Por Florencia Guttlein. Comunicadora Social.

La industria tecnológica atraviesa momentos críticos. Grandes empresas han anunciado despidos masivos. Mark Zuckerberg informó la reducción del 13% de su personal, lo que se traduce en 11.000 mil empleados despedidos. Por su parte, Elon Musk completó la compra de Twitter a fines de octubre y una de las primeras medidas que tomó fue la reducción del 50% de los empleados, lo que equivale 3750 trabajadores. La inflación, el incremento de la tasa de interés y la caída de los anunciantes son los principales factores. 

Las empresas tecnológicas no están exentas de la crisis económica global que estamos atravesando. En las últimas semanas se han dado a conocer algunos de los cambios que impactan directo, como siempre, en la vida de los trabajadores. Mark Zuckerberg anunció la noticia a través de su plataforma y responsabilizó a la situación macroeconómica, el aumento de la competencia con una mayor convergencia en tiktok y un estancamiento en los usuarios en Facebook, Instagram y WhatsApp y la reducción en los anuncios. Estas plataformas digitales sostienen un modelo de negocios en base a la publicidad, la cual se ha visto afectada por la baja de los anunciantes debido a la inflación y el incremento en las tasas de interés. 

Por otro lado está Twitter. El pasado 28 de octubre Elon Musk formalizó la compra de dicha plataforma por 44 millones de dólares. La misma cifra que le prestó el Fondo Monetario Internacional a Mauricio Macri – para que nos demos una idea del poder económico que maneja-. Siguiendo la línea macrista, Elon Musk recortó el 50% del personal de Twitter. “La fuerza de trabajo de Twitter tenía que reducirse inmediatamente”, argumentó. 

Según señala el sitio web Fortune, los despidos son parte de una estrategia para combatir una futura recesión económica proyectada para el 2023. Muchas empresas tecnológicas están optando por tomar este camino para afrontar la crisis actual y futuros problemas económicos que se avecinan para diferentes sectores. Una realidad atravesada por una crisis inflacionaria que, como siempre, repercute directamente en la vida de los trabajadores.