Durante el 2023 había crecido un 3,6%, aunque muy por debajo de los valores históricos. En cambio, aumentó su exportación. Las fuertes alzas de precios de diciembre y de enero últimos, luego de la liberación de valores de mostrador sobre la carne vacuna se pusieron en evidencia con un dato muy duro: la retracción de consumo del 12,8 por ciento.

Del mismo modo, y aunque fue uno de los productos que menos creció entre la lista de alimentos, la comparación del consumo con respecto a diciembre de 2022, disminuyó 13 por ciento.

La información se destaca en un informe elaborado por CICCRA, a través del cual, entre otros datos, durante diciembre de 2023 se faenaron apenas 1,082 millones de cabezas de ganado vacuno.

En el otro extremo de la actividad, las exportaciones crecieron, beneficiadas justamente por el levantamiento de las restricciones. En el informe se detalla que durante 2023 el faenamiento creció un 4,8 por ciento, teniendo en cuenta que el consumo anual llegó a los 2,455 millones de toneladas, incluso a pesar de los altos precios del producto en el mostrador, que creció sin pausa durante los 12 meses.

En función de estos indicadores, el consumo per cápita, tomando todo el año, llegó a un equivalente a 52,9 kg por habitantes en 12 meses, lo que significa un crecimiento de 3,6% anual.

De todas maneras -como se dijo-, se mantiene muy por debajo de los valores históricos. Los precios se van a ir afirmando y de a poco van a ir subiendo y acompañando la inflación, explicó Sergio Pedace, desde su espacio de presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores.

También aseguró que la suba “ya no depende del consumo interno, porque la gente se ha volcado más al cerdo, que está muy barato, y al pollo, que ya llegó a su techo”.