El canje voluntario de deuda en pesos registró un nivel de adhesión del 64% de los títulos elegibles, lo que permitió despejar vencimientos por más de $ 4,34 billones, extendiendo el plazo de los compromisos a 2024 y 2025.

Entre los bancos, los participantes más relevantes fueron el Nación, el Provincia, el Galicia, Santander, Credicoop, Ciudad y el ICBC. La operación comprendió a títulos con vencimientos previstos para marzo, abril, mayo y junio próximos.

En los compromisos comprendidos entre abril, mayo y junio el nivel de aceptación fue del 61,5%. En tanto, en los títulos con vencimientos previstos para el corriente mes de marzo -incluyendo la operación realizada en enero- la participación superó el 72%.

De esta forma, el porcentaje de adhesión alcanzó el 64% promedio de los títulos elegibles.

El perfil de tenedores concentraba una significativa participación de fondos comunes de inversión y tesorerías corporativas, que por sus flujos de negocio mantienen un horizonte de inversión de corto plazo. Si bien la operación tenía fecha original de cierre el lunes próximo, el ministerio de Economía decidió dar por concluida este jueves la licitación debido a la muy buen respuesta recibida.

«Haber saltado la muralla, que hasta el FMI decía que era imposible de resolver, nos pone muy conformes. Sobre todo con el número de ofertas y la propuesta de entidades que, en otros tiempos, se veían como supuestos enemigos. Hay una compresión de que la propuesta de canje tiene sentido con encontrar un equilibrio a los vencimientos y así tener una curva de corto, mediano y largo plazo», afirmaron desde el Palacio de Hacienda.

A partir de este canje, en la cartera que conduce Sergio Massa esperan que se produzca «un efecto sobre las expectativas inflacionarias», aunque también pone al Gobierno «en la obligación de que la lucha contra la inflación sea una responsabilidad y un maltrato de cualquier equipo económico».

El objetivo de cara al futuro es que los cerca de 3 billones de pesos en títulos que no ingresaron al canje -mayormente integrados por fondos comunes de inversión (15% del total elegible), aseguradoras (8%) y empresas de gran porte- por tener necesidades de caja o un perfil de endeudamiento a menos de 90 días, puedan ingresar en licitaciones futuras.

Para incentivar que esta sea la línea en el resto de entidades, el Banco Central emitió una nueva reglamentación (Comunicación «A» 7717) con la que habilita a usar los títulos que se darán en el canje para integrar una porción de los encajes de los depósitos bancarios.

Si bien la opción ya existía con otros títulos con vencimiento en 2027, ahora se abrió esta opción para los que se emitirán la próxima semana con vencimiento en 2024 y 2025. Economistas de distintas tendencias habían destacado las bondades de una operación como esta, y criticaron la conducta de la oposición de poner «chicanas» y, por el contrario, no traer soluciones a una carga pesada de deuda que recaerá en la próxima administración.

El expresidente del Banco Nación durante la presidencia de Mauricio Macri, Carlos Melconian, fue una de las voces defensoras del canje al sostener que «es un instrumento genuino que se va a utilizar 500 veces» y que hay que «salir de la chicana», expresó en declaraciones televisivas.

«La actitud patriótica en este momento pasa por juntarse y ver cómo se va a resolver esto. El tema no es el canje de deuda», afirmó Melconian, quien buscó diferenciarse así de las declaraciones de otros exfuncionarios de la gestión previa, como el exministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y el expresidente del Banco Central, Guido Sandleris, quienes aseguraron que el intercambio de títulos implicaba una posición «vil y ruinosa» para el Estado, ya que incluye una opción de venta de los títulos a precio de mercado a cuenta del BCRA.

Por su parte, Miguel Kiguel, exsubsecretario de Finanzas durante la presidencia de Carlos Menem y Fernando De la Rúa, analizó que «el canje de deuda no representa ningún peligro, ya que sólo ordena hacia adelante los perfiles de los vencimientos»; mientras que el director del grupo financiero AdCap, Javier Timerman, dijo que «no hacer el canje sería empujar a que el mercado te fuerce una devaluación».