Por Laura Olocco. Comunicadora Social
El 11 de noviembre se cumplieron 75 años del momento en que las mujeres votaron por primera vez en la Argentina, luego de que en septiembre de 1947 se aprobara la ley 13.010. Una lucha larga e internacional. Fue la victoria de una lucha que materializó el gobierno peronista con el protagonismo indiscutido de Eva Perón, pero que el movimiento de mujeres y, especialmente, sufragistas como Julieta Lanteri, Elvira Rawson, Cecilia Grierson y Alicia Moreau, habían iniciado luego de la sanción de la Ley Sáenz Peña (1912) que establecía el voto secreto y obligatorio sólo para los hombres mayores de 18 años.
Cuarenta años antes, el 26 de noviembre de 1911 Julieta Lanteri, luego de varios intentos previos, logró votar en la ciudad de Buenos Aires, aunque no pudo lograr extender en ese momento ese derecho para todas las mujeres. Luego de esto, se sancionó una ordenanza que prohibía explícitamente el voto femenino, con el argumento de que para empadronarse era necesario el registro del servicio militar.
Junto con la socialista Alicia Moreau funda el Centro Feminista, primera organización que luchó explícitamente por los derechos de las mujeres. Lanteri, lejos de remitir su lucha solamente al voto, tomaba la lucha por las condiciones de trabajo de las mujeres, el derecho al divorcio, luchaba contra proxenetas y contra la intromisión de la Iglesia en la vida de las personas. Comprometida en la lucha de las trabajadoras, en 1912 las lavanderas de La Higiénica la nombran su asesora frente a la patronal.
Sobre la base del censo de 1947 se identificó al número de mujeres que primero había que otorgarle su certificado de nacimiento y la libreta cívica, un proceso jurídico- administrativo complejo y sensible si se toma en cuenta que en paralelo se estaba discutiendo y ampliando también los derechos políticos de los habitantes de los entonces territorios nacionales que no podían votar y lo hicieron finalmente también en 1951.
Ese proceso duró cuatro años y en él fue muy importante el papel que tuvieron “las delegadas censistas” que representaban al Partido Peronista Femenino en todas las provincias del país. Una campaña, que a la luz de los números, fue todo un éxito: las mujeres acudieron masivamente a las urnas.
Para esas elecciones en el padrón figuraban 8.623.646 electores, entre ellos, 4.222.467 mujeres. De ese total, el 90,32% se hizo presente en las urnas y más de la mitad votó al peronismo. El resto de las electoras, 1.375.096, lo hicieron por otras fuerzas políticas, que en total sumaban ocho candidaturas.
Esta pelea por uno de los derechos cívicos fundamentales, por el que mujeres de distintos países en el mundo se movilizaron durante años, implicó la cárcel y la represión para muchas. Luego de 75 años de voto femenino, las mujeres todavía tenemos muchos derechos por conquistar, la paridad de género en el terreno político sigue mostrando déficits, demoras y resistencias en el acceso de las mujeres a lugares de poder o de máxima jerarquía.
En el 2019, las mujeres ocuparon sólo el 16,8% de las candidaturas a gobernador en 22 de los 24 distritos que tuvieron elecciones y, de un total de 1.135 municipios del país, apenas 140 son
gestionados por intendentas (un 12%), según un Relevamiento Federal de Consejos Deliberantes elaborado por el Ministerio del Interior.
El próximo objetivo es superar la paridad y dejar de abordarla como un sistema binario para acompañar los cambios mundiales en cuanto a derechos humanos y favorecer a las diversidades que
tienen mayores dificultades a la hora de conquistar espacios.