En lo que va del año, la actividad en el sector automotriz cayó un 27% y las terminales comenzaron a aplicar retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas, además de frenar los turnos de producción. Por la baja de la demanda y los problemas de abastecimiento de piezas, seis empresas automotrices en el país decidieron detener la fabricación en sus plantas en los dos días hábiles de esta semana.

Se espera que la venta de autos importados se incremente en los próximos meses, hasta representar siete de cada diez vendidos, desplazando de las concesionarias a las unidades de producción nacional, según estimaciones de la industria.

La situación en la industria automotriz refleja una tendencia más amplia de declive a nivel nacional. En el primer cuatrimestre del año, la actividad económica registró un nuevo resultado negativo, evidenciando la recesión, ya que presentó una contracción del 6,3%, de acuerdo al Índice General de Actividad (IGA) que elabora la consultora Orlando J. Ferreres. Asimismo la medición reflejó que en abril se desaceleró la caída, ya que el retroceso fue del 3,1% interanual, mientras que en marzo había superado el 10%.

En ese sentido, el secretario general de SMATA, Ricardo Pignanelli, aseguró que el sector automotor «está muy, pero muy mal». «El año pasado se produjeron 580.000 unidades y este año el mejor escenario que se plantea es de 330.000 o 350.000 unidades. Esto es una caída superior al 27 por ciento», dijo el dirigente en declaraciones a El Destape Radio.

Además, el gremialista afirmó que hay «problemas de ingreso de autopartes que abastecen de forma directa y pequeñas partes que abastecen a las pymes para conformar el contenido nacional. Todo eso es un combo que no resiste ningún análisis. Nunca, en mis 47 años en la industria, más 12 años que estuvo mi viejo, nunca vi una crisis como esta. Ni siquiera a nivel social».

Las empresas sufren y los trabajadores se encuentran vulnerables: Toyota, que cumple 25 años de producción en el país, suspendió su actividad debido a problemas logísticos. La compañía señaló que la falta de piezas importadas fue un factor crucial, exacerbado por inconvenientes con la llegada de buques.

Esta paralización no solo afecta la producción diaria, sino que también obliga a la empresa a recurrir al sistema de “horas crédito” para compensar los días no trabajados. Además, puso en marcha un plan de retiro voluntario en respuesta a la caída de las exportaciones hacia mercados clave como Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

En el caso de Mercedes Benz, específicamente su división de vans en Virrey del Pino, partido bonaerense de La Matanza, pausó su producción como parte de un proceso de reforma en la planta de pintura. Aunque esta decisión se enmarca en una actualización técnica, también refleja las dificultades enfrentadas por la industria en general.

Las provincias sufren los recortes de las transferencias discrecionales del presidente Milei y el derrumbe del consumo en sus primeros seis meses de gestión, y esto se ve representado en la situación de grandes empresas del sector. La planta de Fiat en Córdoba paró sus operaciones debido a la falta de componentes esenciales provenientes de Brasil, específicamente la caja de dirección. Esta problemática no solo afecta la producción local, sino que también tiene repercusiones en suelo brasileño, donde miles de unidades del mismo modelo están incompletas.

Mientras que en la planta de Santa Isabel, también en territorio cordobés, que produce vehículos para Renault y Nissan, se tomó la decisión de detener la producción, una medida que había sido comunicada al personal con 10 días de anticipación. La razón principal es la adecuación de la producción al actual nivel de demanda. Renault está considerando reducir las horas de trabajo de ocho a seis por turno a partir de julio; lo cual también afectaría a Nissan, que opera en el mismo establecimiento y en un único turno.

En tanto, General Motors en Santa Fe decidió suspender toda actividad durante la semana, alineándose con la tendencia general del sector. La terminal ajusta su personal y producción para alinearse con la demanda actual. La decisión también se atribuye al alto costo de reiniciar la producción después de un fin de semana largo y con solo dos días laborables en perspectiva.

En contraste, otras automotrices como Volkswagen, Ford y la planta de Stellantis en El Palomar, donde se producen modelos de Peugeot y Citroën, informaron que continuarán sus operaciones con normalidad durante esta semana.