“Educación superior: mercantilización y derecho social”, fue el tema que abordó la más reciente de las conversaciones con perspectivas de derechos humanos. Eduardo Rinesi, politólogo, se refirió al tema en el aula magna de Agronomía y Veterinaria, en el ciclo organizado por el Observatorio de DD.HH. de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Eduardo Rinesi ratificó la esencia de la educación como derecho universal en el marco del ciclo «Educación superior: mercantilización y derechos social», organizado por el Observatorio de DD.HH. de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Rinesi quien es docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento, planteó que la educación superior puede ser entendida como un objeto de compra y venta en el mercado o como “derecho humano, universal, de los y las jóvenes que tocan las puertas de las instituciones”, pero también “de los pueblos entendidos como sujetos colectivos”. Resaltó la construcción social cooperativa al recordar que las universidades públicas se mantienen con el pago de los pueblos que, pagando los impuestos, “sostienen el trabajo que hacemos”.
Por otra parte, Rinesi indicó que las universidades deben procurar la mejor formación profesional y la circulación del conocimiento, dialogar con organizaciones sociales, gobiernos democráticos, instituciones con las que se organiza la vida política de nuestro pueblo.
Atento a la creciente utilización de las nuevas tecnologías de información y comunicación a raíz de la pandemia de Covid 19, Rinesi expresó que las TIC per se no entrañan inconvenientes tales como aislamiento o individualismo. Apuntó que saber “qué vamos a hacer con ella” es asunto de “grandes definiciones políticas”. Sostuvo que “están distribuidas muy desigualmente” y que por ello, “si fuéramos a utilizarlas con un esquema mercantil, estaríamos atentando contra la universidad como un derecho para todo el mundo”.
“No soy un tecnofóbico, no creo que las tecnologías sean algo que debamos desechar; muy por el contrario, durante la pandemia nos permitieron sostener el compromiso con nuestra actividad, pero conviene no enamorarse demasiado de ellas sin una revisión muy crítica del tipo de distribución y posibilidades de acceso a esas tecnologías”, agregó.
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