Por Pablo Gustavo Díaz, consultor en marketing político
La suerte del 14 de noviembre ya está echada. El gobierno nacional de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner perderá las elecciones y tal vez la primera minoría en diputados y el quorum propio en senadores.
La pregunta que debiéramos todos, incluidos obviamente los máximos representantes políticos, es ¿Qué hacer el 15 de noviembre?
Sabemos que los problemas actuales persistirán para esa fecha. Intuimos también que el debilitamiento del poder del actual gobierno será inevitable. Entendemos algunos, además, que en tal escenario no hay espacio para el egoísmo y la miseria política.
Uno de los líderes de la oposición y uno de los líderes del oficialismo han esbozado la idea de generar algún tipo de acuerdo de gobernabilidad que implique consensuar un plan de algunos puntos básicos a ejecutar por la actual administración, que permita ir arreglando algunos de los problemas estructurales del país como la deuda externa, la inflación y la pobreza, por ejemplo, para que el próximo gobierno no tenga que empezar desde “menos diez” en todo.
Horacio Rodríguez Larreta y Sergio Massa, además de ser dos líderes encasillados dentro del universo de “las palomas” de sus respectivos espacios, son dos experimentados políticos de carrera que se vienen preparando desde siempre para ser presidentes.
Tal vez, incluso, sean los principales contrincantes por el sillón de Rivadavia en 2023.
El 15 de noviembre, terminada la elección, sería conveniente para los intereses del conjunto de los argentinos, que los halcones se guarden en sus nidos y dejen lugar al trabajo laborioso de las palomas.
El 15 de noviembre debiéramos empezar a construir el futuro y dejar atrás el frustrante pasado.