El diputado nacional de Unión por la Patria, uno de los tres cordobeses que votaron contra la Ley Bases, reclamó la ausencia de argumentos de defensa del capítulo de cultura y comunicación por parte de quienes representan al partido de gobierno en el recinto.
En el marco del debate por el proyecto de Ley Ómnibus, el diputado nacional Pablo Carro realizó una enfática defensa de los institutos y las políticas culturales que hasta acá ha sostenido el Estado nacional.
Reclamó la ausencia de argumentos de defensa del capítulo de cultura y comunicación por parte de quienes representan al partido de gobierno en el recinto.
Comenzó desarticulando los argumentos sostenidos en los días previos al debate. En relación a la acusación de control político que ejercen los institutos a la hora de ejecutar sus presupuestos, Carro planteó que los institutos culturales “están integrados por asambleas federales, con cada uno de los representantes de cada una de las provincias argentinas y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Esa característica hace que las decisiones respeten un criterio de federalismo y pluralidad política, garantizada por sus integrantes.
El diputado nacional por Córdoba puso especial énfasis en la defensa del Incaa. Explicó que el cine y la producción audiovisual “es más del 5% de la economía de nuestro país. Multiplica puestos de trabajo; en la hotelería, en la gastronomía, recorren toda la Argentina gracias a lo que hace el cine. «Cada producción financiada por el Incaa», dijo Carro, “tiene que garantizar que se cumpla con los convenios colectivos de trabajo, es decir, garantiza trabajo registrado y de calidad”.
Para oponerse a lo que llamó “argumento Lemoine”, que con los niveles de pobreza que hay en la Argentina es un despropósito destinar recursos a la cultura, sostuvo que “los institutos de la cultura se financian con asignaciones específicas, no con rentas nacionales, no con impuestos nacionales, no con impuestos que pague la ciudadanía en este país. Es a través de los gravámenes que pagan los servicios de radio y televisión en la Argentina que se financian el Incaa, el teatro, la música”.
Y agregó que “las bibliotecas populares se financian gracias a una ley por la cual tiene que pagar impuestos los juegos de azar y el Fondo Nacional de las Artes se financia con los recursos de los derechos de autores e intérpretes que ya pasaron más de 70 años”.
En otro momento de su intervención se refirió a los medios públicos y dijo que son ellos los que garantizan el derecho a la información, el pluralismo, la diversidad informativa.
Luego de la defensa de los medios comunitarios, Carro cerró afirmando que los institutos de la cultura “garantizan federalismo, autonomía, autarquía y el acento puesto en la defensa de la producción nacional frente a los intereses foráneos”.
Es necesario, dijo, “que los artistas puedan crear, que nuestro pueblo pueda disfrutar de esas creaciones; y que las decisiones se tomen democrática y federalmente”.
Por último, afirmó que atacan a la cultura “porque saben, igual que nosotros, que es la cultura, que son nuestros artistas los que tienen las herramientas para sacarnos del laberinto en el que nos quieren encerrar la ultraderecha y sus políticas neoliberales”.