La Vicepresidenta recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Río Negro, en Viedma, y habló sobre asuntos de política y economía. Dijo que es necesario alcanzar un acuerdo político para lograr una revisión del acuerdo sellado con el FMI por la deuda que tomó Macri.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner consideró que a 40 años de la salida de la última dictadura «no estamos frente a un estado democrático constitucional», en una disertación en la cual ratificó que se encuentra «proscripta» y denunció una alianza entre miembros de la oposición y «el partido judicial».

«Lo que estamos viviendo en materia de división de poderes, cuando vemos al sector más importante de la oposición aliado con el Poder Judicial, para hacer lo que sabemos que están haciendo… Hoy no estamos en un Estado democrático constitucional», enfatizó la vicepresidenta tras recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), donde disertó sobre asuntos de política y de materia economía, como inflación, déficit y deuda.

Allí, la titular del Senado afirmó que a 40 años de la democracia «parece que en Argentina no funcionan los tres poderes» y reivindicó la gestión del ya fallecido presidente Néstor Kirchner, quien «recibió un país con una crisis institucional» y le entregó en 2007 un «estado democrático constitucional, donde cada uno cumplía los roles que tenía».

De esa manera, afirmó que el expresidente Néstor Kirchner colocó «a la Casa Rosada como centro del poder democrático» y que el Poder Legislativo «volvió a hacer lo que tiene que ser».

«Me tocó ser oficialista, fue la única época en la que un oficialismo en la República Argentina votaba leyes de las que estaba orgulloso de votar y sancionar. Eran leyes que otorgaban derecho. Habíamos recuperado el Poder Legislativo», remarcó.

En esa línea, consideró que el intento de magnicidio que sufrió el 1 de septiembre pasado fue «una ruptura del pacto democrático» establecido en 1983, el cual, explicó, consistió en que se rompiera «el pacto de que no se pudiera ni siquiera pensar que la supresión del adversario era la supresión de la vida».

En tanto, consideró que durante los gobierno de 2003 y 2015 «hubo una hegemonía democrática», donde, dijo, «el Parlamento funcionaba a full, porque no sacó ni una sola ley sobornando a nadie y no se obligó (a ningún legislador) a votar».

«Vino otro partido, y no pudo construir su hegemonía democrática», apuntó contra el Gobierno de Cambiemos, que, dijo, generó «el tarifazo, la reforma previsional y trajo al Fondo Monetario Internacional (FMI)».

En ese sentido, consideró que no hubo «catástrofe más grande que el endeudamiento que se produjo entre 2015 y 2019».

«Vamos a necesitar que los dirigentes políticos en Argentina estén unidos todos juntos frente al principal desafío de revisar ese acuerdo con el FMI. No para no pagar, sino para que nos dejen crecer. Es imprescindible el cambio de actitud en lo fundamental. Ponernos de acuerdo en esto, porque si no, podemos tener 20 vacas muertas 80 mil toneladas de litio, pero nos van a seguir endeudando», remarcó la exmandataria.

Por último, aseguró que pretende “aportar ideas y discusiones para dejar atrás un debate tan chato», y afirmó que le tiene «mucho temor a la fragmentación política».

Pidió unidad política para lograr una revisión del acuerdo con el FMI
Por otro lado, dijo que es necesario alcanzar un acuerdo político para lograr una revisión del acuerdo sellado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda que tomó el Gobierno de Mauricio Macri.

«Revisar, no para no pagar, sino para poder crecer», dijo la vicepresidenta durante una disertación en la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), donde fue distinguida con el Doctorado Honoris Causa.

«Se van a tener que revisar las condiciones en las cuales se firmó el acuerdo con el FMI», subrayó.

«En una economía de las características de la Argentina este acuerdo es inflacionario», remarcó y detalló que los pagos de deuda en dólares, sin importaciones ni transferencias ni balanza turística, serán «en 2024 superiores a 15.400 millones de dólares; en 2505, a 18.500 millones de dólares; en 2026, a 19.200 millones de dólares; y los siguientes, cifras superiores a los 23.000 millones de dólares cada uno de los años».

Cristina Fernández consideró necesario «acordar el patrón de acumulación que vamos a hacer para tener los dólares para las obligaciones del crecimiento, sin estereotipos, sin clishes; y con dirigentes políticos que se unan para revisar ese acuerdo para que nos dejen crecer», añadió en la disertación, durante la cual se refirió ampliamente al problema que supone para el país el binometarismo.

Tras afirmar que ha dado «muestras de pragmatismo cuando se trató de defender los intereses del país”, Cristina Fernández de Kirchner consideró que la “economía bimonetaria lleva a Argentina a la inflación” y recordó que en 2015 el país «tenía los salarios en dólares más altos de la Región”.

Para la funcionaria, “no hubo catástrofe más grande que en el endeudamiento que se produjo entre 2015 y 2019”, durante el gobierno de Mauricio Macri.

Además de descartar que los aumentos de salarios provoquen inflación, resaltó que tampoco se debe al déficit fiscal: «Lo virtuoso es no gastar más de lo que ingresa pero en épocas de crisis es lo que se necesita para evitar la recesión», remarcó.

En ese sentido, resaltó que sólo pocos países en el mundo no tienen déficit fiscal, y, entre los que lo tienen, está Malasia, cuya empresa de hidrocarburos está en tratativas con YPF para financiar la construcción de una planta en Bahía Blanca de GNL y un gasoducto.

Por ello, la vicepresidenta llamó a los argentinos a “despabilarse para que no les vendan espejitos de colores” y reclamó “alinear precios y salarios para que el crecimiento no se lo lleven cuatro vivos».

Fuente: Télam