“Tenemos una visión muy parecida de lo que está pasando y de lo que debemos hacer”, comentó el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, luego del encuentro que mantuvo con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, el único de los gobernadores del peronismo –fuera del salteño Juan Manuel Urtubey, que es candidato a vice de Consenso Federal– con el que hasta ahora no se había reunido. Fernández hizo todos los gestos necesarios para ganarse la confianza de los cordobeses.
“Vamos a tener una relación institucional como merece Córdoba”, prometió a la salida. Como acostumbra, la gestión de Schiaretti emitió un comunicado sin salirse de lo formal. “Fue un encuentro cordial, en el que dialogaron sobre temas de interés nacional y coincidieron en la necesidad de que la Nación mantenga con las provincias una relación correcta y madura”, informaron desde la gobernación.
Schiaretti fue uno de los fundadores de Alternativa Federal. Cuando el espacio se disolvió, anunció su prescindencia de la elección presidencial y anotó una boleta corta de diputados nacionales de la fuerza Hacemos por Córdoba, la misma con la que resultó reelecto dos meses atrás con el 57 por ciento de los votos. Sin embargo, algunos dirigentes cordobeses comenzaron a expresar de manera individual su apoyo a la fórmula Fernández-Fernández, tal como hicieron la semana pasada todos los gobernadores del peronismo. Uno de ellos fue Carlos Caserio, quien no sólo es el presidente del PJ de Córdoba sino que fue electo al frente del bloque de senadores del peronismo federal en reemplazo de Miguel Angel Pichetto. Otro fue el intendente de Villa María, Martín Gill.
El posicionamiento del peronismo cordobés tiene una relevancia especial. Por un lado, porque mantiene una importante hegemonía en el segundo distrito electoral del país. Por otro lado, Córdoba fue una provincia decisiva para la elección de Mauricio Macri como presidente en 2015, donde ganó ampliamente en la primera vuelta y superó el 70 por ciento de los votos en el ballottage. Quienes trabajan en la provincia aseguran que la realidad cordobesa hoy es muy diferente y que la imagen de Macri bajó mucho. Pero Schiaretti mantiene una añeja relación personal con el Presidente y en la Casa Rosada esperan que Córdoba vuelva a darles una mano. Por eso había una atención especial respecto a la reunión de ayer.
En principio, Schiaretti accedió pronto al pedido de encuentro con Alberto Fernández, punto que no podrá empardar Macri, quien mañana a Córdoba para lanzar en la provincia la campaña de Juntos por el Cambio luego de la debacle en las elecciones a gobernador. Estratégicamente, Schiaretti viajará hoy a España y no estará para recibir a Macri, como es su costumbre.
El encuentro de ayer se realizó en el Centro Cívico del Bicentenario, en clima de amigos. “Está más comprometido con nosotros de lo que dice”, aseguraban en el entorno de Alberto Fernández sobre Schiaretti. Pero ante la prensa fue muy cuidadoso respecto a la postura política prescindente del gobernador.
“El puede creer que eso es lo mejor para Córdoba. Tal vez sienta que el escenario nacional no es lo suficientemente claro y yo lo entiendo. El que tiene que ganar el voto de los cordobeses soy yo, no el gobernador. No le pido a ningún gobernador que haga lo que tengo que hacer yo”, destacó el candidato presidencial.
Por último, según adelantaron ayer, luego del encuentro con Schiaretti, Alberto Fernández tiene planeado hacer una visita intensiva a la provincia dentro de dos semanas. Se quedará tres días recorriendo distintas ciudades cordobesas de la mano de sus candidatos locales y de algunos intendentes del peronismo local que están dispuestos a darle una mano, decidido a terminar con la ventaja que el macrismo mostró en las últimas elecciones nacionales en un distrito que nuevamente será clave para los comicios de octubre.
Fuente: Página 12