El Colegio Leonardo Da Vinci a través de un programa de desarrollo de tecnología nacional, promovido y subvencionado por el FONTAR desarrolla este proyecto con el objetivo es aportar a la tecnología nacional la posibilidad de producir a partir de éstos prototipos.

Desde hace un año Guillermo Pedruzzi, presidente de la Fundación Leonardo Da Vinci de la ciudad de Río Cuarto está realizando, con alumnos de la Institución educativa Da Vinci, estufas de bajo consumo.

El sistema de estufas de bajo consumo utiliza el principio de la pirolisis como efecto de combustión. El pirolisis (del griego piro, ‘fuego’ y lisis, ‘rotura’) es la descomposición química de materia orgánica y todo tipo de materiales, excepto metales y vidrios, causada por el calentamiento a altas temperaturas en ausencia de oxígeno (y de cualquier halógeno). En este sentido, en diálogo con La Ribera, Pedruzzi expresó que “este proyecto surge de la posibilidad de utilizar un fenómeno físico que es la pirolisis, indagamos el proceso, estuvimos viendo algunos modelos europeos, que son los más interesantes, tuvimos algunas charlas con la gente de BIO4 donde nos incentivaron a que pensemos en algo de biomasa en este sentido y finalmente conseguimos subsidios a través del FONTAR, para realizar diez estufas”.  

El combustible de estas estufas de bajo consumo es materia orgánica y todo tipo de materia, como por ejemplo el producto de la poda de árboles, pellets de madera, semillas varias maíz, soja, cáscara de maní, etc. El Colegio Leonardo Da Vinci a través de un programa de desarrollo de tecnología nacional, promovido y subvencionado por el FONTAR (Fondo Nacional de Tecnología Argentina del Ministerio de Ciencia y Tecnología del Gobierno Nacional) lleva adelante este proyecto que una vez desarrollado y construidas las diez unidades propuestas en conjunto con el Estado se promoverá la construcción nacional y si es posible que sea local de estas estufas de bajo consumo.

“Nosotros pedimos que sean diez estufas, por la necesidad de generar prototipos que fueran confiables porque es una estufa que tiene que tener la mínima liberación de contaminación ambiental, y que sea de alto rendimiento, que era lo que más nos preocupaba, porque pretendemos que sea un ahorro energético que sea casi a igual cantidad de calorías o unas cuatro veces menos. Ya tenemos el primer prototipo funcionando, el FONTAR aceptó la financiación, el proyecto y estamos probando una con un excelente éxito en la casa de Gustavo Gambeta, que es un profesor de la escuela, y la intención es reproducir éste tipo de estufas para hacer calderas”, destacó Guillermo Pedruzzi.

Finalizada la producción de estas diez estufas, la Fundación Leonardo Da Vinci en conjunto con FONTAR cederán las patentes correspondientes con el objetivo que tengan éxito en la producción nacional. “Esta reproducción de diez estufas y su instalación en lugares estratégicos es para demostrar que es factible, y la segunda estufa se está haciendo para que la producción sea más fácil ya que tiene cierta complejidad, funciona con el pellet de madera, con maíz, rezagos de soja, cáscara de maní, la poda, nuestra intención es hacerla funcionar con todo lo que sea biomasa”, dijo Pedruzzi.

Un proyecto local, producido en la ciudad con una amplia mirada hacia la producción nacional, la incorporación al mercado, el uso de residuos y con ello la reducción de la contaminación ambiental.