El Centro de Cultura Científica de la Universidad Nacional de Río Cuarto llevó los ingredientes a San Basilio y ofreció un café científico en el Instituto secundario Juan Bautista Alberdi. Lo sirvieron las profesoras Luciana Cibils Martina y Romina Príncipe, del Departamento de Ciencias Naturales de la Facultad de Ciencias Exactas. El sabor del día: “Los bosques de pino y el agua: ¿qué nos dicen los arroyos de las sierras de Córdoba?”.

El tema fue compartido con estudiantes de quinto, sexto año y otros adolescentes y allegados de la sureña localidad que fueron a conocer qué hay de malo con los pinares que tan bellos paisajes generan.

El inconveniente no es visual, una prueba más de que a menudo las apariencias engañan. El problema de forestar “con especies exóticas, en este caso los pinos, en las sierras de Córdoba” es que alterar la capacidad de los ríos de “proveer servicios ambientales”. Príncipe añadió que es notoria la diferencia entre arroyos así forestados con los que no lo están y que se advierte una disminución en el caudal del agua allí donde hay pinos.

Cibils Martina acotó que en la provincia “se ha forestado con especies buscando aprovechar la madera o con fines turísticos”, haciendo caso omiso a que esto conlleva “que los cursos de agua se sequen”.

Las conclusiones a las que arriban estas doctoras de Ciencias Exactas son fruto de investigaciones de “los ambientes acuáticos”. Príncipe expresó que “estudiamos algas, invertebrados y el proceso de degradación de materia orgánica como indicadores del estado de arroyos y los comparamos con arroyos que no están forestados. Vimos que las condiciones cambian mucho”, enfatizó.

Con esta información, mantuvieron atento al auditorio, que aparte de advertir el riesgo de plantar por doquier cualquier especie pudieron pensar en su futuro universitario.

El estudiante Franco Alione valoró como “muy bueno” el café científico y espacios similares “porque nos ayudan en la elección de nuestras carreras y para concientizar en el cuidado del ambiente”.

Su par Yazmín Larrea, a quien le “gusta mucho estudiar ciencias naturales”, agradeció el encuentro para “saber qué puedo hacer en el futuro” y porque le complementó lo que aprender en la escuela respecto de “conciencia ambiental”. Federico Papes celebró la iniciativa, que desea se replique “en varias escuelas”. Avizora un futuro como ingeniero agrónomo o estudiando Administración Agraria.

Fuente: Prensa y Difusión UNRC