Por Florencia Guttlein. Comunicadora Social.
La ciberseguridad es un tema que preocupa cada vez más a los expertos informáticos. En el 2023, Argentina recibió 2.000 millones de intentos de ciberataques, un 80% menos de las amenazas detectadas en 2022 cuando se reportaron 10.000 millones de intentos de ciberataques. Argentina es el tercer país con más ciberataques en la región. Brasil fue el país de la región con más ataques sufridos, con un total de 61, seguido por México y Argentina.
En concreto, la Argentina se enfrentó a 23 ciberataques de diferentes formas el año pasado; desde ransomware hasta campañas de phishing dirigidas. Los ataques cibernéticos aumentaron un 56,4% entre 2021 y 2023 en América Latina e impactaron con fuerza en el territorio nacional, según confirmó el informe Unit 42 de Palo Alto Network, la multinacional especializada en seguridad informática y detección de amenazas.
Para 2024 estiman que los indicadores seguirán un aumento, siguiendo un índice del 3,55%. Los expertos señalan que este panorama refleja la urgencia de que las empresas refuercen sus medidas de seguridad, destacando la necesidad de estrategias preventivas más sólidas para hacer frente a ataques en constante evolución.
Según el análisis de más de 600 incidentes en más de 250 entidades, se observa que los actores de amenazas elevan constantemente la complejidad, el alcance y la rapidez de sus operaciones. Dario Opezzo, Gerente de Ventas Regional de Palo Alto Networks en Argentina, destacó: «Las empresas deben estar al tanto de estas tendencias y adaptar sus estrategias de ciberdefensa para proteger sus recursos y datos de manera proactiva. Desatender estas advertencias podría comprometer gravemente la seguridad y estabilidad de las organizaciones».
Entre los sectores más afectados se encuentra el retail y la industria tecnológica, por su dependencia con el universo IT. El transporte y la logística, los servicios profesionales y jurídicos y la industria de la salud también sufrieron ataques en Argentina. Estos son los objetivos más habituales debido a la posesión que tienen de datos valiosos y son más propensos a la vulnerabilidad en la seguridad de la información. Dependencias estatales, como la AFIP o PAMI, y universidades -como el caso de la UBA- también son objetivos de los ciberataques.