Por Guillermo Ricca. Dr. en Filosofía

Parece que, algunas autoridades decanales electas de la UNRC aun no se enteraron de la existencia de las humanidades, una larga tradición que incluye nombres como los de Platón, Dante Alighieri, Shakespeare o Borges. Pareciera que esa larga tradición de pensamiento sin la cual, como señala la politóloga norteamericana Wendy Brown, es imposible pensar la democracia, los derechos humanos, las libertades públicas, en fin, es imposible pensarse y comprender la complejidad del mundo en que vivimos, para algunas autoridades electas, parece, no deberían existir en sede universitaria. Parece que, para alguna vicedecana, los docentes universitarios atendemos kiosquitos, somos kiosqueros, con todo el respeto que me merecen los kiosqueros entre los cuáles tengo varios amigos.

A ciencia cierta, no sabemos qué quiso decir la vicedecana electa de Agronomía y Veterinaria, dado que ella, también es docente en la misma universidad ¿Hablaba de si misma? ¿De profesores de su facultad? ¿De las Ciencias Humanas? Digo esto porque luego de la multitudinaria marcha federal universitaria, el oficialismo libertario y sus aliados cívicos que perdieron la radicalidad vaya a saber cuánto tiempo hace y dónde, salieron a atacar las carreras de Ciencia Política, por ejemplo, a desprestigiar las carreras de las facultades de humanidades.

A todos esos embrutecedores a sueldo, que creen que los seres humanos somos como ratas en una ruedita de producir sin por qué ni para qué, quizás habría que recordarles la sentencia de Nietzsche: sin arte la vida sería un error. Es la respuesta que solemos dar a quienes, en las marchas para defender la educación de sus propios hijos, nos gritan: ¡vayan a laburar! Cómo si el trabajo docente o intelectual no fuera un trabajo, como si tratar de transmitirles cultura a sus hijos no fuera un trabajo. Pero, ya lo sabemos: un burro puede trabajar, dos bueyes pueden tirar un arado. Pensar con altura, no pensar bajezas, es algo más complicado. El pensamiento, como dice Gilles Deleuze, está en todas partes o, para decirlo con Spinoza: Homo cogitat (El hombre piensa). Desde esta perspectiva la estupidez también es un modo de pensar, un modo bajo, arrastrado, de pensar.

La demagogia también es una forma baja de pensar. La universidad pública hace tiempo que se sacudió de sí mismas sus vergüenzas, hace más de un siglo. Pareciera que hay docentes en la misma universidad que aun no se enteraron.