Por Gustavo Román. Director de Periódico La Ribera 

Fue una verdadera demostraciĂłn de fuer za polĂ­tica la presentaciĂłn del espacio provincial que lidera Martin Gill desde Villa MarĂ­a. Participaron de ese acto depresentaciĂłn 110 intendentes y jefes comunales, a los que deben sumarse concejales, dirigentes territoriales y adherentes que no pudieron asistir al acto.

Durante varios días, mientras recorríamos el territorio, el rumor tenía como referencia geopolítica a la ciudad cabecera del departamento San Martin. Y es que la figura del intendente genera adhesiones por las formas, los contenidos y la construcción que propone. A estos conceptos adhieren casi todos los intendentes, los justicialistas, pero también los radicales y los también los vecinalistas.

Eso quiere decir que ¿todos terminarán acompañando políticamente a Gill? Está claro que por principios muchos lo van a confirmar como acción concreta. Están también aquellos que tienen pertenencia a otras estructuras partidarias, y aunque le reconocen sus condiciones y formación, quizá terminen abonando en otros espacios.

La construcción que se presentó en sociedad en las ultimas horas, es el resultado de un largo recorrido político del intendente villamariense. Durante todo su recorrido político en los ámbitos donde tuvo responsabilidades institucionales o de gestión, construyo política con mayúsculas.

Y en esta Ăşltima etapa, cuando fue convocado por el gobierno nacional, se encargĂł de trasladar a cada localidad de la provincia, la posibilidad concreta de realizar obras que con financiamiento nacional pudieran hacerse realidad en todo el territorio provincial.

No hay ningún intendente de Córdoba que no le reconozca esa predisposición para recorrer el territorio, dialogar con cada uno de ellos y brindar todas las herramientas administrativas para que las gestiones terminen en obras concretas. Son mas de 300 las localidades que están llevando adelante esa realidad palpable y que desde La Ribera Televisión mostramos en cada lugar del territorio.

Incluso en localidades muy pequeñas, con un puñado de habitantes, las gestiones y las obras son una realidad. En Río Cuarto, la capital alterna de la provincia, aunque poco se las muestra y difunde, el financiamiento nacional para realizar obras de cordón cuneta, adoquinado y asfalto, están a la vista de toda la ciudadanía. Y para muestra de este breve repaso periodístico, solo alcanza con hacer el recorrido hasta la localidad de Holmberg, donde se esta construyendo una obra multimillonaria y reclamada durante décadas: la autovía que nos une con esa localidad vecina.

Volviendo al análisis político, esta claro que Gill sintetiza una corriente política con convicciones claras y decisión política. Que no espera las bendiciones de nadie y no entiende de tibiezas. Trabaja con sentido inclusivo, con respeto a las diversidades y divergencias, pero con un verdadero objetivo de construcción de poder. Son muy pocos los dirigentes que reúnen estas condiciones. Villa María sigue estando en la escena de la construcción política más importante, después de la capital provincial, lugar del que emergen las principales figuras dirigenciales de la actualidad. El justicialismo esta inquieto, movilizado y motivado, porque saben que lo sucedido en las últimas horas traerá consecuencias.

Está claro que estamos transitando un fin de ciclo para una dirigencia política que responde a un modelo de gestión que se va
desgastando y desgranando. Los personalismos que condicionan y centralizan el poder, que deciden cualquier proceso en una habitaciĂłn cerrada y sin escuchar a nadie, forman parte de un formato que se agota.

Por eso, cuando emergen nuevas formas de construir y armar opciones electorales, basándose en objetivos participativos y de respeto a las ideas diversas, todos se incomodan. Sucede en Cambiemos con Luis Juez; en el radicalismo con Rodrigo De Loredo; en el justicialismo provincial con Martin Llaryora; y ahora con esta irrupción de Martin Gill.

Es interesante el escenario que a partir de este proceso se abre. Están todos incómodos y expectantes. Y la meta del 2023 cuando se deban renovar las máximas autoridades del gobierno provincial, que desde hace un cuarto de siglo ejercen el poder, culminaran en un inevitable proceso de renovación.

En este nuevo panorama que nos propone la política provincial, todos están moviendo sus piezas y entienden que el escenario futuro les
ofrece una verdadera oportunidad electoral. Por eso se busca construir con dinamismo y sin tibiezas. Quienes asĂ­ no lo entendieron terminarán siendo meros observadores de este nuevo proceso de la polĂ­tica cordobesa.Â