Politóloga y Profesora (UBA). www.sandrach.com.ar

Luego de las PASO legislativas del último 12 de septiembre, el triunfo del opositor Juntos por el Cambio (JxC) o Juntos, fue contundente. En la Provincia de Buenos Aires (PBA), para diputados, Diego Santilli del Pro obtuvo 22,80% de los votos y Facundo Manes de la UCR 15,10% (así Juntos juntos logró 37,90% de apoyo electoral). El oficialista Frente de Todos (FdT) con Victoria Tolosa Paz encabezando la lista obtuvo 33,60% de los votos. José Luis Espert de Avanza Libertad 4,80%, Nicolás del Caño del Frente de Izquierda y de Trabajadores 4,10%, la fuerza Vamos con Vos del peronista Florencio Randazzo obtuvo 3,71% y Cynthia Hotton de la alternativa cristiana pro-vida Más Valores, llegó ajustadamente para superar el 1,5% de los votos.

En la ciudad porteña, por su parte, la lista para diputados, encabezada por el oficialista Leandro Santoro captó 24,60% de apoyo electoral, mientras que JxC obtuvo 32,90% para María Eugenia Vidal del Pro, 11,20% para Ricardo López Murphy de Republicanos Unidos y 4% de los votos para la lista del radical Adolfo Rubinstein. Por su parte, el libertario Javier Milei obtuvo 13,60% de apoyo electoral, un número muy significativo, aunque vale aclarar, concentrado exclusivamente en la ciudad porteña, ya que en el resto de los distritos Milei no figura. En el interior del país, los resultados también fueron favorables para la oposición JxC, debiendo el FdT, asumir la categórica derrota en lo que fueron las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias legislativas.

Para que concurra una república debe coexistir más de un partido o coalición y más de un partido o coalición debe contar con cierta cuota de poder, y, así las cosas, el oficialista FdT hoy concentra poder en el Ejecutivo por ser gobierno y en el Legislativo por tener mayoría absoluta en el Senado y ser primera minoría en Diputados.

¿Qué elementos se intuye que llevaron a la derrota oficialista en las PASO? Varias causantes podrían mencionarse (malos resultados sanitarios, cierres de miles de comercios y PyMEs frente a la cuarentena estricta obligatoria, una economía en recesión, un significativo aumento de la pobreza e indigencia, privilegios para los nacionales y populares, y una crisis inflacionaria que preocupa).

¿Cuáles parecen ser los mayores temores y quiénes los más atemorizados de perder apoyo de cara a la elección general legislativa del 14 de noviembre? Huelgan las hipótesis; sin embargo, de acuerdo a la composición partidaria y la distribución de los votos en las PASO, se puede inferir que, en la PBA, si los electores que representaron 15,10% de apoyo radical a Manes no quieren volcar su voto a una lista encabezada por el Pro, tal vez Juntos pierda electorado. Contrariamente, puede ocurrir que, como Manes formará igualmente parte de la lista (estará en tercer lugar), y otros aliados de Manes también serán parte, el voto de Juntos puede mantenerse o incluso crecer (esto último, considerando también el mal manejo post PASO que tuvo el oficialismo demostrando riñas internas, pérdida de legitimidad de un presidente abordado por una vicepresidenta que, de puño y letra, no dudó en retarlo, con una ciudadanía que no resiste más la suba constante de precios, etc.). En la ciudad porteña, el oficialismo teme que parte del voto a Santoro migre a otros espacios políticos (no tanto por afinidad ideológica, sino más bien por el mal manejo post PASO recientemente descripto). Al mismo tiempo, el opositor JxC teme en demasía que Milei obtenga un apoyo muy superior al que obtuvo en las PASO y le reste votos al espacio (podría pasar que aquellos ciudadanos que no quieren peronismo, pero tampoco macrismo, lleve a que los votos recibidos por el liberal de JxC en capital, López Murphy, migren a otro liberal, mucho más extremo en formas y contenidos, Javier Milei).

Y aún falta dilucidar, cuál coalición o partido captará más votos si el electorado que no concurrió a las urnas en las PASO se hace presente en las elecciones generales, o cual coalición o partido capitalizará el voto recibido por las fuerzas que no llegaron al piso de 1,5% en las primarias.

Algunos interrogantes frente a posibles escenarios post 14 de noviembre: en medio de la terrible crisis estructural que atraviesa la Argentina, el Frente de Todos deberá evaluar/definir cómo administrar el país dos años más. Culminada la batalla electoral ¿llegará el momento de un frente de todos remando brújula en mano? ¿seguirá el vicepresidencialismo marcando la agenda de gobierno? ¿el arbertismo finalmente comenzará a gobernar? ¿El oficialismo solicitará de buen modo colaboración de la oposición para sortear la grave crisis que afrontamos? En relación al opositor Juntos por el Cambio ¿logrará mantener cohesión a partir de un mayor equilibrio de poder al interior de la coalición, luego de que el radicalismo “volvió a salir a la cancha” (con y sin comillas) con muchas más ganas de meter goles que de sentarse en el banco de suplentes? ¿O, el Pro mantendrá sus formas cambiemistas de antaño, y el macrismo/larretismo concentrará la distribución de cargos para 2023? ¿existe otra luz de alarma en torno a la buena convivencia de Juntos? Sí, que Mauricio Macri siga acercándose al libertario Javier Milei, quien agravió reiteradamente de modo extremadamente violento, tanto al ala larretista del Pro, como al radicalismo íntegro (con el cual afirmó que jamás compartiría espacio de poder). Por si faltara roña entre Milei y los socios de los halcones del Pro, Patricia Bullrich mantiene excelentes relaciones con el libertario y públicamente trascendió que podrían incluso jugar juntos en una fórmula presidencial para 2023.

En época de campaña, se espera que la competencia sea la regla. Una vez ocurridas las elecciones, en una estructura de recia polarización partidaria, se espera que la competencia siga siendo la regla, aunque se recomienda (frente a la gravísima crisis integral que atraviesa la Argentina) que la cooperación empiece a tomar forma. Necesitamos sumar fuerzas para reducir tamañas penurias.