Por Laura Olocco. Comunicadora Social

El sábado 9 de diciembre, María Sol González, en Tucumán, fue asesinada por su novio, Santiago Moya, que envió fotos del cadáver ensangrentado al hermano de María Sol, y después se suicidó. Al otro día, en Tigre, Marcos Aguilar le disparó un tiro en la cabeza a Evelin Elizabeth Gómez porque no quería volver con él, y también se suicidó. Valeria Gancedo fue asesinada y enterrada en un campo cordobés de la familia de su ex pareja, Alejandro Quinteros, principal sospechoso y sobre quien pesaba una restricción perimetral.

Las cifras se duplican en las desapariciones y muertes dudosas de niñas, mujeres y diversidades. Desde el Observatorio de las violencias de género “Ahora Que Sí Nos Ven” dieron a conocer las cifras de femicidios en Argentina entre el 1 de enero y el 28 de diciembre de 2023, elaboradas a partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país.

Algunos datos destacados: 1 femicidio cada 28 horas en 2023, 1 femicidio cada 24 horas en diciembre, 351 intentos de femicidio y 52 intentos de femicidios vinculados, 6 Transfemicidios/travesticidios, el 62% de los femicidios fue cometido por las parejas y ex parejas de las víctimas; el 57,8% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima, 13 de los femicidas pertenecen a las fuerzas de seguridad o armadas, 20% víctimas habían realizado al menos una denuncia y 12% tenían medidas de protección, y al menos 256 niñes perdieron a sus madres como consecuencia de la violencia machista en 2023.

Sin embargo es casi un postulado del presidente Javier Milei, y la vicepresidente Victoria Villarruel y su efecto dominó en resto del gabinete: la violencia no tiene géneros y los femicidios se reducen a un hipotético trato de igualdad ante la ley, lo que bien podría leerse en clave de seguridad nacional y punitivismo. Demás está decir que el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad se devaluó a Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género. La Línea 144 y las políticas para prevenir femicidios van a quedar (entre tantas otras cosas) a cargo de Sandra Pettovello, en el Ministerio del todo poderoso Capital Humano.

“El problema no es el organigrama burocrático sino que la desjerarquización sube el riesgo de femicidios, agresiones, amenazas y acoso callejero. Y la pregunta es si quienes niegan la violencia machista van a luchar contra la violencia machista o si dejan ese nombre solo como una fachada”, expresó la periodista Luciana Peker.

En esta misma línea, el primer Decreto de Necesidad y Urgencia presidencial (DNU 11/2023) transfiere “los créditos presupuestarios -del MMGyD-, unidades organizativas, bienes, personal con sus cargos y dotaciones vigentes a la fecha, hasta tanto se aprueben las estructuras correspondientes”. Para cuando se firmó la letra fría, Jazmín D´Alessandro, una adolescente de 15 años, había sido arrojada desde el balcón de un edificio en La Plata por su novio, Daniel Sasiain, adulto de 24 años, acusado por el femicidio.

Gentileza: Observatorio de las Violencias de Género – Ahora que Sí Nos Ven

Este tiempo político que de algún modo expresa el desprecio o la negación sobre la desigualdad de género, implica cerrar el Ministerio, pero en ese acto de suprimirlo, además de dejarnos sin esas políticas que necesitábamos reformular y de un espacio donde poder hacerlo, también están diciendo en términos simbólicos de comunicación que esa violencia no existe o que si existe, desde el Estado no se va a atender.

¿Cómo va a proteger a las víctimas de violencia de género un gobierno que no cree que exista la violencia de género?