Por Sandra Choroszczucha – Politóloga y Profesora de la Universidad de Buenos Aires
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De cara a las próximas elecciones generales en Argentina, se debate incesantemente sobre un resultado altamente incierto respecto a qué candidato de qué fuerza política podrá ser el triunfador.
Es extraño que no se descarte que el frente oficialista, ahora llamado Unión por la Patria, perderá la elección, debido a que a casi cinco meses de que se termine tal mandato, Argentina hoy padece de inflaciones mensuales que oscilan entre el 6 y el 8 %. La inflación interanual hoy alcanza el 115,6%, y el dólar paralelo sigue incrementándose (porque el peso sigue devaluándose). Sergio Massa aterrizó en la cartera económica hace ya un año, con un dólar paralelo que cotizaba en $296 y hoy cotiza en $551. La pobreza sigue marcando porcentajes por encima del 40% según los diversos organismos y consultoras que la miden y la indigencia ronda en un 10% de la población. Por su parte, el Banco Central nos muestra en su debe – U$s 7.000 millones, Argentina tiene un balance de reservas netas negativas y los acuerdos con el FMI que se iban a conocer según Massa “en un rato”, siguen sin conocerse luego de semanas.
Hace un año atrás, cuando el estado de situación macroeconómica se encontraba menos malo que el actual, Massa y quienes lo acompañan en su equipo de trabajo, nos contaban que se estaba coqueteando con la hiperinflación. Así se encuentra hoy Argentina, con índices de inflación preocupantes, sin reservas, cada vez más endeudada y con porcentajes de pobreza e indigencia que escalan. Por eso, es difícil imaginar que el candidato del frente oficialista pueda ganar una elección, principalmente si el candidato de tal frente es el ministro de Economía que nos sigue sucumbiendo hace un año en mayor crisis macro y socio económica.
Por otro lado, la coalición Juntos por el Cambio (JxC) sigue fortaleciéndose a nivel provincial y local, y en las elecciones que vienen celebrándose en varios distritos JxC conquista espacio, ya sea porque triunfa para gobernaciones o intendencias provinciales o porque suma legisladores en varios de estos territorios. Y frente a un oficialismo que viene gobernando tan mal, las chances de ganar a nivel nacional, al presentarse orgánicamente como la principal oposición, deberían ser altísimas. Sin embargo, la división que existe al interior de la coalición, permite que la interna entre “palomas” que responden a la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta y “halcones” que responden a la candidatura de Patricia Bullrich, debilite el apoyo integral a la coalición.
La interna en Juntos por el Cambio por momentos se vuelve descarnada. En una campaña recontra sucia pudimos constatar de cara a las elecciones PASO celebradas en Santa Fe como la senadora nacional Carolina Losada, “halcona” de JxC, vinculó al ex ministro de Seguridad de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, “paloma” de JxC, al narcotráfico. Las PASO las ganó holgadamente Pullaro, y Losada apoyada en cantidad de spots por Bullrich y el mismo Mauricio Macri hoy debe recalcular para volver a juntarse con quien acusó de tener lazos con al narcotráfico. A nivel porteño, observamos como el pre candidato para jefe de gobierno porteño “halcón” Jorge Macri le tira “la 125” por la cabeza a Martín Lousteau, mientras el pre candidato radical “paloma” repite sin pausa que Jorge Macri no se anima a debatir con él porque no tiene propuestas.
A nivel nacional, Bullrich deja entrever en sus spots de campaña que ella es el cambio y que Rodríguez Larreta puede ser la continuidad de este desmadre que estamos padeciendo, y Rodríguez Larreta le recuerda a Bullrich que ella fue parte del recontra desastre vivido en 2001 tras las pifiadas de la Alianza en la que ella fue ministra de Trabajo. Las PASO nacionales se celebrarán en un par de semanas, pero el día después tendrá que reunir a “halcones” y “palomas” y tendrá que reunir a los electores de los “halcones” y las “palomas”, que, si les creen a sus líderes políticos, deberían rajar de la coalición si gana el candidato opositor en la interna.
Por otra parte, una tercera fuerza se presenta competitiva también con chances de triunfar en las próximas elecciones, La Libertad Avanza conducida por Javier Milei. Según arrojan datos recolectados por diferentes sondeos de opinión Milei estaría perdiendo apoyo electoral o no estaría ganando adeptos. Como sea, se estima que el líder libertario alcanzaría probablemente el apoyo de aproximadamente un tercio del electorado desencantado con la política y con la “casta” que vive de la política y no para la política. Probablemente esta posible pérdida de apoyo electoral hacia Milei, responda a que se hizo de público conocimiento la presunta compra y venta de candidaturas entre Milei y Sergio Massa, a partir de constatar que un alto porcentaje de candidatos en las listas de la fuerza libertaria en las provincias y municipios, son miembros del Frente Renovador de Massa, de la “casta” según el ideario de Milei y su militancia. No debería escandalizar tanto a periodistas y ciudadanos de a pie esta nueva apuesta de mercado de Milei, porque quien propuso abiertamente el libre mercado de órganos, y por qué no de niños si tuviésemos un cambio cultural, es de esperar que no se acobarde al momento de comercializar candidatos, cuando necesita candidatos porque no cuenta con estructura partidaria a nivel país.
La vicepresidenta de los argentinos nos ha contado que nos enfrentamos a una elección de tres tercios, y por tal motivo una segunda vuelta electoral sería lo esperable. Y esto es probable que ocurra si Juntos por el Cambio no se junta como una coalición no solo electoral sino con proyección gubernamental, y es probable que ocurra por un dato que tal vez se esté subestimando cuando se analizan posibles escenarios electorales, y es que en las elecciones provinciales – en 19 provincias de 24 ya hubo o están celebrándose elecciones desdobladas con las nacionales – la abstención electoral alcanza a un porcentaje que ronda entre el 30 y el 40% del padrón electoral.
Y todo esto quiere decir al menos tres cosas, primero, que si se replica tal situación a nivel nacional, el porcentaje de los que no votan puede equivaler o superar a los porcentajes que las diversas encuestadoras les asignan a las tres fuerzas con chances de alcanzar la presidencia, segundo, que no todos los desencantados con la política optarían por Javier Milei -que en todas las provincias obtuvo una ínfima cantidad de votos o ni compitió- y tercero, que si los desencantados con la política no votan, las fuerzas que cuentan con “techo bajo pero piso alto” pueden ganar una elección, incluso si tal fuerza gobierna muy mal hace tres años y siete meses.