquella dura interna entre Bullrich y Horacio Larreta. Massa, convocó a votar por un gobierno de unidad nacional, con todos los sectores democráticos y dejar atrás el país de la grieta. Milei, en tanto, con apuro abrió su oferta electoral para sumar a dirigentes y votantes de Juntos por el Cambio. El candidato de Unión Popular, necesita subir 13 puntos en la segunda vuelta para lograr la presidencia, mientras que él de la Libertad Avanza, más de 20 puntos para tal cometido. La nueva campaña, arranca hoy mismo. Votó el 77,65% del padrón de electores, incrementándose en casi 8 puntos la participación, con respecto a las primarias de agosto. Con un escenario electoral absolutamente abierto, para el balotaje, se proyecta otro leve incremento en la cantidad de sufragantes.

Massa y el fin de la grieta

“El país para todos, o el país del sálvese quien pueda”, fue la frase de Sergio Massa para cerrar su discurso. Tal vez, sintetiza la disyuntiva política y social que viene, y quedará plasmada en el balotaje de noviembre.

La figura de Massa, como presidente. Se dio luz verde a una postura de Massa con alto estatus político, cuidada al extremo, y con un guion escrito hasta el más mínimo detalle.

Con nuevo eslogan de fondo, con la simple y contundente “Argentina, si”, apareció el candidato a las 23.15, con gesto serio y apenas una mueca de sonrisa, y llamativamente con las manos juntas en posición de rezo. Así saludó a la militancia presente que hacía rato desbordaba el bunker ubicado en la zona de Chacarita, en CABA.

“Nuestro país vive una situación compleja y difícil de afrontar, y sin embargo, los argentinos nos eligieron mayoritariamente. Muchos de esos son los que más sufren: sepan que no les voy a fallar”, arrancó Massa, y levantó los primeros ruidosos aplausos.

“Les hablo también, a los que votaron en blanco, a los que votaron con bronca, a quienes eligieron a Miryam (Bregman), o a Juan (Schiaretti); también, a esos radicales que comparten muchos valores con nosotros, o a aquellas y aquellos que eligieron otras opciones, pero que quieren una argentina en paz, sin incertidumbres y con certezas. A todos les digo que voy a hacer el mayor esfuerzo para ganarme todas sus confianzas”. Allí puso énfasis el ministro en la estrategia de lo que viene, con tono mesurado, pero con serio carácter, casi de presidente.

Luego, anticipó que su compromiso “es construir más argentina. Más orden, seguridad y sin improvisación”. Y sentenció: “quiero que nuestros chicos vayan a la escuela con una computadora en la mochila y no con un arma”, en contraposición a la polémica propuesta de Milei, y levantando una ovación de los asistentes.

Enumeró que convocará a un gobierno de unidad nacional, a partir de diciembre. Abriendo una nueva etapa institucional, organizando una argentina fuerte en materia de producción industrial, fortaleciendo una educación pública de calidad, y reordenando un régimen laboral moderno, con capacitación y nuevas tecnologías, pero sin renunciar a derechos consagrados por los trabajadores.

Por si fuera poco, también amplió Massa que en su presidencia habrá un desarrollo federal, con más coparticipación para las provincias. La argentina que llega es la del abrazo del campo y la industria, y será la suma de capital y trabajo. Redondeó con firmeza: “pondremos punto final a la idea de la destrucción del otro; la grieta se murió con esta elección”.

Milei, a la caza de votos macristas

Antes, Javier Milei, sorprendió en su discurso con lo que fue casi una suplica a Juntos por el Cambio, para que sus votantes y sus dirigentes, ahora lo apoyen en la segunda vuelta.

Destacó a Jorge Macri, en CABA, y a Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, que, por escaso margen, se convirtió en electo gobernador de esta provincia.

Luego de esa nueva postura, volvió a los enunciados conocidos. “Nos pondremos a trabajar para terminar con los privilegios de la casta política. Esta elección no se trata de mí, sino de sus padres, hijos y nietos”. Y agregó que, “venimos a quitar privilegios, no a quitar derechos. No se equivoquen”. Para el final, ya en su clásico tono eufórico, remató que “no nos resignemos, hagamos la revolución liberal”.

Bullrich, y el discurso que atrasa

Más temprano, Patricia Bullrich, la gran derrotada en esta elección, arrancó su discurso reconociendo que “no logramos el objetivo, lamentablemente”. Pero aseveró estar conforme porque “llevamos a delante los valores para terminar con el populismo si se quiere terminar con la pobreza”. Por eso, “desde nuestra fuerza, seguiremos nuestra lucha de una argentina productiva y sin pobres”. “Nunca seremos cómplices de las mafias que destruyeron este país”, finalizó, flanqueada por las principales espadas de Juntos, como Mauricio Macri, la sorpresiva reaparición de Elisa Carrió. Por supuesto, todos con gestos adustos y ciertamente desenfocados.

En Córdoba, Schiaretti segundo, igual festejó

En nuestra provincia, el libertario se alzó con el triunfo al alcanzar el 33,54% de los votos, y relegar al segundo lugar al propio Schiaretti, que sumó 29,01%.

Más atrás, se ubicó Bullrich, con 22,62, y más lejos, Massa con 13,42.

Con el 76,3% de participación, el reparto de bancas que estaba en juego quedó de la siguiente manera: tres legisladores nacionales para LLA, otros tantos para Hacemos por Nuestro País, dos para Juntos, uno solo para UP.

En el bunker del gobernador y candidato, quedaron más que satisfechos con el resultado alcanzado en la provincia, pues, si bien no alcanzaron el triunfo, si lograron el objetivo propuesto de asegurarse tres bancas en el congreso nacional.

Por supuesto, también muy conformes con el 6,8 alcanzado a nivel nacional, casi duplicando la cantidad de votos registrada en las primarias.

La performance de la aventura cordobesa deja un buen saldo al PJ provincial, y muy especialmente a Martín Llaryora, que asumirá en diciembre.

En el Departamento Río Cuarto, se contaron 167541 votos válidos, sobre 221 mil habilitados. LLA logró 35%; Hacemos, 28,81; JXC, 21,66, y UP 12,87.

En la ciudad, hubo similar performance que en el departamento, con una mejor cosecha de Bullrich en el Circuito Centro, ubicándose segunda, y con Massa en los circuitos Alberdi y Banda Norte, mejorando los guarismos, hasta llegar al 15%.