Jesús María. Cada año, la organización del Festival de Jesús María supone una serie de metas a cumplir y un organigrama sobre cómo se arribará al objetivo. Con la remodelación de la grilla, una serie de ventajas a la hora de comprar las entradas, y la promesa de una programación de “campo” sólida, el Festival salió con la convicción de que podría alcanzar la meta de 180 mil espectadores en 12 noches y volver a batir el récord de la edición anterior.

Y acá la ecuación es simple: por encima de los 125 mil entradas vendidas, el costo de organizar la edición queda saldado y cada entrada que supera esa barrera computa como ganancia. En 11 noches, en cómputo que viene ofreciendo la Secretaría de Prensa y Difusión señala que se vendieron 130.723 entradas y que había 14 mil anticipadas para el lunes “extra”. Es probable que al terminar la edición, el número final de entradas vendidas orille las 150 mil entradas.

Cada proyección de metas debería venir con la leyenda “puede fallar” y, en este caso, dos hechos fortuitos hicieron que la previsión original no se cumpla. Por un lado, la lluvia del sábado, más el viento y el frío, le restaron público al anfiteatro y, por otra parte, la inesperada internación de Onofre Paz y la suspensión del show de Los Manseros Santiagueños le restó a la fiesta de cierre otros 10 mil espectadores a decir de la convocatoria que el legendario grupo viene sosteniendo en esta arena.

De todos modos, en el rubro utilidades el festival habrá incorporado notables ingresos por publicidad estática, por la concesión de parrillas, quioscos, y stands de artesanías, además de los subsidios que recibe directa o indirectamente del gobierno de Córdoba y de la Nación.

Aciertos y desaciertos

A una fiesta que sale bien plantada como ésta, cómo suenan los artistas en el escenario es de vital importancia, pero este año dejó mucho que desear y fue la queja de artistas y de la propia comisión. Quisieron tapar las deficiencias técnicas con volumen y eso no hizo más que empeorarlo todo. Lo padecieron los espectadores y hasta los propios vecinos de la ciudad que se escandalizaron con el volumen que vino de afuera.

Tampoco funcionó el juego de luces láser tan promocionado como reemplazo de los fuegos artificiales. Las proyecciones de imágenes estáticas, casi pueriles, y un juego de palabras no generaron nada especial en el público que, desde algunos sectores, ni siquiera pudo apreciarlo. Puede mejorar porque, técnicamente, tiene un potencial tremendo.

En la línea de los aciertos funcionó “quitarle” un día determinado a un artista. Ya no hubo, por ejemplo, martes de Chaqueño Palavecino y moverlo al viernes le reportó un mejor desempeño en las boleterías. Funcionaron, además, las propuestas temáticas y regionales: carnaval jujeño, chaya riojana, patio santiagueño, homenaje de Salta a Jesús María.

Entre los shows destacados, independientemente de la convocatoria de ese día, destacaron Jairo + Baglietto, Luciano Pereyra (reinventó su romance con el público), Los Tekis, Sergio Galleguillo, Los Huayra, Abel Pintos (casi una postal de beatlemanía), y Jorge Rojas, todos por su profesionalismo y entrega. En líneas generales, la rediagramación de la grilla mostró al Festival en la senda de la innovación que tanto se les reclama.

Jesús María se quedó con el gustito amargo de no haber alcanzado un nuevo récord de asistencia de público, pero debería recordar de que viene con la vara muy alta, superándose a sí mismo y que, alguna vez, ¡puede fallar!

Chau pronósticos en la jineteada

En una competencia que se anuncia como el campeonato nacional de jineteadas se dio, este año, una situación especial porque en Crina Limpia se terminó consagrando como el mejor un brasilero, Rafael Safons (32), quien venía a este festival por primera vez. Por ese motivo, le dieron el premio mayor a él, pero el lugar como campeón nacional lo ocupará Ricardo Pucheta que en la general resultó segundo. Pucheta alcanzó así su quinto título en Jesús María y se sumó al lote de los grandes referentes del festival.

En Bastos con encimera lisa, finalmente el título fue para Diego Borda (Capital Federal) que logró mantener la distancia que tenía sobre sus inmediatos perseguidores Eduardo “Gato” Argañaraz (Chaco) y Víctor Sena (Entre Ríos).

Y en Gurupa surera, Emiliano Bazán (La Rioja) logró arrebatarle en la última monta el título que quería mantener el campeón de la edición 52, Emilio “Rafa” Prátula  (Jesús María). No le ayudó el caballo a “Rafa” y Bazán se mandó una monta para el recuerdo arriba de La tormenta de Pizzolatto que le dio los 9.33 puntos que le hacían falta para pasarlo en la general.

El premio para delegaciones se lo llevó La Rioja, el premio al campeonato Jinetes de la Patria fue para Pachi Maine, y el “Maidana” de Carlos Palma fue elegido como el mejor caballo del festival.

Fuente: La Voz del Interior