LA TRASTIENDA

La apuesta de Javier Milei, de celebrar en Córdoba un Pacto con 10 puntos con los gobernadores, inauguró un nuevo capítulo político en la escena nacional. Y a ese convite -rápido de reflejos- se subió Martín Llaryora, tras escuchar el discurso presidencial en el Congreso. En silencio, el gobernador está convencido que la iniciativa del libertario lleva implícito un reconocimiento a la firmeza con la que se plantó desde nuestra provincia. Por eso, irá a fondo para firmar el Pacto: exigirá restituir a las provincias tres partidas nacionales: el incentivo docente, los subsidios para el transporte público y los desembolsos de ANSES para la Caja de Jubilaciones local.

El impacto de la propuesta de Milei aún se evalúa y dimensiona en todos los ámbitos políticos y económicos. Por caso, la CGT anticipó que convocará a la liga de gobernadores antes del conclave del 25 de mayo en Córdoba y los mandatarios enrolados en el PJ Nacional, ya cargaron con dureza los términos de la cita. A todo esto, en los conciliábulos del pago chico, se encendieron más luces de alarma en las juntadas políticas de Río Cuarto, una vez conocida la convocatoria del gobierno nacional para mayo en la capital provincial. La mirilla puesta en las seguras elecciones municipales de junio, agregó ahora un aditamento más: el desembarco de Milei y sus posibles efectos y arrastres en la ciudad. Estimados lectores y lectoras, hemos vuelto. Aquí hacemos LA TRASTIENDA, una vuelta y media a la dinámica y compleja realidad política. Arrancamos.

De pactos y extorsiones

La vuelta de la vieja y conocida ley nunca escrita del “toma y daca”. Javier Milei lo dijo con claridad, antes de llegar al 25 de mayo, al Pacto de 10 puntos con los que pretende refundar la República, los gobernadores deberán aceptar la Ley Bases, que cayó en Diputados por una suma de desatinos del oficialismo, y en contrapartida podrán obtener medidas de alivio fiscal para sus administraciones.

No vamos a agregar mucho más sobre los ríos de tinta escritos en las últimas 48 horas sobre el discurso presidencial. Los ya famosos 10 ítems, son una síntesis del recitado clásico ultraliberal, equilibrio fiscal, control de emisión, desmantelamiento del Estado, acuerdo y pago al FMI, y demás.

En el PJ Nacional procuran arrimar “un fueguito”, considerando que se trata de una propuesta extorsiva de Milei. Levantan la voz con que las provincias ya hacen malabares para pagar salarios -lo cual es cierto-, al tiempo que varios distritos ultiman detalles para echar a rodar bonos como cuasi-monedas, mientras otros ingresan al fatídico túnel del default (La Rioja) por el corte abrupto de los envíos nacionales, una impactante caída de la coparticipación y el derrumbe de la recaudación propia por la recesión; y ni hablar de los gastos derivados por la crisis social que derrama el ajuste nacional liberal.

Llaryora y su oportunidad

En nuestra vieja y reactivada isla mediterránea, el PJ cordobés, una vez más, hace la suya. Llaryora sostendrá su posición contraria a la suba de retenciones, insistirá judicialmente por la reticencia de ANSES a enviar transferencias a la deficitaria Caja de Jubilaciones, pero que además, resultaron eliminados de las partidas nacionales de enero y febrero últimos, y reclamará la restitución del Fondo de Incentivo Docente (Fonid), como así también, de los subsidios para el transporte público de pasajeros.

Al igual que el resto de los gobernadores, espera que la Nación asuma el costo de restituir el Impuesto a las Ganancias.

Para el mandatario provincial, aparece como “innegociable” el intento del Gobierno nacional de imponer un 15% de retenciones a las economías regionales. Son U$S 1.750 millones anuales, que si los retiene para sí la Nación, liquida a los pequeños productores.

Por otra parte, Córdoba tiene tres denuncias en Corte Suprema de Justicia de la Nación desde el año pasado por deudas nacionales, y ahora se redacta una nueva demanda por el corte total de los envíos a la Caja de Jubilaciones. El agujero que ese incumplimiento genera se acerca a los 12.000 millones de pesos mensuales y comienza a complicar peligrosamente las arcas de la provincia.

En la sede del Panal preocupan seriamente los efectos del ajuste. La demanda en los hospitales creció el 35%, casi 20 mil pibes se pasaron de las escuelas privadas a las públicas. Por si quedan dudas, el ingreso promedio de las y los cordobeses se redujo de manera contundente.

Por eso, de ninguna manera, se votará la Ley Bases a libro cerrado, subrayan en los despachos del gobernador. Si bien, consideran que ahora se abrió una oportunidad de dialogo y negociación, aún toman con reservar la propuesta nacional. “El que se quema con leche…”, avisan.

En Río Cuarto, pasan las horas y sólo posan los candidatos

A todo esto, en los conciliábulos del pago chico, se encendieron más luces de alarma en las juntadas políticas de Río Cuarto, una vez conocida la convocatoria del gobierno nacional para mayo en la capital provincial. La mirilla puesta en las seguras elecciones municipales de los primeros días de junio, agregó ahora un aditamento más: el desembarco de Milei en Córdoba, justo cuando la ciudad se encuentre en plena campaña y a sólo días de elegir su nuevo gobierno. Por eso, con mucha cautela ya elucubran -sobre todo en el oficialismo municipal- acerca de sus posibles efectos y arrastres.

A escasos 100 días para una elección local, no se recuerda un panorama de tanta incertidumbre en las posibles coaliciones, en las candidaturas, y ni hablar de las propuestas. Todo y todos transitan por una suerte de lodazal, en el cual quienes pasan por allí, resultan salpicados y desviados por la resbaladiza superficie.

En los pasillos del Palacio Municipal, la foto del día es fuera de foco: Nadie sale con nitidez y frescura. Para bien o para mal, según se mire, del intendente JM Llamosas para abajo, escasean certezas.

Puesto en la cancha la figura de Guillermo De Rivas, como candidato oficial, gana en protagonismo de gestión y cierto contacto ciudadano, pero abruma en inquietudes en el resto del Justicialismo, donde un manojo de dirigentes-precandidatos hacen ruido y mucho más.

Da la sensación que el llamosismo espera un apoyo contundente del gobernador termine de impulsar a Guillermo de Rivas como el candidato definitivo. Pero semejante anhelo está bastante lejos de producirse aún, muy a pesar de algunos gestos positivos.

Como siempre decimos, la información que llega a este tablero de trabajo, da cuenta que en las usinas del gobierno provincial, para la elección de Río Cuarto, “se explorarán todos los caminos posibles” para llevar a buen puerto la oferta electoral oficial. Dicho en buen romance, esto significa que la gente de Llaryora, como mínimo hablará con todos los actores posibles, y otros que podrían no estar en el radar de las alquimias locales.

Y por supuesto, las encuestas, del índice de conocimiento, y más aún de adhesión, que alcancen los de mayores posibilidades, justicialistas o no. ¿Cómo? Si, leyó bien. En todo caso, dejen sentado que podría haber sorpresas.

De momento, de las divisiones clásicas conocidas, por caso, dos candidatos fuertes y bien marcados, se podría pasar a un panorama de tercios, o de cuartos. Reafirmamos: todo es factible. ¿El peronismo podría terminar con un candidato único o, en su defecto, con una oferta dividida? Es una posibilidad. ¿Con Adriana Nazario en otro esquema electoral? Si, si, es otra alternativa.

Y lo mismo en la oposición, sobre todo la que lidera lo que alguna vez fue el Radicalismo clásico. Está Gonzalo Parodi, que ganó la interna en septiembre pasado. Pero el gran derrotado, Gabriel Abrile, se mueve en todos los rincones políticos, y podría ser de la partida también, en otra oferta electoral. No se lo pregunte otra vez. Si, también es muy posible.

En marzo, el reloj de arena, ya se convirtió en reloj digital. ¿Se entiende?