Por Gustavo Román. Director Periódico La Ribera

Esta claro que la llegada de la temporada estival era muy anhelada por la sociedad argentina, que casi con desesperación colmo todos los destinos turísticos del país. La provincia de Córdoba que entiende como pocos destinos los beneficios de esta industria, con el valor agregado de los festivales, colmo sus plazas y lo sigue haciendo por estos días.

Nuestro recorrido periodístico, nos permite el privilegio de visitar y difundir en parte esa actividad turística, comercial, cultural y social. Comprobamos en primera persona los alcances de esta realidad que nos ha generado un despliegue récord en cada lugar preparado para la recepción del turismo.

Los destinos mas tradicionales y con mayor reconocimiento, ratificaron que el destino Córdoba está entre los de mayor elección del turismo nacional. Pero esta claro que esa elección se ha ramificado a otros destinos de la provincia, donde las plazas disponibles fueron ocupadas con una demanda sostenida y constante.

Las sierras chicas, las localidades cercanas a esta capital alterna, dan testimonio de esta realidad. Achiras, Las Albahacas, Río de los Sauces y La Cruz desplegaron, entre otras localidades, una estrategia complementaria a esa demanda natural de su potencial. Complementaron esa convocatoria con la organización muy exitosa de eventos que sumaron presencia turística.

Es evidente que también existen destinos donde la inercia, la incapacidad, la falta de previsibilidad y una política con dirigentes mediocres y que están muy lejos de dar respuesta a una demanda masiva de una industria que exige eficiencia y eficacia a la hora de gestionar, son la parte negativa de la historia.

Muchos destinos de nuestra región, mantienen una perspectiva que atrasa y se ve desbordada ante los requerimientos de una sociedad que exige otras demandas. Conectividad, servicio bancario, campings con todos los servicios de seguridad y sanidad, por solo mencionar algunos. Es increíble que localidades como Alpa Corral, se mantenga el atraso en estos aspectos.

Esta localidad sigue siendo una postal del siglo XX. Da pena y enoja el nivel de desidia que uno encuentra. Es mas fácil encontrar justificativos y excusas que planificar, organizar y prever una lógica de recepción de un turismo que crece de manera sostenida cada año.

El turismo es una industria en ascenso y genera importantes ingresos a cada lugar. La necesidad de contar con Intendentes y funcionarios que estén a la altura de las circunstancias, es una realidad que no puede disimularse más con acciones improvisadas y caprichosas.

Estamos transitando ya un cuarto del siglo XXI, donde el fenómeno de la conectividad es la herramienta transformadora por excelencia. El relato de pseudo realidades dejo de ser un elemento a utilizar como excusa. Cualquier ciudadano que filma con su celular mata el relato. Es increíble que haya funcionarios que, en plena temporada, donde tienen una demanda extraordinaria de respuestas, se tomen vacaciones. Son un chiste de mal gusto.

Esta explosión de demanda turística, este fenómeno que tanto nos beneficia como provincia receptora de miles de visitantes que nos eligen como destino, exigen una dirigencia institucional y política que comprenda que las mezquindades, los caprichos y la ineptitud no tienen mas lugar en la gestión pública. En ningún ámbito, ya sea municipal o provincial.

Es menester que se entienda que hay que cambiar, gestionar, aprender y establecer parámetros de gestión que brinden respuestas. No excusas. Y ese cambio, muchas veces, requiere que muchos funcionarios se corran, den un paso al costado, comprendan el atraso y el daño que provocan a sus localidades y a sus comunidades.

Estamos disfrutando de una temporada estival muy positiva. No hay mas tiempo ni lugar para los abanderados del fracaso y la mediocridad institucional.