LA TRASTIENDA
Pasó el ministro de Economía por Córdoba. Luis Caputo se floreó ante los empresarios top de la provincia, justificó el brutal ajuste nacional para lograr emisión cero y superávit fiscal, dejó una modesta línea de créditos blandos para la producción, y recogió aplausos de los entusiastas y miradas preocupantes de aquellos que aún recuerdan su tránsito “endeudador” en épocas de Mauricio Macri. Hábil jugador, blandeó la carta política con loas para el gobierno de Martín Llaryora: “Córdoba tiene superávit” y “parece que está en el primer mundo”, disparó en la Bolsa de Comercio. Después, hubo merienda con el propio gobernador en tono super amable. Todo indica que aquellas voces que otrora levantaban José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti, con extrema dureza contra los arbitrios de la Nación en la distribución de fondos para la provincia, quedaron definitivamente en algún despacho de archivos históricos. A la fecha, según los informes más acotados, la administración nacional le adeuda cerca de 100 mil millones de pesos a la provincia, sólo por transferencias congeladas de la ANSES a la Caja de Jubilaciones de Córdoba. Ni hablar del monto judicializado en la CSJN. El gobernador, apenas deslizó el tema y encontró una esperable evasiva del ministro ahora libertario. La postura de uno y otro abre más interrogantes sobre el futuro inmediato. Para el mandatario de nuestro terruño, el creciente desfase entre las arcas disponibles y las que deberían ingresar, ya se ven menguadas por los efectos nocivos de la economía nacional, por la caída de toda la actividad económica y los crecientes niveles de pobreza e indigencia. Para el genio de las finanzas -según su jefe Javier Milei- a la economía en aguda recesión, le siguen la carencia de dólares, la imposibilidad de acceso al crédito internacional, y las reservas negativas que se proyectan para fin de año, entre algunos de varios indicadores negativos. Como sea, Toto Caputo tomó aire fresco en Córdoba y se dio el lujo de desparramar algunos espejitos de colores.
La realidad de la macroeconomía
Un informe conocido este fin de semana dio cuenta que el Banco Central terminará el año con unos 10 mil millones dólares de reservas negativas. La consultora Equilibra alertó sobre los riesgos de las medidas del ministro de Economía, Luis Caputo, para frenar la brecha y bajar el riesgo país.
Las reservas internacionales del Banco Central terminarán 10 mil millones negativos y las reservas líquidas en unos 7 mil millones abajo, lo que constituirá un escenario lapidario si se tiene en cuenta que el año próximo comienza con pago de intereses de deuda externa.
La consultora proyectó que sin un préstamo repo importante o nuevos préstamos contra el oro, las reservas líquidas entrarán “en una zona de riesgo”. Sentenció en su paper que “se puede crecer con cepo, pero no sin dólares”.
El panorama general de la macroeconomía en nada se condice con las sonrisas que muestra el ministro en sus apariciones. Y menos con los dichos del mismo presidente Milei en algunas de sus diarias alocuciones.
Por caso, Economía mantuvo el superávit primario en julio último, pero no pudo evitar el déficit financiero. El resultado fiscal positivo fue de 908.253 millones de pesos, no obstante, al descontarse servicios de deuda el rojo del sector público le quitó un total de 600.957 millones.
La falta de dólares, otro ítem en rojo: el gobierno ya destinó 12.400 millones de dólares de reservas para contener el dólar. La cifra, realmente es impactante. Todos los economistas coinciden en la seriedad del tema.
En este caso, la consultora EcoGo, a cargo de Marina Dal Pogetto, consignó que es casi seis veces los U$S 2.766 millones que usó para el mismo objetivo el ex ministro Martin Guzmán y supera ampliamente los 7.619 millones de la moneda norteamericana que despachó Sergio Massa.
Dicho en otros términos, en estos siete meses de gestión Toto Caputo gastó más reservas en contener el dólar, que las derivadas en todo el mandato de Alberto Fernández.
Un eje más. En los últimos días, el INDEC constató que ningún sector de la industria se salvó de la caída de la capacidad instalada de sus fábricas en el primer semestre de la era Milei. El porcentaje promedio de máquinas encendidas se ubicó apenas en el 54,5%, nada más y nada menos que 14 puntos porcentuales por debajo de junio de 2023. Ni en Pandemia e registraron estos niveles.
La realidad de la calle y los barrios
La organización Unicef Argentina lanzó días atrás una fuerte campaña para alertar que un millón de niñas y niños se van a dormir sin comer en nuestro país, de acuerdo con los datos de su último informe. En total, Unicef indicó que un millón y medio de chicos saltea alguna de las comidas diarias que son indispensables para su desarrollo.
Los datos de Unicef corresponden al primer trimestre del año y estima que más de 7 millones de infancias son pobres por ingresos (57,5% del total) y que 2,4 millones (19,4%) viven en hogares con ingresos menores a una canasta básica alimentaria.
Pero hay más informes socioeconómicos en rojo. El nuevo informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), señaló que el 62,9% de niñeces y adolescentes vive en situación de pobreza y el 16,2% en situación de indigencia.
Los datos no contemplan la información de los últimos meses por lo que podría inferirse que la situación se agravó más, por inflación y caída abrupta de consumo, sobre todo en alimentos saludables como carne, frutas, verduras y lácteos.
UCA explicó que “es la cifra más alta desde el 2010”, cuando se empezó a realizar el relevamiento. Desde el 2020, las transferencias de ingresos no contributivos, como la AUH, alcanzaron a más del 44% de los niños, niñas y adolescentes.
Concluye que el 32,2% de los niños/as y adolescentes en la Argentina Urbana actual sufren inseguridad alimentaria. Es decir, no pueden acceder a alimentos nutritivos y variados por limitaciones económicas.
Finalmente, el Departamento de Economía de la Universidad Torcuato Di Tella dio a conocer su «Nowcast de pobreza», con el que realiza una estimación de los niveles de pobreza.
El técnico González-Rozada estimó una tasa de pobreza del 50,2% para el semestre febrero-julio, con un pico en el bimestre febrero-marzo del 54,1% y una caída hacia julio. De todos modos, el salto es muy significativo respecto a diciembre de 2023.
En el primer trimestre de 2024, había estimado una pobreza del 54,9%, dieciséis puntos más alta que un año antes. La indigencia en ese período llegaba a 20,3%, casi doce puntos más que en 2023.
Desafíos políticos con margen cero
Tras este recorrido por la situación económica general del país, y su contraste con los datos de la realidad social, el escenario inmediato es de tinte monocromático y tonalidad decididamente oscura. No hay casi margen para impostaciones de ocasión ni discursos de barricada en la dirigencia política de cualquier vereda o estamento.
Milei y su desubicada jactancia, deberá calibrar en serio sus decisiones económica de lo que queda del semestre, pues de ellas, bien correrán su suerte política -que es lo de menos, y la de millones de connacionales que -ahogados en un ajuste sin fin- esperan una mejor oportunidad.
Y en Córdoba, Llaryora tendrá que dejar un rato las especulaciones con las que oscila por los vaivenes de las encuestas que miden el humor social, y tomar riendas firmes para ubicar a la provincia en el casillero del escenario nacional que le corresponde.
Las y los argentinos, cansados de tanto manoseo, transitan con sus necesidades a cuestas en orden -como les gusta decir a muchos en este tiempo-, y mucho silencio.
Pero ojo, como decía un expresidente tres veces electo… “cuando los pueblos agotan su paciencia, hacen tronar el escarmiento”.
A tomar debida nota.